Por ANTONIO GARRIDO / Ayer tuve el placer de asistir como invitado a la entrega de los I Premios Paraíso Gastronómico que promueve la Asociación Empresarial de Hostelería y Turismo de la Provincia de Jaén, Hosturjaen, y la primera sensación que tuve, y el resto de la concurrencia, varios cientos de personas, es la fortaleza y la unidad que se respira en este colectivo empresarial. Lleno en el salón Guadalquivir de la Institución Ferial y un acto que resultó redondo tanto por la excelente organización como por el acierto a la hora de conceder los premios. Había que empezar y se ha hecho respetando los méritos de los galardonados, pero también somos conscientes de que es imposible que estén todos los que son, porque en un año se acabaría la enorme lista de grandísimos profesionales como en el día a día arriman el hombro para hacer Jaén.
La palabra que más se repitió anoche es “felicidad”, y con buen criterio, porque en la inmensa mayoría de los establecimientos de hostelería se va a eso, a disfrutar. Me agradó no solo el acto en sí, su liturgia, la encomiable tarea del maestro de ceremonias y en general el orden establecido para la entrega de las distinciones, sino asimismo determinados mensajes y reflexiones que quedaron en el ambiente. Por ejemplo, que esta asociación de empresarios, rearmada y revitalizada tanto en su proyección hacia el exterior como en su funcionamiento interno, constituye un ejemplo a seguir. De entrada se ha apuntado al término que define al turismo provincial, Paraíso, y le ha añadido el apellido Gastronómico, consciente, como lo somos todos los jienenses, que la gastronomía se ha convertido en los últimos años en un motor de indiscutible referencia para aumentar, y las cifras cantan, la presencia de turismo en nuestro territorio. Y tienen además el mérito de ir juntos con las instituciones que trabajan en la misma dirección, caso de la Junta de Andalucía y especialmente la Diputación.
Hosturjaen dio en la noche del lunes a la sociedad jienense una lección de buen hacer y aunque el protagonismo lo tuvieron los que tenían que tenerlo en función de los cargos establecidos, no cabe duda de que el alma mater, también para esta gala, ha sido el incombustible Ramón Calatayud Lerma, conocido dentro y fuera de Jaén por su talante y desde luego porque sabe tocar todas las teclas para conseguir que un colectivo se haga plenamente visible, como en este caso. En el acto de referencia se dio cita la flor y nata de los establecimientos más señeros de la capital y provincia, y pudimos saludar a mujeres y hombres que son institución en el sector hostelero y desde luego que enriquecen la gastronomía y dan valor a nuestros productos de excelencia, sobre todo el aceite de oliva. Otro dato imposible de olvidar es el recuerdo que se dedicó a los bares ubicados en los pequeños núcleos rurales de nuestra geografía, convertidos, más aún con la despoblación que tanto preocupa, en centros sociales, donde se da la oportunidad de reunión y de convivencia entre vecinos, de ahí la importancia de que no falte, ni siquiera en el más pequeño rincón de nuestro Santo Reino, un local que reúna estas condiciones. Otro aspecto que no pasó desapercibido es que la hostelería y el turismo en la provincia de Jaén no pasan desapercibidos en los ámbitos regional ni nacional, por el contrario se les tiene muy presente, sobre todo porque se hacen valer los números, la imaginación y el trabajo constante, todos de la mano para hacer que Jaén siga creciendo.
Los miembros de Hosturjaen, empezando por sus directivos, estaban rebosantes de satisfacción por el primero de muchos éxitos, y los asistentes, también, gozando de la estupenda velada y brindando por el futuro. Después de la entrega de premios propiamente dicha, los asistentes participaron de un ágape servido por Casa Herminia, sinónimo de calidad y de tradición culinaria.
Me agradó mucho encontrarme con tantos y tan buenos amigos, empezando por la secretaria general para el Turismo de la Junta de Andalucía, Yolanda de Aguilar, una de las mujeres más brillantes y reconocidas en el firmamento turístico, que cuenta en su currículum, entre otros méritos, con el de haber sido responsable de Fitur. Es digna hija de su padre, mi buen amigo Julio Aguilar Azañón, empresario y político, que fue presidente de la hoy tristemente desaparecida Cámara de Comercio de Jaén, donde dejó su impronta y su legado, por ejemplo Expoliva.

Imagen: Foto de familia de autoridades y todos los premiados en los Premios Jaén Paraíso Gastronómico.
No quiero seguir nombrando a los asistentes porque seguro que me dejaría a alguien. Sí me voy a referir a los premiados, de manera especial a los que conozco, que son todos o casi todos. Empezando por el Premio Embajador de la Gastronomía Jienense, que ha sido para Pedrito Sánchez, del restaurante Bagá, a quien desde hace tiempo llamo Su Excelencia Pedrito, porque él ha sido el artífice principal del triunfo de nuestra gastronomía, una mezcla de sencillez y grandeza en el oficio, y después han venido otros buenísimos cocineros, pero hay muchos más extendidos por toda la provincia, no hay más que darse una vuelta por ella para conocer su riqueza por los cuatro puntos cardinales. El Premio al Mejor Comunicador de la Gastronomía Jienense no podía tener mejor destinatario que la Asociación Gastronómica El Dornillo, de Valdepeñas de Jaén, que lidera un amante de su pueblo y de las mejores tradiciones, entre ellas la cocina de toda la vida, mi admirado amigo Juan Infante, que también es cronista oficial. Gracias a El Dornillo la gastronomía de Valdepeñas y por ende de toda la provincia es conocida y valorada en otros lugares y ha tenido el acierto de establecer alianzas con distintas instituciones, entre ellas la Universidad, para esta labor divulgadora. Son un ejemplo digno de imitar. Entre los premiados institucionales se ha rendido tributo a la Diputación, que siempre está, que ha hecho una labor de apostolado por la calidad del aceite de oliva, nuestra seña de identidad, pero que se ha cuidado de apoyar el talento surgido de los fogones. Otro galardón ha ido a parar a la Ermita Madre de Dios, en Úbeda, un edificio realmente asombroso, que he conocido en varias ocasiones, y con una variedad gastronómica sorprendente, merece la pena ir a conocerla.
Ha habido reconocimiento, asimismo, para dos iniciativas que mejor han contribuido a mejorar la promoción turística de la provincia. Es unánime la opinión del gran trabajo que realiza en Jaén la Asociación Provincial de Agencias de Viajes, que acaba de apuntarse un éxito espectacular con la celebración en Jaén de la 8ª Cumbre Mundial de Agencias de Viajes. Recogieron el premio Francisco Fernández como presidente, y Trino Martínez, el imprescindible, siempre hemos dicho de él que es el mejor relaciones públicas que tiene Jaén y lo ha demostrado con creces en este gran acontecimiento que ha puesto a la provincia en el mapa viajero de todo el mundo, pero que en el día a día es sinónimo de profesionalidad y de apoyo a la promoción de esta maravillosa provincia en la que vivimos. Otro hito importante que se ha premiado, como hecho sobresaliente y de gran atractivo, es la Recreación de la Batalla de Bailén, en este caso la historia de un triunfo sonado sirve de excusa para atraer visitantes.
Del resto de los premiados, con el denominador común de hosteleros con al menos 35 años en su actividad, se ha distinguido al restaurante Los Pinos, camino del Santuario de la Virgen de la Cabeza; a Tabernas Don Sancho, de Jaén; al Bar Los Jamones, de Linares, donde más de una vez hemos degustado sus exquisitas tapas y goza de una gran solera; al Hotel Restaurante Orellana Perdiz, de La Carolina, donde una parada es un regalo para los sentidos, y qué categoría la de esta familia que conserva un excepcional legado. También se ha premiado, cómo no, al Hotel Restaurante Juleca, de Jaén, donde durante muchos años, y siguen, pero además con la suma de una nueva generación, los hermanos Pele y Paco Lerma son probablemente dos de los hosteleros más conocidos y reconocidos, grandísimos profesionales, de los mejores sin ninguna duda, aparte de excelentes personas, y su establecimiento ha visto pasar a todo Jaén por sus magníficas instalaciones y disfrutado de la cocina salida de sus fogones. Pele y Paco son dos referentes que se merecen todos los premios que se les otorguen, supieron convertir un pequeño negocio en uno de los más acreditados de la provincia. Enhorabuena.
En cuanto a la Cafetería Colón, que también ha recibido premio, no hace falta hacer ningún comentario. No hay jienense que se precie que no haya probado los churros elaborados en el establecimiento que ha regido Francisco Moreno Fernández, otro de los grandes, al que he conocido durante muchos años, antes a sus padres y ahora a su hija Laura, que consolida la continuidad de un negocio en el Jaén de nuestra memoria. Para terminar, también porque me lo pide el cuerpo por el cariño que siempre tuve hacia el dueño histórico de La Barra, Carlos de Pablo, se ha llevado otro de los Premios Paraíso Gastronómico. Si con mi querido y recordado Carlos padre y su esposa Alfonsa el negocio ya era un lugar de obligada concurrencia, gracias a su singular gastronomía y el atractivo y sugerente Rossini que se ha hecho tan famoso, hoy es Carlos de Pablo, el hijo del patriarca el que rige el negocio desde hace años y ha seguido haciendo de él un templo culinario y de reunión. Carlos es creativo y extrovertido y su clientela mantiene su fidelidad. Otro negocio emblemático con muchos años y con un futuro asegurado, otra generación que viene creando, soñando, y en todos los nombrados también, haciendo escuela.
Un premio muy especial fue de homenaje a un ex presidente que dedicó varios años a hacer grande el sector, como hoy la hace el equipo capitaneado por Francisco Navarro Lirio, y sus compañeros han decidido que merecía recompensa. Se trata de Antonio Lechuga Parras, que desempeñó su tarea en varias iniciativas y que hoy está fuera del sector, pero habiendo acumulado tarea y recuerdos muy gratos, que toda la hostelería ha sabido reconocer, nobleza obliga, y el bueno de Antonio rebosaba satisfacción. En fin, una gran noche, inolvidable. Ya sabemos el valor de la hostelería y el turismo en Jaén y su provincia, pero hace falta que haya actos de esta naturaleza para en conjunto poder valorar la verdadera dimensión de lo que aporta este sector representado por Hosturjaen en la creación de riqueza y en poner en el escaparate algunos de los más valiosos tesoros de los que los jienenses podemos presumir.
Foto: Pedrito Sánchez, de Restaurante Bagá, posa con su premio, junto a Yolanda de Aguilar y los directivos empresariales.


