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Por ANTONIO GARRIDO / El patio sigue animado, preocupantemente animado, da igual que hablemos del genocidio en Gaza, pasando por otros conflictos mundiales a los que no se ve solución, más bien todo lo contrario, y lo mismo ocurre con Europa que se encuentra en un callejón sin salida porque la diplomacia falla estrepitosamente. El mundo se ha convertido en una bomba de relojería, aumentada por la falta de auténticos liderazgos, por cantamañanas elevados a las máximas responsabilidades, gente que no merece crédito y nos tienen a todos en ascuas. En España no está el ambiente mejor. En las últimas horas han coincidido dos legítimos intereses, una acreditada vuelta ciclista que da imagen a nuestro país, y una reivindicación legítima a favor de Palestina, que por la falta de diálogo y también de respeto ha terminado como el rosario de la aurora. Las sesiones del Congreso son infumables, y no hago excepción, porque todos y todas quedan retratados cuando suben a la tribuna, casi siempre para insultar o embarrar. El escenario político lleva tiempo así, pero ya es irrespirable, es imposible que con este clima podamos llegar indemnes al año 2027, fecha en la que tocan elecciones generales porque Pedro Sánchez no parece tener en su agenda la posibilidad de adelantar los comicios, y tal como ha dicho, ni siquiera en el caso de que los Presupuestos Generales del Estado que se ha comprometido a presentar, se rechacen. Demasiada política partidista y mucha politiquería, si ya se ha convertido en normal la polarización y la crispación, en época preelectoral con todos los escenarios abiertos, porque estamos en la cuenta atrás para todos los comicios, las formaciones políticas actúan a la desesperada.

No es posible pedir mesura ni a Sánchez ni a Feijóo, ambos están por lo que valen, sin olvidarnos de Abascal, que encima sin mover un solo dedo le sonríen las encuestas, todas, a pesar de que cada empresa encargada de los sondeos barre para casa, no es lo mismo el CIS de Tezanos, que la encuesta que hoy ofrece el diario ABC. La misma situación se vive en Andalucía con el tándem Moreno Bonilla-María Jesús Montero, y encima con el asunto de la quita de la deuda, que sí, que puede ser echar una mano, pero la política que proyecta el Gobierno de España nace de su compromiso con los independentistas catalanes. Lo que me parece indignante es la carrera a la que estamos asistiendo de insultos a líderes políticos, me da igual que sea Pedro Sánchez, que Feijóo o cualquier otro. En un país civilizado, y por mucha que sea la discrepancia con los gobernantes o los políticos en general, las críticas deben estar presididas por el respeto, hemos perdido el norte, esta no es la España en la que me gusta vivir, sueño con un país libre pero, donde se defiendan todos los derechos, donde exista la crítica razonada y razonable, donde se sepa reprimir las opiniones y expresarlas donde hay que hacerlo cada cuatro años, en las urnas. Sí, ya sé que hemos llegado a un extremo muy peligroso en el que la democracia afronta una dura prueba cada día, pero ni siquiera ese es motivo suficiente para que perdamos las formas. Estoy radicalmente en contra de esta manera de enfrentarse a la realidad, y deploro el uso que se hace de las redes sociales, convertidas entonces en redes fecales, para soltar todo el odio y la crispación que llevamos dentro.

¿Y en Jaén, qué pasa? Todo lo mismo que en Andalucía y que de Despeñaperros para arriba, solo que corregido y aumentado. Nunca ha habido el menor acercamiento entre PP y PSOE, o al revés, PSOE-PP, para trabajar juntos por una ciudad de Jaén al gusto de todos. En las últimas semanas, a la vista de las continuas diferencias por todo o casi todo, en alguna ocasión he estado por repetir esa famosa frase del rey emérito, Juan Carlos, dirigida al entonces dirigente venezolano Hugo Chávez, ¿Por qué no te callas?, porque para un ciudadano de a pie no es de recibo estar asistiendo a una continua confrontación con nuestra ciudad como excusa. Partimos de la base de que a ambos, por encima de meras cuestiones ideológicas, les debe interesar que Jaén avance, por tanto es más fácil que se esfuercen en pactar, también por supuesto con Jaén Merece Más, aportaciones en positivo, que estar a diario difundiendo asuntos que en ocasiones ni siquiera interesan a los jienenses porque dependen de quienes tienen la responsabilidad de gobernar, con aciertos y errores. Es importante, sin duda ninguna, el papel de la oposición, pero en Jaén se ha convertido en una especie de campo de minas, y lo peor es que creo que en todas las direcciones hay más que interés ciudadano un posicionamiento político para las listas que vienen. En este momento se debe hacer un esfuerzo por un mayor entendimiento en lugar de tanta tensión que nos contagian, no sé si son conscientes.

Hay algunos asuntos sobre la mesa del debate que les tiene muy entretenidos a los munícipes, de manera especial a la coalición gobernante de PSOE y Jaén Merece Más, la patata caliente de si se transfiere a Diputación la responsabilidad de recaudar los tributos municipales. Hay quienes lo ven meridianamente claro a favor del organismo supramunicipal y quienes desconfían, como el propio PP, por estimar que pierden las arcas municipales, aunque no se puede olvidar que gobernando Agustín González quisieron pasar esa responsabilidad al Ministerio de Hacienda. ¿Era mejor opción? Jaén Merece Más, de quien finalmente depende el paso que se dé, tiene serias dudas y apuesta por solicitar informes al CES local y al Colegio de Economistas. Esto de pedir informes no es nada nuevo, incluso en los primeros años de la democracia y mucho tiempo después ha sido moneda corriente, cuando hay dudas mejor acudir a los expertos. Ahora bien, Diputación ejerce esta responsabilidad con 94 municipios y a los ayuntamientos les va bien, porque tienen recursos y el éxito recaudatorio es máximo. Aquí el quid de la cuestión está casi exclusivamente en el personal, que a mi juicio no debería dejar de pertenecer a la administración de la que forma parte, el Ayuntamiento de Jaén, ni siquiera salir de sus dependencias. Lo demás depende de los números, lo que sea más ventajoso para las paupérrimas arcas municipales.

Pero es una decisión política y hay que afrontarla con valentía y decisión. No obstante, ante la duda, y dado que el servicio municipal tiene demostrada eficacia, en tiempos de dificultad mejor no hacer mudanza, aunque hay asuntos que se pueden conveniar con la Diputación, a cambio de ese servicio, que sí podrían ser enormemente rentables. No se pueden cerrar puertas ni confiar en quienes ante este tipo de dilemas actúan como el perro del hortelano, que ni comen ni dejan. Una colaboración leal entre Ayuntamiento y Diputación siempre se ha demostrado rentable, más que nada porque el Palacio de la Plaza de San Francisco acoge a una administración saneada y ha resuelto muchos escollos municipales. Los que están por el “no”, deberían pensar si adoptarían la misma actitud en el caso de que fuera el PP el partido gobernante. Si es una guerra de partidos o de gestión pura y dura.

Por cierto, he escuchado parte de la entrevista que el excelente periodista Raúl Beltrán ha hecho en ExtraJaén a la concejal de Presidencia, por Jaén Merece Más, María Espejo, en la que la también responsable municipal de Cultura, que esta misma semana estrena su Festival de Otoño, da a entender que se vienen cositas en torno a la deuda. No ha dicho más, pero parece que se quedaba con las ganas de dar un notición. La penúltima crisis con el PSOE tras la moción de censura, igual ha hecho mover ficha a la otra parte del pacto ante el temor de una ruptura, aunque a medida que se acerquen las elecciones municipales veremos cómo se desvían los caminos, los votos son un asunto demasiado serio para no dedicarse a cosecharlos.

Y tras iniciarse el curso volvemos a los temas recurrentes, cómo no, que se van sucediendo un ejercicio tras otro. Tengo anotada en mi agenda una intervención del presidente de la Diputación, Francisco Reyes, en el Foro “Andalucía desde sus territorios”, en el que defendió el avance de los dos últimos años de este mandato para resolver demandas históricas de la provincia. No voy a entrar en otros asuntos que más o menos están en proceso, pero sí me llama poderosamente la atención cuando Reyes confirma que “ya está planteada la conexión de la alta velocidad”. ¿Qué quiere decir planteada y desde cuándo defienden esta cantinela?, tal vez pesa más su deseo que la realidad, porque el compromiso lleva ya muchos años, sin éxito, de hecho el propio Reyes cuando se le ha urgido tiempo atrás respondía que la alta velocidad no se compraba en un supermercado. La conexión con la alta velocidad hacen mal en venderla como si fuera cosa de mañana o de dentro de un año, sabemos que va para largo y que no lo van a lograr en esta legislatura y tengo dudas de que después, es un proyecto a medio o largo plazo, lo contrario sería una agradable sorpresa. Acepto que la Diputación es un agente dinamizador, que ha impulsado el Cetedex, que veremos en qué queda porque la industria de la defensa se va transformando a pasos agigantados a juzgar por el paisaje mundial, es verdad asimismo que la Diputación no es un saco sin fondo, pero cierto que con 155 millones de presupuesto hace milagros porque los administra bien y llegan a muchas partes.

Veremos el presupuesto municipal, ahora trasladado a noviembre, pero mucho antes, espero que a finales de este mes, se han de conocer detalles del anteproyecto de las cuentas de la Junta, que deben estar ya en maquillaje, y sabremos qué podemos esperar en año electoral del gobierno de Juanma Moreno Bonilla, contando además con que gane las elecciones, como dicen las encuestas y si gobierna solo o acompañado por Vox. Para los que con frecuencia restan importancia a los presupuestos o dicen que no son un fin en sí mismos, hay que recordarles que las cuentas de cada año no son ni más ni menos que la hoja de ruta, la que marca las prioridades y los esfuerzos del gobierno de turno. Después de tantos años decepcionantes veremos si en este curso político tan especial Jaén sale ganando o nos quedamos de nuevo a la luna de Valencia, siempre en edad de merecer.

Foto: Ayuntamiento de Jaén.

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