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Por ANTONIO GARRIDO / Nada nuevo bajo el sol. Solo que se ha iniciado el curso y que la socorrida frase del otoño caliente está a punto de hacerse una realidad. Por el momento se agolpan los acontecimientos, se abren expectativas, se hacen apuestas. Como no somos una isla, nos preocupa no solo nuestro futuro particular, el de la provincia, sino el del país o la nación de los que somos parte. Y el mundo, que está muy revuelto. También nosotros nos preguntamos si arrancará con normalidad, es un decir, la actual legislatura, aunque en este momento la voluntad política de quien parece tener en sus manos teóricamente una mayoría aritmética, que de eso se trata, es de sobra conocida, por eso es inviable a día de hoy la alternativa, aunque ello suponga tensar la cuerda hasta el extremo, incluso poniendo en riesgo valores esenciales de nuestras leyes de convivencia, pese a que hay una respuesta interna bastante sonora, si bien la voracidad de un poder político autócrata le hace oídos sordos, con el sonoro silencio de todo un partido. El clamor de las viejas glorias lejos de tomarse en consideración sirve casi de mofa, esto ocurre cuando la política se obstina en el poder por el poder, porque de la legitimidad se pasa rápidamente al desvarío.

Pero dejen a un lado al gobierno y pongan sus ojos en la oposición, Feijóo se pasa de frenada un día sí y otro también, lo último conocido es comentar una conversación privada con el rey de España. De una torpeza inaudita, de manual, no es nada normal que las conversaciones con el monarca trasciendan por una elemental cuestión de prudencia. El presidente del PP se lo está poniendo complicado a sí mismo, mientras las encuestas continúan regalando expectativas a Abascal, los deméritos de los demás sirven para alimentar a esta opción. Sánchez está amortizado, pero es que Feijóo no se encuentra en mejor situación. En España y en Andalucía tendremos a Vox con presencia importante y decisoria en las cámaras. No expreso mi deseo, en absoluto, pero va pareciendo irreversible y la democracia tiene que prevalecer siempre, entre otras cosas porque algo habrán hecho los demás para que un partido como Vox tan denostado, que hasta hace no mucho lo presentaban como irrelevante, casi residual, ocupe un papel tan de primera fila. No pretendo ser alarmista, tampoco estoy en la idea de rasgarme las vestiduras por cualquier causa, pero hay líneas rojas que se están violentando. Ya lo dijo un personaje tan poco sospechoso como el profesor Tierno, una voz y una conciencia política y ética de primer nivel: el poder es como una explosión, o se maneja con cuidado o estalla. Algo parecido ocurre.

Por lo que se refiere al escenario en el que nos encontramos, nuestro Jaén, la vuelta a la normalidad plantea realidades e interrogantes. El Ayuntamiento es un buen referente, el equipo de gobierno de PSOE y JM+ trata de ordenar su periodo de gestión, tras un verano en el que ha habido pocas concesiones al descanso, y la oposición popular ha ejercido su función sin tregua vacacional. Todos deberían hacer un esfuerzo por superar lo que les divide en aras de la ciudad de todos, pero el panorama al que nos enfrentamos en estos días señala todo lo contrario, las espadas están más en alto que nunca, se huelen elecciones, al menos las andaluzas, se adelanten o no, y el que no corre, vuela. El actual regidor, Julio Millán, declaró una vez que la alcaldía de Jaén es una silla eléctrica, supongo que se estaba refiriendo a la ruina económica. Su sucesor y hoy en la oposición no lo dijo nunca así, pero es verdad que trató, sin éxito, de mover Roma con Santiago para hacer viable que la abultada deuda municipal, somos líderes en España, no fuera un hándicap para encontrar posibles salidas hacia un panorama menos angustioso, no digo quita de la deuda, aunque también es legítimo que si le perdonamos a Cataluña nos pongamos a la cola, aquí o fórmulas para todos o se rompe la baraja.

Volviendo a la ciudad, tal vez no haya razones para la euforia, pero tampoco para hacer juicios severos, creo que es un momento para compartir el escenario de la responsabilidad, por parte de los que fueron y los que son. Y esto en el escenario de una sociedad jienense dividida, con un panorama manifiestamente mejorable, con unas redes sociales donde es visible este divorcio que constituye un lastre para encarar otro futuro. La mentalidad debería jugar un papel de locomotora y además posibilitar que todos, de izquierdas y de derechas, de arriba y de abajo, cojamos el mismo paso, aunque de entrada reconozco que esta situación es harto improbable en un marco cargado de ancestrales secuelas que conforman un entramado de intereses donde lo difícil es coincidir y lo fácil discrepar. Hasta que no cambiemos irremediablemente ese chip peligroso y casi fatal para nuestro destino, no avanzaremos como pueblo, Bien que lo lamento y creo que no soy el único.

Y ahora sí me paso al tema del día, la comparecencia en rueda de prensa del alcalde, Julio Millán y de su primera teniente de alcalde por Jaén Merece Más, María Espejo. Creo que es la primera vez, que alguien me corrija si me equivoco, que aparecen juntos en los últimos meses, en amor y compaña, y en esta última etapa de convivencia, pasada otra crisis, han exhibido un clima de unidad en lo fundamental, aunque ambos han dejado claro que no todo es de color de rosa en las coaliciones, si bien tras esta consideración el propio alcalde ha reconocido que escogen el camino de seguir remando en la misma dirección y que el objetivo es centrarse en las oportunidades en lugar de ahogarse en la dificultad de la tarea. María Espejo, sin concesiones a la galería, lo ha dicho de otra forma más llana, como en otras ocasiones: “somos la mosca cojonera”, refiriéndose a los ediles de Jaén Merece Más, “que hemos venido a servir a la ciudad desde el equipo de gobierno”.

En esta cita con los periodistas, que ha levantado máxima expectación, ha habido dos partes diferenciadas. En una primera los dos protagonistas han presentado los objetivos de cara al último trimestre del año y lo han hecho con cierto alarde de euforia, gracias a inversiones a realizar por un importe de unos diez millones de euros, y han desgranado cada una de las cuestiones pendientes, en algunos casos a falta solo de adjudicar, pero en otros nos han vendido también un poquito de humo. Ha sido una especie de totum revolutum con el que han querido los responsables municipales tranquilizar a la ciudadanía en el sentido de que hay una hoja de ruta y que los socios se han puesto de acuerdo en ella, incluso María Espejo ha hecho una pequeña autocrítica: “Los arrebatos políticos nunca son buenos, pero la ineficacia y la inercia tampoco”, tras lo cual ha dejado claro que la relación con el PSOE no gustará a todos, “pero trabajando estamos, cosa muy distinta a lo que ocurría con el PP, con el cual no había sobre la mesa ningún proyecto de gestión”. Por su parte el alcalde ha enviado un mensaje de optimismo: “Los jienenses están en buenas manos”. No saben qué alivio.

Millán y Espejo se han detenido en algunos de los proyectos, en realidad los han enumerado casi todos, y en su inmensa mayoría carecen de financiación municipal, son de otras administraciones o de la iniciativa privada. Una retahíla de actuaciones que unas saldrán y otras no. Estas ruedas de prensa tan pomposas y con tanta temática me resultan por lo general bastante poco creíbles, pero la política se ha acostumbrado a este marketing, han debido pensar que tras el verano hacía falta vender esperanza, sabedores de que la opinión pública tiende al pesimismo, tantos años de sequía y de abuso de los compromisos. Lo que sí me ha sorprendido, tal vez porque hoy me parecía muy forzado, es toda la beligerancia que los dos responsables municipales han tenido con la Junta, ambos han sido bastante duros con Juanma Moreno y su gobierno. Esta parte me ha parecido muy política, y ojo que no digo que en algunos aspectos les falte razón, pero globalmente considerada mi valoración es la de un duro alegato, pactado y forzado. Y eso que no soy el abogado defensor de la Junta, pero tal vez estemos en el momento procesal de pactar todos para salvar a Jaén.

Aunque haya que cantar las cuarenta con temas tan hirientes como el de la Universidad o los proyectos que se eternizan con argumentos peregrinos y una falta de credibilidad asombrosa. Es verdad que la Junta no pierde oportunidad de vendernos como éxitos sus propias competencias, como la educación gratuita para un alto porcentaje de menores de tres años, parece que hacen un favor cuando están obligados a gestionar y a gobernar, cierta publicidad es un tanto discutible, solo faltaría que se caracterizaran encima por la inacción. Naturalmente han salido a colación los famosos 18.000 millones para condonación de la deuda a la Junta, ojalá aplicaran la misma medida a Jaén, y han calificado de “muy deficiente” el balance de la actual Junta de Andalucía. Bien es cierto que no he escuchado la más mínima crítica hacia el Gobierno de España, con el que, se ha dicho, vienen trabajando y se verán resultados. Me lo creo bien poco, aunque ellos tengan la obligación de hacer de la necesidad virtud.

Finalmente, el alcalde reconoce que en este mandato no se va a realizar ninguna actuación relacionada con su anuncio en abril pasado de convertir el actual edificio del Ayuntamiento en hotel de cinco estrellas, entre otras cosas, conviene recordarlo, porque hubo una moción del PP, apoyada por el socio de gobierno Jaén Merece Más (radicalmente en contra) y por Vox, que se lo rechazó de manera muy contundente. Ya dije en su momento que me parecía una barbaridad y que no estamos en tiempo de experimentos, bastante se ha perdido ya del legado, era una propuesta muy arriesgada además de difícil de entender en edificios que son parte del alma de Jaén y que pertenecen ya al Ayuntamiento sino que con el tiempo han pasado a formar parte del patrimonio de la ciudad. Me alegro de que no se cumpla, al menos por ahora, este sueño del actual alcalde, y que los regidores y las corporaciones sean más sensibles y no toquen la esencia y la identidad de Jaén. Por cierto, hoy se ha conocido que tras una consulta del Grupo Popular en el Consistorio,  el ICOMOS se pronuncia en el sentido de que cualquier actuación en el edificio de la Plaza de Santa María tendría que valorar su relevancia histórica, arquitectónica y cultural. Los experimentos, con gaseosa.   

Foto: Julio Millán y María Espejo, con sus mejores semblantes, en la comparecencia de prensa de hoy.

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