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Por ANTONIO GARRIDO / Estamos en un momento de la vida de la ciudad en la que al menos se fraguan proyectos, algunos que vienen de la etapa anterior y otros que se han ido incorporando en esta etapa en la que con el tiempo sabremos si es de verdaderos impulsos e inversiones contantes o sonantes, o como ha sucedido de aquí para atrás, en la mayoría de las ocasiones, pasa al capítulo de los sueños rotos. Para empezar por el principio es una buena noticia si es cierto, como se afirma en un comunicado del Ayuntamiento, que existe consenso institucional en torno al primer avance del Plan General de Ordenación Municipal (PGOM) que hoy ha sido tratado en una reunión en la que junto al equipo de gobierno se ha dado participación a los otros grupos políticos presentes en el Ayuntamiento, PP y VOX. Si el documento obtiene el plácet de todo el mundo será para celebrarlo, aunque prefiero no hacerme demasiadas ilusiones en base a la trayectoria de los asuntos relevantes de la ciudad, sobre los que difícilmente se ha llegado a un acuerdo, tal vez estemos en la primera oportunidad. No es que sea bueno, es todavía mejor, porque con el modelo de ciudad que salga del PGOM van a tener que gobernar las fuerzas políticas que accedan al gobierno municipal de Jaén, por tanto merece la pena hacer el esfuerzo ahora antes que lamentarse después.

No debe ser tan difícil, porque el diseño de la ciudad que queremos debe ser un motivo de unidad en lugar de división. Este avance, explica el equipo de gobierno, será enviado el 18 de junio a la Junta, y mientras tanto los redactores seguirán su curso, todo ello con la idea de que la aprobación inicial del Plan pueda producirse en torno al verano de 2026, con previsible distancia respecto de las convocatorias electorales, si no viene la Consejería pertinente con las rebajas. Este avance del Plan, pasa revista a necesidades específicas, y por ejemplo se contempla una posible segunda línea para el tranvía, que abarcaría el eje Fuentezuelas-Avenida de Andalucía, zona Bulevar (Renfe), para conectar con la Universidad y el Olivo Arena. De la misma manera se fija la zona de expansión industrial y de nuevas viviendas en el entorno de la Universidad y el Cetedex. Desde el principio conocemos la filosofía que inspira estas normas de planeamiento urbanístico, porque la ha dado a conocer el propio arquitecto responsable, Juan Carlos García de los Reyes, y es hacer de Jaén una ciudad moderna, abierta a la provincia, y donde sea agradable vivir, aparte de mantener todas sus señas de identidad.

El hecho de que haya causado una favorable impresión de conjunto, incluso entre los más descreídos, es un paso significativo, ahora bien, hay que seguir analizando el emplazamiento de algunas infraestructuras de significada importancia. Una de ellas es la estación intermodal, que tras el compromiso del ministro de Transportes, está sobre la mesa, porque empezaría con la integración en la ciudad del ferrocarril. En este caso parece que es poco lo que hay que debatir, salvo que estar en el centro, que es donde tiene que situarse, debería llevar consigo el soterramiento, pero nos insisten en que encarece demasiado la obra y la moda, en palabras de Óscar Puente, es construir en espacio abierto. No me agrada la idea, parece que tampoco a los vecinos de la zona, pero de lo que no hay duda, al menos por mi parte, es que hay que ir pensando en situar este tipo de equipamientos cerca de la gente. Trasladar la intermodal a otro lugar no debería ilusionarnos. Por lo que respecta a la estación de autobuses, ya hemos conocido en los últimos días que la Consejería de Fomento ha realizado un estudio sobre posibles enclaves: la propia zona de Renfe, otra opción junto a la UJA, asimismo en las próximidades de la rotonda de Enfermería, en el entorno de la futura Ciudad Sanitaria o en Vaciacostales. El debate de nunca acabar, y ya toca la decisión. No podemos estar más tiempo mareando la perdiz, llevamos décadas así, al más puro estilo Jaén.

Una intermodalidad razonable es la que dicta el sentido común, todos los transportes en un mismo espacio para favorecer a las personas que son las usuarias de los servicios. Las demás opciones son alternativas pero a mi juicio fuera de toda lógica, menos aún esa tendencia de querer llevarlo todo hacia la zona de Universidad y el nuevo centro comercial, porque se corre el riesgo de vestir un santo para desvestir otro, y una de las obsesiones de la planificación urbanística debe ser pensar en las personas, en su movilidad y en sus intereses. La propia Universidad es modélica, ya se sabe, pero la mayoría de los estudiantes llegan de fuera en sus vehículos o en transporte público y no pisan Jaén. No creo que forme parte de los proyectos de futuro llevarse el Ayuntamiento a la misma zona universitaria. Tanto que se nos llena la boca con el casco antiguo y con el comercio de proximidad, es la hora de apostar con firmeza. Un paso al frente se ha dado con la cesión municipal de los terrenos en el Jaén antiguo para la construcción de una residencia universitaria. La propia consejera de Fomento, Rocío Díaz, y sus palabras le honran, ya ha dicho que optarán por la alternativa más viable y mejor para Jaén, y añade, pero siempre con la perspectiva del diálogo con el resto de administraciones. De modo que hay que debatir, pero sobre realidades tangibles y sin olvidarse de los jienenses, que en los últimos años ya han sufrido que algunos equipamientos por decisión de las administraciones, estén situados en las afueras de la ciudad, en determinados casos entendible, pero en otros se podría discutir.

Hay días que te llegan noticias de otras provincias con el anuncio de actuaciones sobresalientes de la Junta y nos sentimos lo que siempre hemos dicho que somos, de la Andalucía de las dos velocidades. El Diario Oficial de la Unión Europea, según informa el Diario Sur, acaba de publicar la licitación de la contratación de las obras del tercer hospital de Málaga, por un importe de 607,7 millones de euros. Será la infraestructura más grande de Andalucía y ha sido calificada también como “la mayor obra de ingeniería de los últimos cincuenta años” en la comunidad. Envidia sana y chapó por Málaga que además está en un momento dulce. Lo que quiero recordar es que la Junta declaró de interés autonómico, en agosto de 2022, la construcción del tercer hospital malagueño y ha pasado algún tiempo, pero en política es rara avis la urgencia. En el caso de Jaén y su tan anhelada Ciudad Sanitaria, el 22 de septiembre de 2020, la misma Junta decidía “impulsar” (en la política algunos términos son especialmente significativos) la construcción de la Ciudad Sanitaria de Jaén, y el acuerdo añadía que “su promoción y coordinación serán asignadas a la Unidad Aceleradora de Proyectos”, y también se daban a conocer todos los detalles sobre el centro sanitario, como si las obras fueran a iniciarse al día siguiente. Dicho de otra manera, urgencia para Málaga y lentitud pasmosa para Jaén, ahora con el agravante de que dice la Junta que hay que resolver problemas hidráulicos de “gran dificultad. Deduzcan ustedes, pero veremos con nuestros ojos que otros hospitales nos adelantan por la derecha y por la izquierda y nos siguen conformando con migajas, tipo lavandería, y encima parece que nos van a hacer El Escorial. Dice el PP por boca de su diputado Manuel Bonilla, que la Ciudad Sanitaria es «el ejemplo de las falsas promesas del socialismo» durante décadas, y es verdad. Pero también lo es, y lo que te rondaré, del gobierno del PP desde antes de su llegada a San Telmo y ya van unos cuantos años. Ninguno de los dos tiene excusa. Y sí, pueden existir dificultades, pero lo importante en los gobiernos es la determinación y la voluntad política. Cuando esto ocurre todos los obstáculos se salvan. Pero Jaén siempre puede esperar.

Sigamos con la política. La denuncia que acaba de hacer el Partido Popular, grupo de la oposición en la Diputación Provincial, es pasar a mayores. Han metido la directa y con acusaciones muy graves hacia el equipo de gobierno liderado por Reyes, que hay que entender como el primer aviso de una oposición dura y a por todas de cara a las próximas elecciones municipales, no hay que olvidar que entramos en el ecuador de la gestión y eso significa que empieza la cuenta atrás, y ya que se perdió el Ayuntamiento capitalino, difícilmente recuperable, aunque no haría ninguna apuesta al respecto, visto lo visto, la batalla de la Diputación cobra fuerza, aunque Erik Domínguez no la recuerde con tanta frecuencia ni parece que esté en la lista de posibles candidatos, una y no más. A Antonio Losa, siempre bien documentado de páginas de periódicos y con la retahíla de los logros de la Junta en Jaén, siempre a su estilo, forma y manera, le ha tocado el papel de dóberman, en apoyo del portavoz Luis Mariano Camacho, y raro es el pleno en el que no les buscan la boca al grupo gobernante, que ya tiene menos facilidad para convertir los plenos en un paseo militar. El PP se ha ido al Defensor del Pueblo y ha denunciado “el sectarismo y la mala praxis con la que Paco Reyes dirige la Diputación, la casa de todos los jienenses que maneja desde hace años como si fuera su cortijo”. Luis Mariano Camacho dibuja un pésimo panorama del organismo supramunicipal, señala entra otras cosas: “Se compran ayuntamientos, se enchufan afines, se otorgan subvenciones y ayudas discrecionalmente a municipios gobernados por el PSOIE para mantenerlos en el poder mientras se castiga al resto”.

Un severo toque de atención, al que responde el gobierno provincial, negando los hechos y remarcando “apoyo sin distinción” a todos los ayuntamientos de la provincia, y aprovecha para reprochar a la Junta “que tiene olvidada a Jaén, con una ejecución presupuestaria que no llega al 17 por 100 en 2024”. Pilar Parra, que es la portavoz y que tiene a toda la Diputación y a la provincia en la cabeza, responde al PP al que acusa de “indigencia argumental”. En fin, este es el panorama que ofrece la política provincial en este momento y todo indica que es lo que nos queda de aquí a 2027, cada opción política utilizando los argumentos que estima más daño hacen al adversario. No he visto los documentos del PP y por tanto no puedo pronunciarme sobre la gravedad de sus denuncias, lo que sí es cierto y lo he sacado a colación más de una vez, es que las mayorías absolutas demasiado tiempo, como ocurre con la Diputación, no son deseables, se crean hábitos y vicios que pueden ser lesivos, es verdad que son los ciudadanos quienes deciden con su voto, pero por la vía de la limitación de mandatos o cualquiera otra tendrían que renovarse con más frecuencia las instituciones y las personas. También es verdad que en términos generales el PSOE cuenta en su haber con muchos activos en favor de la provincia desde el organismo provincial que gobierna desde el año 1979, pero también he defendido, y me reafirmo hoy, que la transición no habrá terminado en nuestro territorio hasta que el PSOE pase a la oposición en el Palacio de la Plaza de San Francisco. Soy un convencido y debería ocurrir, no pasa nada, la salud democrática es más importante que los partidos y que las personas. Dicho lo cual, el que tenga argumentos que se vaya a los tribunales de justicia.

Foto: Luis Mariano Camacho, Antonio Losa y otros miembros del Partido Popular.

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