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Por ANTONIO GARRIDO / Esta mañana, ante las asfixia que vive y que amenaza para el próximo año a la Universidad de Jaén, el rector, Nicolás Ruiz Reyes, ha comparecido ante los medios y ha ofrecido su versión sobre las negras perspectivas que ofrecen los Presupuestos de la Junta para el conjunto de las Universidades Públicas y más en concreto la de Jaén, relegada entre las relegadas. Ha sido claro y tajante, en su línea, y además de denunciar el incumplimiento sistemático del Modelo de Financiación que se aprobó en 2023, no se olvide, anuncia que de no revertirse los datos económicos ofrecidos por la Consejería de Universidades del gobierno andaluz, adoptará como rector las medidas que estime convenientes, ya en su momento el pasado año los rectores amagaron con acudir a los tribunales para defender a las instituciones que lideran. Hay una pregunta que Nicolás Ruiz ha dejado en el aire y que merece reflexión por parte de la sociedad de Jaén: ¿Por qué se trata a la UJA de este modo? Él ha resumido la situación, la Universidad de Jaén vuelve a salir tan mal parada como siempre, “riesgo de asfixia”, ha dicho, y ha abundado en datos reales recogidos del documento presentado a los rectores, en el que es manifiesta la conclusión de que el Modelo firmado en su día “es simple papel mojado”, lo cual, como ya indicábamos en fechas pasadas, deja en muy mal lugar a la Junta como administración que debería ser seria y cumplir sus compromisos con responsabilidad. Pero es todo lo contrario, se ha ganado a pulso el desdén social.

Según el rector, que ha estado acompañado por el gerente, Alfonso Cruz, y nadie mejor que ellos dos conocen las necesidades y los números que hay que hacer para sostener la UJA, con el montante que se les ofrece, 105,2 millones, resulta imposible hacer frente a gastos básicos ni por supuesto afrontar proyectos estratégicos. Por ejemplo, en el capítulo de personal se presupuesta menos dinero que en 2024, dato bastante ilustrativo, y no hay ninguna certeza sobre la cláusula de salvaguarda ni la financiación de nivelación para conseguir, de una vez por todas, compensar a Jaén por el hachazo que le produjo el célebre ‘Modelo Velasco’, inicio de todo el proceso de tan graves consecuencias para nuestra Universidad, y al final la conclusión es que el Modelo de facto pudo frenarse, en gran medida gracias a la Plataforma Ciudadana creada en aquellas circunstancias, pero la Junta actúa en la práctica como si estuviera vigente. Al final la única forma de castigo por una rebeldía responsable es la de cortarle las alas, es decir, negarle recursos y como afirma el rector, provocar su asfixia. Lo ha dicho el propio Nicolás Ruiz, se lleva tiempo viviendo en una sucesión de conflictos indeseables que merman la confianza y erosionan las relaciones institucionales. ¿Esto es lo que quiere la Junta?

Para responderle han escogido esta vez al delegado de Desarrollo Educativo, Universidades, etc., Francisco José Solano, un bienmandado que ha repetido los mismos argumentos de siempre, como que la UJA tiene un presupuesto a día de hoy superior en 18 millones al que tenía en 2018. En esto la Junta es insistente, y tiene fácil respuesta, desde 2018 hasta hoy los precios «de todo» se han elevado considerablemente, incluyendo los sueldos de los propios políticos, es de suponer que el presidente, Juanma Moreno no gana lo mismo que cuando llegó al Palacio de San Telmo, y así sucesivamente. Recuerda también las titulaciones que se han implantado, etc., y es verdad, no se puede hacer en justicia una enmienda a la totalidad a la Junta de Andalucía, por ejemplo es cierto que dio el plácet para Medicina y se le pueden reconocer otros gestos más, pero no se le puede felicitar, más bien todo lo contrario, hay que hacerle un reproche permanente, porque en el aspecto económico el trato a la UJA es una afrenta en toda regla, se pongan como se pongan.

Como el año pasado, como el anterior y el anterior, así va para casi cuatro años, la Junta ha ido aplazando la posible solución para la suficiencia financiera de las Universidades Públicas de Andalucía, y muy especialmente para la Universidad de Jaén, pero cuando llega la hora de la verdad resulta que hay dinero para casi todo menos para dotar económicamente a la institución, por el contrario se argumenta desde la Junta que recibe ingresos históricos cuando lo cierto es que algunas partidas imprescindibles, como los gastos de personal, disminuyen. La Universidad de Jaén vuelve a situarse en serios apuros y ya la situación es extrema, porque o se resuelve el conflicto o no se sabe en qué puede derivar. Fue el anterior rector, Juan Gómez Ortega, para que veamos que no es nada nuevo, el que dio la voz de alarma porque se veía claro el peligro de abocar a la institución jienense a problemas estructurales que redundarían en el propio desarrollo de la provincia, al tiempo que se producían enormes desequilibrios, otra vez Jaén en la segunda división. No se equivocó, ese ha sido el camino y tras este tiempo transcurrido hoy nos encontramos en una difícil encrucijada. O se frena el despropósito o la UJA se verá seriamente resentida. 

Juan Gómez fue valiente en aquel primer momento en el que dio un puñetazo en la mesa de manera firme, incluso renunció como medida de presión a su cargo de presidente de la Asociación de Rectores de las Universidades Públicas de Andalucía, pero hubo un momento en que frenó su grado de malestar, y moderó su crítica al recibir mensajes optimistas de la Junta, la actitud de siempre, buenas palabras y pésima política o gestión. El caso es que desde ese momento su denuncia de consecuencias irreparables, de penalización a la UJA, etc., se fueron convirtiendo en frases más condescendientes. En tal ocasión al anterior rector le prometieron días de vino y rosas para la UJA, un nuevo modelo y pelillos a la mar. Evidentemente Juan Gómez se fue pero los problemas serios de suficiencia financiera no terminaron.

En aquel momento estaba en proceso de renovación el Rectorado de la UJA y hubo un candidato, hoy rector, Nicolás Ruiz Reyes, que lo es desde junio de 2023, casi dos años y medio ya, quien tal vez por las responsabilidades asumidas con anterioridad en el gobierno de la institución conocía bien los problemas que estaba acarreando la estrategia financiera de la Junta, y lo que hizo fue centrar su campaña electoral, en la que salió triunfador, en este fin, de hecho fue contundente en las denuncias y caló el mensaje, tanto es así que al tomar posesión ante el presidente de la Junta y con el consejero presente resultó ser políticamente incorrecto, es un decir, hizo lo que debía, en la defensa de la Universidad de Jaén y de Jaén, de esta manera define su militancia.

Desde entonces ha habido no pocas novedades, Ruiz Reyes ha seguido reivindicando como martillo pilón, unas veces en solitario y otras, como es lógico porque hay que estar en el grupo de las universidades públicas y remar todos juntos en la misma dirección, con sus compañeros rectores, aunque no le tiembla el pulso cuando se queda solo, que también ocurre, y actúa como llanero solitario, así entiende su sentido del deber. La presión ejercida por todos y la perseverancia de nuestro rector lograron finalmente que el conjunto de las universidades dieran por bueno el nuevo Modelo de Financiación que en su espíritu y en los términos en los que está redactado es bueno, pero resultaba demasiado bonito para ser verdad, el gravísimo problema que tienen algunas administraciones, y la Junta de Andalucía es un ejemplo palmario, es que no cumple los acuerdos pactados, con la incomprensible excusa a veces de que Hacienda no autoriza el gasto. 

El rector, que en ningún momento ha dejado su papel de interlocución con sus compañeros y con la Junta, no ha dudado en utilizar la vía diplomática, encuentros, reuniones, conversaciones…hasta que ha considerado el momento de que ninguna de estas fórmulas ha surtido efecto por la sencilla razón de que la Junta no cumple lo prometido en el Modelo de Financiación que recibió en su momento todos los plácemes, parecía la tabla salvadora de las universidades. Contra este tipo de política que no solo no afronta los problemas sino que incluso nos niega las migajas y juega contra nuestra dignidad como institución con más de 32 años de existencia y un prestigio ganado a pulso como lo prueban los indicadores que llegan desde dentro y desde fuera, hay que rebelarse, en primer lugar para exigir lo que nos corresponde, y en segundo para poner en su sitio a una clase política, empezando por el propio partido en el gobierno andaluz, de espaldas a los intereses legítimos de la provincia y la Universidad, pues son los mismos, de la que tanto se les llena la boca a todos, que merece el mejor trato y no se le puede condenar cuando al final se concreta en cantidades no demasiado importantes para un presupuesto general pero que sí salvaría la situación de insuficiencia financiera a la que se ve abocada. Con el agravante de que encima se jactan de que “nadie nunca al frente de la Junta ha apostado tanto por la universidad pública como el gobierno de Juanma Moreno”. Una controversia en toda regla, un enfrentamiento institucional que no es el mejor camino para dirimir el futuro absolutamente despejado que deseamos para la Universidad de Jaén, que además debe quedar muy al margen del partidismo político.

Es grave negarle a la UJA lo que le corresponde, ni un euro más ni un euro menos. Pues que se enteren bien, la Universidad representa los cimientos del gran edificio que es el presente pero sobre todo el futuro de la provincia y la sociedad esperemos que no permita que la política la ponga en riesgo porque encontrará resistencia, no les quepa la menor duda. Todavía quedamos en Jaén rebeldes con causa que no nos resignamos a que se nos nieguen los recursos para fortalecernos y hacernos converger, y el caso es que da la impresión, por mucho que nos extrañe, que los responsables públicos duermen tranquilos. Algunos luchamos en su día por el Colce, hemos estado con el Cetedex, pero por encima de todo no abandonaremos a su suerte a la Universidad porque la experiencia nos dice, y es triste resaltarlo, que la política es poco de fiar. Cuidado, SOS, no crucemos la línea roja.

Foto: El rector de la UJA, Nicolás Ruiz, hoy en su comparecencia, acompañado por el gerente de la institución, Alfonso Cruz.

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