Por ANTONIO GARRIDO / El PSOE se enfrenta a una situación sumamente delicada tras descubrir la UCO los enjuagues de algunos de sus dirigentes, en especial Ábalos, Cerdán y el ya archiconocido Koldo con las mordidas repartiéndose ingentes cantidades de dinero. Los dos primeros han sido mano derecha de Sánchez y ya se conoce, a través de las grabaciones que ha obtenido la Guardia Civil, la clase de sinvergüenzas que son. Ayer apareció el secretario general de los socialistas y presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, muy compungido en una conferencia de prensa en la que esta vez sí aceptó preguntas, no podía eludir esta responsabilidad. En un primer momento la ingenuidad permitió que pudiéramos pensar que tal vez llevaba razón al describir que se sentía decepcionado y que no podía esperar tales conductas, incluso tuvo el gesto de pedir perdón reiteradamente a los ciudadanos y a los afiliados de su partido. Pero después de que se vayan sumando aportaciones, entre ellas de la propia UCO, reconociendo que Sánchez conocía de la existencia de la trama desde el año 2021, lo que me parece es que ayer se vio obligado a hacer el papelón de su vida, aunque ya tiene adquirida experiencia en los últimos años y en distintas ocasiones nos ha querido hacer comulgar con ruedas de molino. Sánchez está achicharrado, los casos de corrupción en su partido, y entre personas que también han formado parte del Gobierno, como Ábalos, ministro de una importante y muy jugosa cartera, por cierto la UCO incluye a las obras de la famosísima autovía Bailén-Albacete (A-32), como integrante de los untes made in Cerdán, y esto únicamente por lo que ya se conoce, no se pueden pasar por alto tratando de cerrar una gravísima crisis con el anuncio de una auditoría interna de las cuentas del PSOE y la renovación de la ejecutiva federal.
En un país democrático un líder responsable tendría que asumir en primera persona la situación creada y lo normal en estos casos, aunque para ello se necesiten muy profundas convicciones y la voluntad de exhibir algo de ejemplaridad, sería convocar elecciones y someterse al veredicto de las urnas, en tanto la justicia esclarece cada uno de los episodios conocidos de corrupción que el pueblo español, incluidos muchísimos votantes del PSOE, consideran escandalosos. La cuestión de confianza o la moción de censura parecen poco probables, salvo que se pretenda hacer un simple simulacro, porque Sánchez no ve otra opción que no sea la de mantenerse en el poder, y el resto de las fuerzas políticas que gobiernan con él o que le apoyaron en la investidura no sirven más que a sus intereses geográficos, les da exactamente igual el nivel de confianza que la política y los actuales gobernantes provoquen en la población. Saben que al actual presidente lo tienen dispuesto y que por mantenerse en La Moncloa es capaz de resistir lo que haga falta, no hay más que remitirse a las exigencias del impresentable Puigdemont, con quien por cierto tantas veces se vio obligado a reunirse Cerdán, acompañado por el diputado jienense y hasta ayer su segundo en la secretaría de organización y creo que ahora accidentalmente al mando, Juan Francisco Serrano. Y ojo al dato, Cerdán asoma su resistencia al no entregar su acta de diputado, este se sabe las trampas. Los aforamientos están sobrando, esta es una perversión del sistema.
Hace unos días adelanté un artículo sobre la presencia de la provincia de Jaén en el entorno del fango y de las tramas a propósito de que la política no ha dejado de dejar de ser el lodazal que tantas veces nos ha sorprendido a diestra y siniestra, en una concatenación de escándalos a diario, con protagonismo de los partidos, de los juzgados, en fin de la podredumbre, y a poco que se tira del hilo van saliendo personas y personajes, a cual más pintoresco, como la ya archifamosa “fontanera” de Ferraz, Leire Díez, otra que al parecer pasaba por allí, y que con toda seguridad ha sido invitada a abandonar el PSOE antes de que los de arriba se sientan obligados a dar explicaciones o el ventilador siga haciendo de las suyas, aunque a estas horas, gracias a los medios de comunicación, esa ‘desinformación’ en la que tanto insisten y molesta desde determinadas trincheras, lo que sacan a relucir no es ni más ni menos que el nuevo escándalo que tiene vocación de entretenernos durante algún tiempo. Es un no parar, y no sé de qué manera se piensa zafar Pedro Sánchez de tantos frentes abiertos y cómo pretende con la que está cayendo llegar a 2027 cuando la dignidad de un país, no la de quienes viven de la política y son capaces de lo que haga falta por mantenerse, está pidiendo a gritos que llegue cuanto antes la regeneración que se nos ha ido de las manos, esa con la que llegó Sánchez al poder en la moción contra Rajoy, cuando el propio Ábalos trataba de dar lecciones desde la tribuna del Congreso, con una caradura impresionante. Es claro que contra una crisis de nuestra democracia, que en realidad de esto se trata, no hay más modelo a aplicar que más democracia, y hay que aprovechar todas las garantías que ofrece la legalidad, pero la solución no es tratar a toda costa de cerrar este duro trance como si no ocurriera nada, además de que la UCO parece que tiene tarea y todo hace indicar que todavía no hemos terminado de sorprendernos.
Y ahora me centro en los personajes de Jaén afectados por este vendaval político. El primero en aparecer fue el empresario jienense Javier Pérez Dolset, de 57 años, un economista que ha gestionado varias empresas, y que él mismo se reivindica como una víctima de “las cloacas del Estado”, pero lo dicho, está en el entorno del fango. Su currículum es cuanto menos variopinto, relaciones internacionales, presuntas estafas, problemas judiciales varios, incluso prisión…y últimamente se le ha relacionado con la socialista, ya con baja en el partido por razones obvias, Leire Díez, de la que afirmaba El Periódico que en una videoconferencia se le ofrecieron, al paisano, privilegios a cambio de información sobre presuntas irregularidades de oficiales de la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil, la UCO, “presente por orden judicial en delicadas investigaciones en el caso Koldo, y en torno a la esposa y el hermano del presidente del Gobierno”. Pérez Dolset ha llegado a negar que Leire fuera su empleada, pero que sí “la ayudó en la búsqueda de información para hacer un documental”. También se acusa al empresario jienense de estar operando de una manera orquestada, “como un clan perfectamente organizado”. Lo peor es que a Jaén siempre le buscan un papel protagonista en asuntos tan turbios y desagradables impropios de una política decente, es decir, en el paisaje y el paisanaje del penúltimo asalto de corrupción por parte de quienes, menos mal, llegaron para hacer limpia.
Estos días ha aparecido en escena otro político que reside en Madrid y regenta una empresa de asesoría, se trata del que fuera todopoderoso Gaspar Zarrías, ¿quién no lo conoce?, de quien diferentes medios, el primero de ellos El Español, han informado que la antes mencionada Leire Díez, estuvo contratada por él durante seis meses, hasta que empezaron a salir noticias de los tejemanejes de la tal Leire. Según la versión difundida y que se pone en boca del propio Zarrías “vino a verme porque tenía información sobre el caso de los ERE y la contraté para que investigara sobre ello”, y, así fue, la contrató porque “la conocía del partido”. Ignoro si hay más historia, pero esta noticia ha circulado por diversos medios nacionales y ahí estamos concernidos.
Asimismo algunos medios, como OKdiario han dedicado atención en las últimas fechas al diputado jienense y exalcalde de Bedmar, Juan Francisco Serrano, que ha sido el número 2 de Santos Cerdán, del que se destacan las varias propiedades de valor adquiridas en los cuatro últimos años. Serrano ha sido el principal colaborador del hasta ahora secretario de organización, el hombre de confianza, y a pesar de que hay quienes creen que se ha ganado la plaza de su hasta ahora jefe, lo normal en estos casos es que Sánchez se incline por otro perfil completamente ajeno a la forma de actuar del anterior responsable. Por cierto, el paisano llegó a ser una opción para sustituir a Juan Espadas al frente del PSOE andaluz, o al menos asi se presentó, ignoramos si fue otro globo sonda como el de Sicilia en su día. Es una incógnita Serrano, en la que también Jaén está por medio, porque precisamente por el puesto que viene ocupando en la fontanería del partido se le considera favorecedor de los acuerdos para la moción de censura en el Ayuntamiento de Jaén por parte de PSOE y Jaén Merece Más, por lo que si pierde su puesto o cae en desgracia como en su día le ocurrió a Felipe Sicilia, se acabó lo que se daba. A Serrano también se le reconoce apoyo para que a Jaén llegara el Cetedex. Por no hablar de la actual líder de los socialistas andaluces que hasta ayer mismo ponía la mano en el fuego por Cerdán, claro que Montero es de suyo imprudente y su locuacidad le suele jugar muy malas pasadas.
Finalmente, tanto dirigentes socialistas como miembros del propio Gobierno se defienden de esta demoledora situación por la que atraviesan, lanzando dardos contra el Partido Popular y recurriendo, como esta mañana he escuchado a Óscar López, otro más papista que el papa, la lealtad personificada a Sánchez y motivos tiene, a los éxitos en materia económica y social, sobre todo, del actual ejecutivo. No tiene nada que ver y es una huida hacia adelante. Cierto que el PP no solo no se ha librado de los casos de corrupción sino que lleva varios años fuera del gobierno a modo de penitencia, como el propio PSOE en Andalucía, y por mucho que Feijóo trate de escabullirse la hemeroteca y la reciente historia también persigue a los populares. Pero ni esto ni tampoco la autocomplacencia del gobierno socialista con su gestión, que tiene de todo, cosas buenas, regulares y malas de solemnidad, no deben impedir actuar con realismo y esto quiere decir afrontar que el líder no ha sabido o no ha querido establecer mecanismos para evitar la corrupción, que también lamentablemente forma parte de la condición humana, pero de la que mal hace tratando de esquivar la responsabilidad que le corresponde. Mahatma Gandhi, que tenía autoridad para dar lecciones, ya lo dijo en su día: “La corrupción y la hipocresía no deberían ser productos inevitables de la democracia, como sin duda lo son hoy”. Que el nombre de Jaén aparezca por alguna parte ya les aseguro que es doloroso, nos persigue la mala suerte.
Foto: Santos Cerdán y el jienense Juan Francisco Serrano, en Ginebra, para entrevistarse con Puigdemont. (Diario de Sevilla).