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Por ANTONIO GARRIDO / Hoy toca abordar las cuestiones políticas, porque se acumulan y a cual más jugosa, vamos de escándalo en escándalo con priotagonistas variados. Empecemos por el ínclito Ábalos, del que estos días el diario “El Mundo” está publicando un intercambio de mensajes vía whatsapp entre él, en su calidad de ministro de Transportes y secretario de Organización del PSOE, y hombre de plena confianza de Pedro Sánchez, precisamente con el secretario general de los socialistas y a la sazón presidente del Gobierno. Cierto, son privados, pero ponen de manifiesto el grado de complicidad entre ambos y sobre todo, a pesar de que los abducidos le quitan importancia, hay un hecho evidente y es la manera con la que el líder del socialismo se refiere a los suyos. El morbo actual, por mucho que como siempre se quiera matar al mensajero, es porque hay un evidente interés, estamos hablando de los números 1 y 2 del socialismo de España durante una larga etapa. Defiendo un mínimo respeto, pero ha de ser para todos y en este país casi se han perdido las formas, sálvese quien pueda, y tal vez sea la hora de preguntarse de quién es la culpa, quién empezó primero. Supongo que el PP dirá que el PSOE y viceversa, ellos son los primeros en reflexionar puesto que en ambas formaciones se han vivido episodios vergonzantes en los que en vez de rectificar les ha servido para exhibir a diario el conocido y recurrente “y tú más”.

Los socialistas piden que actúe la justicia, pero no se hizo en otros casos de similar calado. Entre todos los aludidos, de los que conocemos, el caso de la todavía ministra de Defensa, Margarita Robles, me parece representativo de la ejemplaridad que debería acompañar a un responsable público con respecto a sus más directos colaboradores. Llamarle “pájara”, aunque hayan pasado unos años, y no presentar la afectada su dimisión de inmediato, todo lo contrario, considerar que no tiene la menor importancia, me parece poseer un extraño concepto de la dignidad y de la lealtad, eso la una, y el otro con qué suficiencia utiliza el cargo ante su número dos, del que tiempo después nos hemos enterado de todos sus desmanes. Imposible que una vida tan distraída entre la política y todo lo demás no la conociera su presidente, aunque por otro lado es lógico que lo hiciera desaparecer de la noche a la mañana, como a Carmen Calvo, que causó tanta extrañeza, porque probablemente estaba al tanto de lo que se le venía encima. Insisto, cualquier persona con un sentido estricto del honor hubiera dimitido de su cargo ayer mismo, la señora Robles, que ahora viene a Jaén con cierta frecuencia, aunque nos la jugó con el Colce, por orden de su presidente, tampoco tenía ningún mérito para el premio que la Diputación de Jaén le ha concedido hace pocas semanas, y ya lo expresé con rotundidad en su momento, un pago político en toda regla.

Sin embargo, donde quería ir es a la visita a Jaén de José Luis Ábalos, entonces en un momento dulce y de estrecha relación con Sánchez. Fue a finales de abril de 2021, hace ya cuatro años, y un mes después de que el Ministerio de Defensa, a dedo, por inspiración de Carmen Calvo con el visto bueno de su presidente, tal como ella misma declaró, se hubiera decidido por Córdoba para instalar la Base Logística del Ejército, lo que popularmente se ha venido en llamar el Plan Colce. Ábalos vino entonces de apagafuegos, sabedor de que las primeras reacciones tanto del presidente de la Diputación, Francisco Reyes, como del alcalde, Julio Millán, habían sido demoledoras, hasta el punto de que el regidor escribió una carta al Presidente del Gobierno, que nadie sabe a ciencia cierta si llegó a su destino. Lo que sí es de dominio público es que a los pocos días cesaron las voces discrepantes, Moncloa y Ferraz llamaron al orden, y en este momento fantaseo en torno a los whatsapps que se debieron enviar la pareja Sánchez-Ábalos a propósito de la indignación de Jaén y de los jienenses. Pero sí, Ábalos vino a aplacar la ira e incluso reconoció algo así como la altura de miras de Reyes, que era también secretario provincial de los socialistas y que por cesar en sus críticas se hizo merecedor a unos cuantos elogios. Ya digo, si pudieran conocerse esos mensajes entre los dos mandamases seguramente nos sorprenderíamos. Ábalos debió decirle algo así como : “Este fuego está apagado”. Se desconocen, al menos por ahora, cualquier calificativo, pero seguro que los hubo.

Cierto es también que Pedro Sánchez, que como Roma no paga a traidores, mantuvo bastante tiempo expresivos recelos con Jaén, pero dado que la provincia no hacía más que manifestarle su adhesión inquebrantable, como siempre le ocurrió a esta tierra con todos los poderes, por supuesto fiel a Franco de principio a fin, y Reyes y todos los demás a coro le han venido reiterando lealtad incondicional, al final decidió levantar el castigo, o eso creo, porque es posible que María Jesús Montero, sabedora de todas aquellas maniobras orquestales, haya venido también con deberes. El Colce fue un duro revés y el Cetedex, aunque el PSOE no tenga más remedio que insistir en el “compromiso y la apuesta” del Gobierno, fue una conquista del pueblo de Jaén a través de sus manifestaciones y la indignación y rebeldía que dejó aquella afrenta, de nadie más, la política ha sido la vía, pero el logro ha de figurar en el haber popular. La verdad es que es una ventana abierta al futuro el Cetedex, pero en Córdoba están encantados con la proyección del Colce y con la llegada de empresas. No se trataba de una concesión graciosa otorgarnos el Cetedex, fue la necesidad de saldar una parte mínima de la deuda con la provincia a la que todos los gobiernos, y por supuesto este del PSOE en ejercicio, han contraído con Jaén, y justo es que empiecen a pagarla, aunque en asuntos como los del tren debemos estar preparados a que ocurra como tantas veces, porque el papel y las buenas nuevas de los políticos se los ha ido llevando el viento. Menuda le ha caído al nuevo secretario provincial del PSOE, Juan Latorre, que al hombre le faltan palabras para rendir tributo al Gobierno de España, claro que es la única manera de que le escuchen, halagar al presidente, porque sencillamente es lo que le gusta.

Aviso a navegantes. El presidente de la Diputación, Francisco Reyes, eufórico estos días por la parte que le toca, y es mucha, en relación con la Expoliva, acaba de hacer unas declaraciones en las que se ratifica, con tiempo, en que cuando termine su actual mandato en Diputación, en 2027, estará a la disposición de su partido por si considera que es útil que “colabore” en alguna función. Tiene sentido que él haya optado por Juan Latorre, no dudo de su idoneidad, pero forman un buen tándem, le ha otorgado algunos privilegios como la vicepresidencia primera para hacerse omnipresente y darse a conocer, entiendo que en dos años será normal que Latorre le devuelva a Reyes la generosidad política mostrada al ciento por uno. Dicho de otra manera, que veo al político bedmareño, que ha pasado por todos los puestos posibles desde el primero que fue alcalde de su pueblo, repitiendo al frente de la Corporación Provincial, porque creo que le apasiona culminar algunas tareas o quizá volver al Congreso. Reyes ha acumulado una enorme experiencia política, pero la política no debería ser una ocupación de por vida y cada vez hay más casos de esta naturaleza. En Jaén ya tenemos unos cuantos ejemplos de personas que pasaron de la juventud a la política y ahí se piensan jubilar, o no.

Mientras tanto, en la casa del adversario de siempre, el Partido Popular, las cosas parece que están solo regular. Ayer informaban de una reunión del portavoz en el Ayuntamiento y exalcalde, Agustín González y algunos miembros de la dirección del partido con un nutrido grupo de afiliados. No ha trascendido lo tratado, pero hay inquietud y tras el anuncio por parte de Feijóo del congreso nacional en julio, seguirán los procesos congresuales para llegar en otoño a Andalucía y sus provincias, todo ello con la idea de prepararse para las elecciones, aunque extrañe que una organización política no esté en permanente estado de revista. Hoy, en el periódico Diario de Sevilla se analiza este proceso y se habla expresamente de ruido en Sevilla y Jaén. La periodista Stella Benot, aguda analista, no tiene la menor duda de que la situación en el PP de Jaén es mala, y afirma que el presidente provincial y diputado andaluz, Erik Domínguez, está bastante cuestionado desde que se perdió la Alcaldía de la capital por una moción de censura. El propio Domínguez ha reconocido públicamente que se hicieron cosas mal, y en algún momento ha hecho alusión a que debió fortalecerse la relación con Jaén Merece Más, en definitiva se achaca la pérdida de la Alcaldía a una falta de pericia política en la dirección provincial. No debe olvidarse que el propio Erik Domínguez era concejal y desertó apoyándose en que quería dedicarle a cada una de sus responsabilidades el tiempo suficiente. Por la misma situación pasa el propio Agustín González, del que algunos cargos populares consultados dudan que pueda ser el cabeza de lista en las próximas elecciones, el problema es dónde está el recambio, si dentro o fuera. El sentir general dice que fuera.

Por otro lado la periodista a la que hago referencia, coincide con lo que se traslada en círculos generalmente bien informados, en el sentido de que existe tensión entre diferentes cuadros del PP de Jaén, calculo que no el núcleo duro, y que en algunos casos se está llegando a descalificaciones personales, por lo que hay una evidente división en dos bandos. Nada nuevo bajo el sol, suele ocurrir en todos los partidos, pero en el PP de Jaén es una constante enquistada desde hace mucho tiempo y la unidad que pareció lograr a su llegada Erik Domínguez se va desdibujando, fuera de los ámbitos de responsabilidad y poder político hay malestar, incluso por las propias políticas de la Junta, como la sanidad, que es verdaderamente sangrante y no parece que tenga visos de solución. Pero hay más en la información a la que aludo, se dice que una parte aboga por un fichaje de peso para recuperar la afiliación, y otra por dar mayor protagonismo al alcalde de Alcalá, Marino Aguilera, que ignoro en este momento si podría ser la clave. Lo que desde Sevilla, donde está centralizado el poder político, no admite ninguna duda, siempre según la opinión de la periodista Stella Benot, es que Erik Domínguez “no sequirá dirigiendo a los populares de su tierra”, Y añado yo, y se puede acabar el sueño de “tomar” la Diputación Provincial, su verdadera obsesión política, como lo fue en mayor o menor medida en sus antecesores. En resumidas cuentas, todo el partido a nivel nacional, también las provincias, han de adaptarse a la nueva estrategia que salga del congreso del PP. Y un término que empieza a tomar fuerza es el de “renovación”.

Foto: El presidente del PP provincial, Erik Domínguez, y el portavoz en el Ayuntamiento de Jaén y exalcalde, Agustín González, hoy en Expoliva.

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