Por ANTONIO GARRIDO / Dice un refrán popular: “Cuando las barbas de tu vecino veas cortar, pon las tuyas a remojar”. Es a propósito de la jornada electoral del pasado domingo en Extremadura donde se produjo, más o menos, el resultado que ya anticipaban las encuestas, el triunfo de la derecha y ultraderecha y el estrepitoso fracaso del PSOE. El PP, pese a ser la lista más votada no ha conseguido la mayoría absoluta, que era el objetivo a perseguir, de hecho fue la causa para convocar los comicios y este partido debería disculparse por haber propiciado un gasto enorme solo para tratar de verse favorecido, la presidenta más legitimada, solo se importaba ella a sí misma, pero se ha llevado un desengaño mayúsculo porque la situación provocada es exactamente la misma que la que motivó la convocatoria de las urnas, es decir, una cacicada en toda regla, se supone que con el apoyo de un Feijóo que ni se entera, y todo por la imposibilidad de acuerdo con VOX, porque ambas formaciones se guardan el aire y raramente coinciden, salvo en algunas comunidades y por un interés de supervivencia política. El PP solo sube un escaño y se dispara el partido de Abascal, al que cualquiera aguanta ahora con este resultado y los que presumiblemente le esperan de aquí en adelante, y todo ello, como he señalado en otras ocasiones, sin que tengan necesidad alguna de explicarse, basta con existir y punto.
El PSOE ha fracasado rotundamente, en primer lugar por el candidato, un señor que tuvo que meterse en la cámara autonómica para esquivar la legalidad y que ha sembrado dudas, empezando por su propio partido, pues todo hace indicar que muchos votantes socialistas se quedaron en casa y algunos, ojo al dato, protagonizaron un viraje en principio poco comprensible, pero es una evidencia. El PSOE ha tratado de hacer ver que esto no va con ellos, que es cosa del PP y de VOX, pero lo ocurrido en Extremadura no es sino el principio de un efecto dominó, iremos viendo que situaciones parecidas se reproducen en otras comunidades, porque al final son bofetadas que los electores dan a Pedro Sánchez en la cara de los candidatos. Lo extraño es que no se hagan notar los descontentos, que los hay y más de lo que parece, pero que siguen abducidos por el poder absoluto de su jefe, algo inédito en toda la historia de la democracia. Cuando presidentes de comunidades, y más aún, alcaldes muy asentados en sus territorios, empiecen a perder las posiciones de las que gozan, entonces se movilizarán esas bases que están anestesiadas.
En Andalucía y en Jaén, campaña errónea. En Andalucía se espera que la batalla sea muy parecida, aquí lo que está en duda es si Moreno Bonilla alcanza la mayoría absoluta, a pesar de todos los pesares, y la parte de tarta con la que se quede VOX y la izquierda del PSOE, porque los socialistas, se pongan como se pongan, tienen a la peor candidata posible, María Jesús Montero, que como está mandada por Sánchez ha obtenido el plácet de casi todo el partido, nadie ha tenido el valor de rebelarse, aunque saben que son como las luchas de Don Quijote contra los molinos de viento, pero manda la obediencia ciega y lo único que se presenta como incógnita es cómo de fuerte será la caída. Cómo será el panorama que las previsiones son que tengan menos incidencia de lo que debieran las graves crisis que ha venido protagonizando, y siguen, el actual gobierno de Juanma Moreno, en asuntos capitales como la sanidad, la dependencia o la educación. Tendrían que ser castigados por sus gravísimas políticas, pero pesan más los errores socialistas que su propia actuación. Si nos centramos en el caso concreto de Jaén al gobierno de Juanma Moreno se le tendría que castigar por los pésimos presupuestos que dedica un año más a la provincia, a pesar de tantas declaraciones de amor eterno, pues a la hora de la verdad desprecio e inacción, suma y sigue de promesas incumplidas.
Y tanto en Jaén como en el conjunto andaluz una campaña socialista errónea, forzada por la necesidad de conseguir rédito electoral, pero mi impresión personal es que lo hacen tan mal que van a lograr el efecto contrario. En fin, en VOX se estarán comiendo un borrego, como dicen en mi pueblo en estas ocasiones, porque observan las debilidades de los oponentes, aunque insisto en que el PP, a pesar de todo, tiene el camino más expedito. Esta es la política, esa que el vulgo conoce como “quítate tú que me pongo yo”, que es muy cierta. Tanto que de vez en cuando se encuentra uno en la derecha a familias y sensibilidades diferentes, nada de uniformidad, lo mismo que en el PSOE hay mucha gente que de socialista no tiene más que el nombre.
Más sobre el tranvía, Alsa queda fuera. Asuntos ciudadanos. Como llega el final de año se van acumulando las cuestiones. Lo primero de todo, el tiempo, frío invernal, al margen del cambio climático que es tema de debate y controversia, la estación ha llegado con toda su fuerza, incluso ha aparecido la nieve a las primeras de cambio. Hay prisa en el equipo de gobierno municipal en lograr resultados a la gestión porque ya entramos en la cuenta atrás para las municipales de 2027, por esta razón el alcalde ha presentado 2026 como un ejercicio estratégico, y por ahora le va acompañando la suerte. Se acaba de cerrar el litigio pendiente con Aqualia, a favor de las arcas municipales, de manera notable, tanto que el Consistorio podrá saldar su deuda con la compañía y se podrá dedicar un importe considerable a la mejora de la red. Ignoro lo que dirá el Grupo Popular al respecto, que daba esta batalla por perdida. En cuanto al tranvía, que es de suponer que salga a la calle en 2026, porque de lo contrario sería una temeridad y debería movilizarse todo Jaén, la Junta acaba de adjudicar su mantenimiento, donde por cierto, contra todo pronóstico, ha quedado fuera la empresa Alsa, concesionaria del servicio de los autobuses urbanos, una piedra en el camino para los que daban por hecho esta alianza, tal vez demasiada fe en las posibilidades, creo que en más de un despacho están lamentándolo. Cuidado con las declaraciones porque si Alsa se ha olvidado de un requisito la empresa que finalmente ha sido adjudicataria tendría opción a recurso y estas cosas legales que obedecen a procesos abiertos hay que respetarlas, gusten o no gusten, por coherencia y por respeto a las normas, que están para cumplirse. No es de recibo que cada cada administración tenga su empresa favorita, eso tiene un nombre y no es ejemplar precisamente.
Mientras tanto los populares, mantenella y no enmendalla, continúan con su recurso para que la Recaudación Municipal no pase a Diputación, aunque considero poco viable que esta vía prospere, y por cierto se han hecho públicos los datos del resultado de la Administración provincial en la recaudación impositiva y es de completo éxito, por lo que recurriendo una vez más al refranero se podría decir que más vale malo conocido, que en este caso se da por óptimo, que bueno por conocer. Y no será tan malo cuando los ayuntamientos gobernados por el PP lo tienen encomendado.
En cuanto a las alegaciones al presupuesto municipal que está capilla, el PP tiene toda la legitimidad para hacerlas, faltaría más, pero el Ayuntamiento y la ciudad necesitan unas cuentas y ya hay bastante con las advertencias y hasta exigencias que haga el Ministerio de Hacienda para además ponerle palos a las ruedas. Después de tantos años es posible que cualquier presupuesto no sea un dechado de excelencia, pero mandara quien mandara parece obligado salir del túnel, porque lo único que hay que temer es que desde Madrid pongan reparos. En cuanto a las obligaciones que emanen de él para la ciudadanía a estas alturas de la película no debemos ser ingenuos y aceptar, con toda la indignación que el caso requiere, que somos los jienenses de a pie los que al final pagaremos los platos rotos por los políticos que nos han desgobernado. Todos deberían haber pasado por los juzgados y responder de despilfarros y mala administración, sobre todo porque vamos a ser las víctimas de unos verdaderos irresponsables.
Manifestación de taxistas. Esta mañana si han salido a la calle han podido encontrarse con la manifestación de taxistas denunciando violencia en el sector, refiriéndose a la paliza que un grupo propinó a un taxista, un hecho deleznable y muy preocupante porque la autoridad se esfuerza en demostrar y demostrarnos que estamos en una especie de paraíso terrenal en seguridad ciudadana y la crónica de sucesos un día sí y otro también se obstinan en dejarlos en evidencia. No es que seamos la primera capital en inseguridad, seguro que no, pero de la calma chicha de la que tanto tiempo hemos disfrutado y presumido, apenas va quedando algo más que el recuerdo. Quiero decir que requiere de una reflexión de los responsables y actuar en consecuencia. Por nuestro propio bien Jaén se merece ser una capital segura, limpia y que proyecte la imagen que una gran mayoría deseamos para ella. Y claro que hay que alegrarse por las obras de emergencia en el viejo cementerio de San Eufrasio, dice el Ayuntamiento que para garantizar su seguridad y dignidad. Es infame que el viejo camposanto siga en las condiciones en que se encuentra, fue un regalo envenenado este BIC porque se cae a pedazos y no hay dinero para respetar nada menos que la memoria de esta ciudad. No entra en mi cabeza cómo lo estamos permitiendo, claro que los jienenses tenemos grandes tragaderas, en décadas hemos pasado y así seguimos, teniendo que comulgar con ruedas de molino. Y la política en vez de ayudar ha sido un contratiempo.
Difícil acceder al Jaén Plaza. Algo de lo que sí quería dejar constancia es la situación que se vive sobre todo cada fin de semana y en esta época navideña todos los días y a todas las horas en los accesos al Centro Comercial Jaén Plaza. Colas kilométricas, desde la misma rotonda de acceso hasta casi La Yuca, y no les exagero, porque ayer mismo y esta mañana lo he podido comprobar. Está claro que esta infraestructura comercial se ideó pensando en los establecimientos y no en los usuarios, de modo que ahora quedan al descubierto los ideólogos de un proyecto fallido porque no se contemplaron los accesos adecuados y dice mucho y mal del nivel de los proyectos que se ejecutan en Jaén, porque otro tanto ocurrió con el Olivo Arena. Es una heroicidad sobre todo en fines de semana y en estas fechas a todas horas tener el atrevimiento de dirigirse desde cualquier punto al Jaén Plaza, porque se trata de acabar de los nervios. Al o a los responsables deberían entregarle la Medalla de Oro de Jaén por el estrepitoso fracaso. Pero no solo eso, se debería estar actuando con la mayor diligencia para buscar remedio urgente porque la situación es insoportable y de Jaén proyecta una imagen que no nos beneficia, todo lo contrario. Ya puestos a sacar tarjeta roja una debe ser para el Gobierno porque tanta propaganda como han hecho con los beneficios para Jaén de los planes de electrificación parece que llevamos el camino de quedarnos, una vez más, en la pariente pobre. Aquí lo han fiado todo al Cetedex y se acabó lo que se daba. Me recuerda al gobierno de Felipe González que en su día, con Boyer como impulsor, rescató a las entidades cooperativas de Jaén comandadas por Domingo Solís y nos estuvieron pasando factura durante muchos años, a razón de cero euros de inversiones para el territorio. Nada nuevo bajo el sol.
Aceituneros por todos los caminos. La provincia de Jaén se ha acostumbrado (muy buena costumbre, por cierto) durante los últimos años, a realizar la recogida del primer fruto del olivo en muchas explotaciones entre octubre y noviembre, para homenajear a los primeros aceites, que tienen el sello de la calidad y se está festejando, cada vez con mayor interés y entusiasmo, la llegada del oro líquido de calidad proveniente de la primera prensada, que ya se ha hecho famoso como producto gourmet ampliamente demandado. Es sin embargo ahora, tras la fecha tradicional de la Concebida, cuando se está procediendo a la recolección de la cosecha, cuando deja la lluvia. Nos agrada que en los últimos años se hayan generalizado los actos previos de inicio de la cosecha prácticamente por toda la provincia, no ya con las fiestas del primer aceite, también con otras actividades que coinciden en exaltar, en la capital y en numerosos pueblos, la importancia que tiene el inicio de la actividad en torno al producto que constituye la principal riqueza de la provincia y por lo que es conocida en todo el mundo. No sabemos cuál será finalmente el balance de la campaña olivarera, si la producción estimada de mediana cosecha que anunciaba el aforo de la Consejería de Agricultura de la Junta, para los 100.000 olivareros con que cuenta la provincia, se mantiene, sobre todo pensando en la repercusión en jornales. La aceituna siempre supone una importante inyección económica y social para esta tierra.
Clamando por la dignidad de Jaén. También recordar que se han cumplido ocho años, de qué manera vemos pasar el tiempo, de la segunda manifestación convocada por la plataforma Jaén Merece Más (17 de diciembre de 2017), miles de personas en la calle, para que luego los políticos hablen de representatividad y legitimidad, en un SOS, otra vez rebelándose contra el olvido histórico, una marea humana para clamar por la dignidad de Jaén. El gancho en aquella ocasión era la Inversión Territorial Integrada, la famosa y polémica ITI, pero podía haber sido cualquier otra reivindicación pendiente. Pero ya que estamos con la ITI, qué pedazo de engaño para la provincia, cómo la política, una vez más, se burló de nuestra ambición de progresar, nos hicieron ver que era el maná divino en forma de millones para transformar una provincia tan necesitada de ese empujón, pero qué ilusos. Al final una solemne tomadura de pelo, parte de esos más de 400 millones no se han visto por ninguna parte, la Junta casi cumplió con su compromiso, y además una elevada proporción del dinero consignado fue a parar, en el mejor de los casos, a proyectos que tendrían que ser asumidos por los presupuestos ordinarios de las administraciones y no por unos fondos de procedencia europea cuya finalidad debía ser transformadora, iniciativas emblemáticas para cambiar Jaén, no para sacar las castañas del fuego a la política que está harta de prometer y no cumplir, en definitiva para tapar sus vergüenzas.
El único argumento que no admite duda es que ocho años después de aquella manifestación ilusionante del 17 de diciembre de 2017, la política oficial se enroca y le viene bien que el clamor de la sociedad civil se haya transformado en otro vehículo político, por la sencilla razón de que era una traba a su ancestral estado de comodidad. Ahora pueden tratar a Jaén Merece Más de tú a tú. Tampoco crean que los poderes se inmutan demasiado, pero centran todo su discurso en dar a entender que fuera de ellos no hay soluciones posibles, en este caso para Jaén. Lo cierto es que miramos hacia atrás y nos da vértigo y una tremenda sensación de impotencia, y si lo hacemos hacia adelante, analizando con detalle todas las claves que hasta ahora tenemos, me parece que solo un milagro nos puede deparar un futuro más esperanzador. No tengo una bola de cristal, pero lo que veo no me gusta. Nada deseo más que estar equivocado y que o los partidos convencionales reaccionen, o los nuevos sirvan de revulsivo, pero los poderosos tienen casi todas las armas para anular la buena voluntad de los pequeños. Lo único que en verdad nos interesa a una inmensa mayoría es que Jaén avance, pues parece que ya toca. No se puede estar presumiendo de apuestas por Jaén cuando vemos a la ciudad ninguneada, girando permanentemente sobre la misma órbita de los problemas de siempre.
Pero hay que reconocerle a Jaén Merece Más que su compromiso no fue, como tantas iniciativas surgidas en distintos momentos, una cuestión de oportunidad o flor de un día, sino que vino para quedarse. Gracias a personas, colectivos y agentes sociales que surgieron en aquel momento histórico, un grito desesperado desde la sociedad civil, se pudo conseguir que en varias oportunidades las calles de Jaén se llenaran de dignidad. Algunas de las personas que iniciaron la batalla no están ya en lo que hoy es partido político, en cambio se han sumado otras, y el objetivo básicamente no ha cambiado, aunque en este momento las exigencias forman parte de un programa de gobierno en el Ayuntamiento de Jaén, con el PSOE, y están sometidas a ese acuerdo manifiestamente mejorable y en una gran parte desdibujado porque hace un año nos hicieron comulgar con ruedas de molino. Por cierto que el grupo municipal socialista en el Ayuntamiento insistía, cuando los “merece” gobernaban con el PP en querer conocer qué había del Fondo de Equilibrio Territorial y Convergencia Socioeconómica, incluido en el famoso Acuerdo por Jaén que quedó en agua de borrajas, y del que hoy día nadie habla y ya va siendo hora, es razonable que así sea, estoy de acuerdo, venga, noticias.
¿Qué quiere la Junta con la Universidad de Jaén? También seguimos expectantes con respecto a la Universidad de Jaén. Presiento que nos tocará reproducir los lamentos, la sempiterna resignación, mientras unos protestan y otros aplauden. El mismo Jaén de siempre, los dos jaenes conocidos. Mientras tanto, el rector no para de clamar dirigiéndose a la sociedad pero también especialmente a la Junta, que le niega el pan y la sal, aunque sus palmeros son muy obedientes y disciplinados. Nicolás Ruiz, que no tiene pelos en la lengua, ha dicho con total claridad: “Si nos atan las manos y nos cortan las alas, se está frenando el avance de la UJA, y con ello su indispensable contribución a la necesaria transformación de esta provincia”. Un profesor de reconocido prestigio me ha comentado en los últimos días y me lo estoy empezando a creer, que en determinados foros en privado ya se han oído planes que vendrían a restar fortaleza a algunas instituciones académicas, sobre todo las que se crearon en 1993. Me pregunto, ya que la diferencia entre estar bien y mal financiadas no es de una gran cantidad de millones sino de unos pocos y sobre todo de voluntad política, si no será ese el verdadero motivo por el que desde hace hace cuatro años se están regateando medios y por el contrario se buscan fórmulas para no hacerla competitiva, es decir, dejarla caer por la vía de los hechos, pues como dice muy acertadamente el rector, basta no darle suficiencia financiera y recortar para que no mantenga con dignidad el plan de estudios para que la UJA pierda su lugar en el mapa universitario, donde ha logrado prestigio reconocido en todos los rankings y todo ello a pesar de las trabas habidas y por haber. Una llamada a la sociedad civil de la provincia, ya que no me fío del gobierno y mucho menos si después de las elecciones se enfrenta a una mayoría absoluta. SOS, o nos movemos o a la UJA la estamos poniendo en peligro. Son momentos para expresarse de forma clara y la opacidad y el secretismo del gobierno andaluz mientras sigue dando cancha a las universidades privadas puede ser más que un síntoma.
Si permitiéramos que se siga actuando en contra de nuestra Universidad estaríamos dando siendo desleales con nuestra gente y con el territorio y no nos lo perdonaríamos ni lo harían las siguientes generaciones que criticarían con dolor nuestra indolencia. Para una institución modélica que tenemos todavía sorprende que haya parte de la política, la del poder andaluz, que le niega las alas. No me gusta un pelo esta actitud. Como tampoco me agrada lo más mínimo que el Consejo Social, que representa a la sociedad en la Universidad, qué paradoja, apruebe un presupuesto “de mínimos” para 2026, como dice el comunicado en el que quien se expresa es el propio rector, las cuentas están condicionadas “por los sucesivos incumplimientos de la Junta de Andalucía”. ¡Ay el poder! Sinceramente, un ejemplo del mundo al revés. El que tiene que defender ataca y el que tiene que atacar defiende.
Hay que estar alertas. Otro día trataremos, hoy ya no da para más porque les dejo lectura para un buen rato, del conflicto de la PAC, porque Bruselas no está por la labor y dudo que el ministro tenga autoridad para defender nuestro modus vivendi, así que conflicto a la vista. Mientras tanto intereses inconfesables siguen en sus trece con el proyecto de arrancar olivos y en cuanto a las plantas de biogás menos mal que la sociedad civil está actuando como debe, gobernando a los gobernantes, porque esta firmeza y rebeldía cívica es la única que puede frenar iniciativas que pueden tener sus beneficios para los pueblos, esto parece fuera de duda, pero no a costa de perjudicar intereses legítimos o de dar vía libre a que unos cuantos hagan negocio redondo a costa de renuncias o dejaciones. Hay que estar alertas, nada que pueda perjudicarnos debe ser consentido. Por las buenas o por las malas.
Foto: El acceso al Centro Comercial Jaén Plaza, desde cualquier dirección, es cada vez más complicado, se forman colas kilométricas, las de hoy han sido espectaculares.


