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Por ANTONIO GARRIDO / Intolerable, incomprensible, inaceptable, la Junta no da una a derechas con la Universidad de Jaén, tampoco con Jaén en otros muchos aspectos, y no se sabe a ciencia cierta si es a propósito o es porque no hace bien los deberes, el caso es que nos la dan todas por el mismo lado. La Agencia para la Calidad Científica y Universitaria de Andalucía, la ACCUA, que depende directamente de la Consejería de Universidades, nos ha negado ya dos veces, con fecha de ayer, día 31, in extremis, a las universidades de Jaén y Granada, que lo ofertaban conjuntamente, el Grado de Ingeniería Biomédica. Termina mal lo que empezó peor y condenan a las dos universidades a posponer la titulación, que en el caso de la UJA estaba destinada al Campus Científico Técnológico de Linares. Con suerte será el curso 2026-27, pero la frustración y el sentimiento de agravio ya existe. Un menosprecio para dos universidades ejemplares al tiempo que una inexplicable decisión, que a buen seguro traerá consecuencias. 

Ese Grado, como ya todo el mundo conoce en Jaén, responde a una alta demanda al tratarse de una especialidad de futuro, motivo suficiente para que Jaén entero se haya puesto del lado de su Universidad, un masivo apoyo social, alzando la voz para que sea unánime, eso sí, con la excepción del PP de Jaén, que por otro lado es aquí más papista que todo el partido junto, porque si hay una provincia que se manifieste tan leal con el PP y con Juanma Moreno y tan desleal con la provincia, no tengan la menor duda de que esa es Jaén, y sobran los ejemplos para demostrarlo.  

No quiero creer que el objetivo que se persiga por la agencia evaluadora, dependiente de la Consejería de Universidades, sea penalizar a una universidad respondona, por la sencilla razón de que, sobre todo por medio de su rector, Nicolás Ruiz, viene exigiendo lo que cree que le corresponde. Pero es que no se queda ahí la cosa, porque es probable que en el fondo nos la tengan guardada porque sigue coleando el problema de la financiación desde hace más de tres años. Hace meses, en torno al 28 de febrero, Día de Andalucía, tras la rebelión de los rectores, la Junta, con su presidente al frente, decidía al fin cumplir con el modelo de financiación, pero pasa el tiempo y el compromiso, como todos los anteriores, se sigue retrasando, y es así porque no hay voluntad política y el sistema universitario público, en consecuencia, no goza de buena salud en su conjunto, pero la UJA en particular arrastra las nefastas consecuencias de los primeros recortes que iban a por ella, a decapitarla. Menos mal que se pudo evitar in extremis aquel golpe mortal que suponía lastrar el futuro de la institución, pero han quedado las secuelas y constituyen en sí mismas un serio inconveniente para avanzar, al margen de todos los que suma la política económica de la Junta que hoy por hoy no es una garantía para la calidad de los servicios públicos, da igual que hablemos de Universidad, que de Sanidad o del Estado de Bienestar.

Volviendo al asunto que nos ocupa de la Universidad y el dictamen desfavorable por parte de la agencia evaluadora, debe llamar la atención, aunque en nuestro caso ya estamos acostumbrados, que en la vecina Granada, el mismo Partido Popular que allí gobierna tanto en el Ayuntamiento como en la Diputación, fuera el primero en hacer oír su voz apoyando a su institución académica, a la que además del compartido con la UJA le han rechazado el Grado de Inteligencia Artificial, pues bien, respaldan a la institución universitaria sin el menor género de dudaDebería aprender el PP de Jaén, tan de espaldas, cuya actuación en este problema tan importante para la provincia fue elaborar un comunicado reclamando autocrítica por parte del rector y dedicando unas líneas para minusvalorar el riguroso trabajo que se hace en la UJA, con lo que de paso, porque hay que dorar la píldora a los jefes, aunque sea atentando contra la principal institución de Jaén, se permitían criticar a la que debería ser línea roja para todo el mundo, y especialmente para los responsables públicos que con este modo de obrar se retratan. Sin embargo en este asunto se ha comprobado que el PP de la provincia no está unido, porque en diferentes ayuntamientos no han dudado en sumarse a las declaraciones institucionales, aunque fueran planteadas por el PSOE. No así en el Ayuntamiento de Jaén, ni en la Diputación Provincial, donde influye singularmente la dirigencia del partido y el primer fan de Moreno Bonilla, a juzgar por sus empalagosas declaraciones con cualquier motivo, el presidente Erik Domínguez.

Al rector poco menos que lo consideran, en algún sitio lo he visto escrito, un activista político, por la sencilla razón de que cumple con su cometido con plena libertad e independencia, como corresponde, y no actúa de figurante como quienes se atreven a valorar su valentía y su compromiso con la UJA y con Jaén, eso en los tiempos que corren es para descubrirse, pero claro, el poder los quiere sumisos, y en la mayoría de los casos lo consigue. Ser reivindicativo y defender con ardor guerrero los intereses de la UJA no ha significado en ningún momento abdicar de su papel institucional y su buena disposición al diálogo y al trato debido a las autoridades legítimas. Si los responsables públicos de la Junta no tienen mesura ni siquiera con la Universidad de Jaén, como han demostrado ya en varias ocasiones, esto no es nuevo, ¿qué se puede esperar de quienes actúan como la voz de su amo? Es triste hasta hacerse eco de tan mezquina consideración, porque son los mismos que acuden a colocarse en el photocall sin ruborizarse cuando les conviene. 

En Jaén y la provincia hemos avanzado mucho, incluso con la campaña que hubo tiempo atrás en apoyo a una financiación justa para la UJA, que por cierto sigue sin cumplirse, aunque esté aprobada. Ahora se ha producido un verdadero estallido social, todo Jaén se ha sentido concernido con la negativa del Grado de Ingeniería Biomédica, al considerarlo una afrenta hacia la UJA y al interés general del territorio. Hay respuesta contundente y existe indignación en la sociedad civil, no solo en la Plataforma Ciudadana en Defensa de la UJA en la que se encuentran representados numerosos colectivos, pero hay determinados agentes que deberían posicionarse, los casos más llamativos son el Consejo Social de la UJA, curiosamente el órgano de representación de la sociedad en la Universidad, que está missing desde el primer día, como lo estuvo en todo el proceso en pro de una financiación justa, y por supuesto, por la misma razón es inexplicable el silencio sepulcral de la Confederación de Empresarios de Jaén (CEJ), que en buena lógica debería estar en primera línea de defensa de un objetivo justo, ya que los futuros titulados han de ser talento como tanto se requiere para el tejido productivo jienense y las empresas punteras.

A estas alturas y como por desgracia estamos acostumbrados a padecer estrategias de los gobiernos que nos dispensan maltrato, por mucho que repitan hasta la saciedad lo que apuestan por Jaén, en el caso específico de la negativa para este próximo curso del Grado de Ingeniería Biomédica, todos los indicios, desde el más importante, una resolución que llegó a la UJA con fecha 25 de junio, fuera de plazo razonable para reaccionar, con lo cual hoy probablemente podríamos disfrutar de otro escenario, nos llevan a la conclusión de que a la falta de voluntad política hay que unir, inseparablemente, un decidido apoyo a la universidad privada, única beneficiaria de esta agresión. Que se lo pregunten a la Loyola. A la ACCUA, dirigida nada menos que por el secretario general de la Consejería de Universidades, Ramón Herrera, el gestor de facto, quien de verdad manda, hay que cargarle la responsabilidad por el maltrato dispensado a la UJA, y más que por la enumeración de los argumentos que esgrime, que también, por el fondo que subyace en cada uno de ellos, porque es fácil apreciar, analizado con lupa, más sustrato político que técnico. Aunque la responsabilidad última, porque no se entiende que pueda ponerse de perfil, recae en el propio presidente de la Junta, conocedor de la situación y sin embargo avalista del daño que se hace a la UJA y a Jaén, tanto como dice que nos quiere. La Junta, una vez más, y van…no ha estado a la altura de las circunstancias, ha despreciado hacer a la provincia un favor que solo dependía de la aplicación del estricto sentido de la justicia y evitar causar un perjuicio irreparable.    

Estoy completamente de acuerdo con la voz unánime de tantos jienenses indignados por el rechazo al Grado de Ingeniería Biomédica, porque, en efecto, la insoportable levedad de la política no ha sido capaz, tan mezquina, de medir el daño que con esta inoportuna decisión se ha causado a la UJA y a Jaén, de modo que muchos lo estamos entendiendo, y parece una evidencia, como un castigo que inflige la Junta por no ser sumisos a sus postulados, aunque conociendo, o se supone, que a quien se perjudica es a la Universidad y por ende a la provincia. No podrán extrañarse de que en su día les pase factura, que no todo va a ser adulación y aplausos para el amado líder, hay muchos heridos que se han quedado por el camino. La UJA es uno de ellos.

En fin, para la Junta de Andalucía es una asignatura pendiente la Universidad de Jaén, en más de tres años el gobierno andaluz y su Consejería de Universidades, no ha sido capaz de dar respuesta para el golpe asestado por el “Modelo Velasco”, dicho sea de paso con el beneplático de todo el partido, como está perfectamente documentado en la maldita hemeroteca. Por eso podemos afirmar sin riesgo de equivocación, que el PP lleva años mirándose el ombligo y en el caso de los responsables jienenses de este partido ignorando a quién representan. Qué error, qué inmenso error.

Foto: El presidente de la Junta, Juanma Moreno, con el rector de la UJA, Nicolás Ruiz, en la inauguración hace pocos meses del edificio de Ciencias de la Salud.

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