Por ANTONIO GARRIDO / La semana que termina tampoco ha defraudado, a medida que se huelen las citas electorales los partidos y los políticos se crecen y mucho me temo que ya hemos iniciado la batalla y es lo que nos espera, se trata de una demostración de fuerza y de imaginación porque todos son conscientes de lo que se juegan en las próximas elecciones, en primer lugar las andaluzas, que se supone serán las primeras, aunque Sánchez, tras la estampida de Junts está con la soga al cuello y cada vez se le pone más complicada su obsesión de resistir hasta el 2027. Ni una posibilidad para el acuerdo, desde la PAC hasta la situación de la sanidad o la dependencia, pasando por la Mesa del Aeropuerto, y se ha unido otro debate sobre el Plan de Ordenación Territorial de Andalucía (POTA), etc. El caso es que los adversarios políticos se nos presentan con argumentos potentes de crítica pero por una vez tratan de hacernos ver que no quieren hacer sangre. Saben que es electoralismo puro y pretenden disfrazarlo de las mejores intenciones, ambos partidos PP y PSOE, PSOE y PP, nos quieren convencer de que lo único que les preocupa es Jaén. Un poco tarde para que piquemos. El presidente del PP, Erik Domínguez, con referencia a la PAC confiesa que “no queremos guerras ningunas” y la teniente de alcalde responsable de Urbanismo en el Ayuntamiento de Jaén, África Colomo, dice algo parecido con respecto al POTA: “no es una pelea entre partidos, sino cuestiones que condicionan el futuro de la ciudad”. Pero vayamos por partes.
El POTA es un importante documento que ha de aprobar la Junta, previamente sometido a discusión con representantes de instituciones y colectivos, pero la capital jienense, en la versión de África Colomo, se excluye de las áreas logísticas contempladas, y demanda de la Junta que tenga en cuenta la convergencia territorial. Se lamenta concretamente de que la Alta Velocidad de competencia autonómica también excluye a la ciudad de Jaén y anuncia alegaciones con el ánimo de resolver cuestiones de interés, incluso anuncia la petición de un informe al CES local, todo ello porque “Jaén no puede seguir siendo la provincia olvidada de Andalucía”. Aquí ya sí mete la directa. Pero por otro concepto, el diputado nacional Juan Diego Requena envìa su andanada: “Sánchez está condenando a España a la parálisis y el PSOE de Jaén sigue callado”. Ya ven, se cruzan acusaciones, yo a Boston y tú a California, es decir, el PP mirando a los socialistas de Jaén como cómplices de la política del presidente Sánchez, y el PSOE que no cesa ni un instante en su crítica hacia la Junta, normalmente con motivos, pero si no los hay los busca debajo de las piedras. No hay más que ver al secretario provincial de los socialistas, Juan Latorre, que está allí donde surge un conflicto por pequeño que sea, una agenda abierta para no dejar respirar desde la oposición al gobierno de Juanma Moreno. Insisto, conscientes de la dificultad de obtener buenos resultados en las urnas, salvo error u omisión, lo que parece que no están dispuestos es a arrojar la toalla, de ahí que se haya decretado movilización general en toda la provincia y por supuesto en el grupo parlamentario andaluz.
Ha vuelto a tratarse de nuevo en la Cámara andaluza el conflicto sanitario de Cazorla, Ángeles Férriz no ha abandonado esta lucha, pero el resto de los parlamentarios tampoco, le han buscado las grietas a la gestión de Juanma Moreno y la oportunidad se la han brindado la nueva presencia en Sevilla de un grupo de cazorleños que tienen un gran mérito porque no se resignan ni se vienen abajo. Son gente admirable porque no tienen pereza para subirse a un autobús a las cinco de la mañana para ir a protestar a Sevilla, es un decir, porque en realidad lo que hacen es exigir aquello que legítimamente les corresponde. A esta actitud responsable de compromiso con el pueblo y con un servicio básico como es la salud, pues como dicen repetidamente las mareas, “gobierne quien gobierne, la salud se defiende”, le llaman desde el gobierno popular “politización”, y no lo creo, porque repetidamente un grupo de adeptos no hacen ese sacrificio tan continuado, en cambio buenos vecinos concernidos por una tremenda injusticia son capaces, conozco a muchos en Cazorla y en otros pueblos, de hacer grandes sacrificios por ver resueltos los problemas que les aquejan. Además las declaraciones del flamante consejero de Salud, Antonio Sanz, hablan bien poco de un cambio de estilo para dialogar y convencer, porque lo único que ha dicho es que Cazorla tendrá un nuevo centro de salud en el corazón del pueblo, pero no es suficiente para los que han asumido el deber de representar la voluntad de los cazorleños, de modo que lo que exigen es un cronograma, no lugares comunes ni frases para tranquilizar, si se ha llegado hasta aquí es porque los colectivos que se han unido por el centro de salud de Cazorla no están dispuestos a dejarse convencer por compromisos que ya conocen de sobra que no se cumplen. Hacen bien en pedir concreciones porque no es un argumento fiable que Sanz salga con cajas destempladas en sede parlamentaria, indicando que lo que anunciaba, un nuevo centro, “es una buena noticia para los vecinos y una mala noticia para el PSOE”. Llevan ya demasiados meses prometiendo esa infraestructura. Solo se trata de dejar las palabras y actuar con los hechos, así de sencillo, porque Cazorla no se rinde.
Con respecto a la PAC, ya hace algún tiempo que trascendía lo que parece evidente, que la Política Agraria Común viene con recortes y que los partidos con presencia en Europa tienen la obligación, también electoral, de posicionarse para evitar que venga de nuevo el tío Paco con las rebajas. Los dos principales partidos han ido tomando posiciones diferentes en cada momento según estuvieran en el gobierno o en la oposición en España y obviamente en Andalucía. El PP de Jaén se ha abrazado a la europarlamentaria, la andaluza Carmen Crespo, y ha organizado una expedición a Bruselas los días 18 y 19 de la próxima semana, al objeto de tomar el pulso a la situación y dialogar en lo posible con expertos y responsables. Allí lo tienen relativamente fácil con la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, de su misma cuerda ideológica. El caso es que allí se van el presidente Erik Domínguez, acompañado por diez alcaldes populares de la provincia. Sinceramente, y me gustaría equivocarme, no creo que vayan a volver con mejores noticias de las que llevan, más me parece un viaje de toma de contacto y conocer el lugar desde el cual se construye la política comunitaria, con sus luces y sus sombras.
El viaje no es mala idea, sobre todo si lo saben aprovechar y andan ahora en la campaña en búsqueda del veto, si es de España mejor, a la propuesta que está sobre la mesa, porque si esto ocurre ese documento en circulación decae de inmediato. El PSOE lo fía todo al ministro de Agricultura, Luis Planas, que el hombre conoce bien los pasillos de la capital comunitaria, también a sus personajes y a la diplomacia con la que defender los intereses españoles en general y andaluces y jienenses en particular, aunque ya está a mi modo de ver tocado y quemado. Pero Europa es muy grande, hay infinidad de intereses y mal que nos pese, de manera lenta pero sin perder de vista el objetivo, la PAC va perdiendo fuelle. Los políticos de una y otra opción nos van a vender que se matan por defender los intereses de los agricultores y de los territorios, pero fuera del marco electoral en el que hacen el papel que piensan que les beneficia, lamento decir que soy pesimista, de hecho en la PAC vigente perdimos un buen número de millones y tras la tempestad vino la calma. Soy consciente de que no es aún momento para que nos den un hachazo con las ayudas comunitarias, pero no me creo en tanta bondad y generosidad de la política. Quedamos expectantes ante una cuestión que jamás ha logrado el consenso, ni siquiera cuando la PAC estaba fuerte y era un instrumento de gran apoyo a las economías agrarias vinculadas al olivar. Dicho esto, Erik Domínguez lo ha adornado de buenas maneras: “Jaén es muchas cosas, pero desde luego es su campo” y que no se van a quedar de brazos cruzados cuando esta provincia está llamada a ser de las más perjudicadas con los recortes. Lo dicho, más fe que Antoñete.
Y otro asunto sobre el que ha habido, lo hay desde hace meses, un permanente cruce de acusaciones, es la Dependencia. No voy a entrar en los argumentos que utiliza el PSOE señalando que en lo que va de año han fallecido 460 personas mientras esperaban respuesta para esta prestación. Tampoco comentaré la euforia de la Junta que afirma que sitúa en alrededor de 35.000 personas las beneficiarias de Dependencia en la provincia, y añade, “tras reducir los plazos”. No necesito la opinión de gobernantes y oposición, conozco el tema lo suficientmente bien para afirmar que al menos en la provincia la Dependencia es un servicio muy deficiente, que se actúa tarde y mal, que en efecto tiene que haber muchos aspirantes a los que no les llegue el momento de ser atendidos por la impresionante demora, que en casos próximos han tardado más de dos años y medio, y eso contando con comunicaciones permanentes, casi a diario, sin que surtieran efecto. Las instituciones públicas tienen costumbre de hacer propaganda de recursos de los que se jactan de su buena marcha cuando deberían conocer lo que opinan los usuarios o candidatos a usuarios y sus familias, que han de soportar unos procesos inexplicables. Y el colmo es que encima recurran al manido argumento con el que justificar la inacción de la herencia recibida, y que esto suceda siete años después de la llegada al gobierno andaluz. Mal, sin paliativos, así que no nos vengan a tratar de convencer con ruedas de molino. Más bien deberían dedicar los esfuerzos a mejorar el servicio, modernizarlo, y si no son capaces, que lo supriman, siempre será mejor que hacerlo tan rematadamente mal.
Al principio aludía al POTA, el Plan de Ordenación Territorial. El PSOE pretende con él las respuestas y la eficacia que no recibe del Gobierno de Madrid, pero hay algo en lo que merece la pena poner énfasis y es la necesidad de que la Junta trate de no castigar a Jaén porque exista el enfrentamiento entre partidos, habida cuenta de que las consecuencias las padecemos los ciudadanos, somos las víctimas de unos y de otros, así llevamos décadas. No queremos ser más que nadie, pero tampoco menos. Y tenemos la obligación de mirar a la vez en las dos direcciones, Madrid y Sevilla, porque nos sentimos huérfanos de atención de los dos poderes.
Decía al principio que la política está en modo campaña y ya les conté hace unos días que se tiene que dirimir en los órganos competentes, en este caso el presidente Moreno Bonilla, la cabeza de la candidatura del PP para las elecciones locales de 2027 habida cuenta de que es conocido que Agustín González no será el candidato y hay lista de espera. En este momento el grupo municipal, conocedor de la situación, necesitaría poder tener un referente o una referente, de manera que no ocurra lo que en los meses previos a los comicios de 2023 que tanto costó que el jefe diera el plácet al que después sería alcalde gracias a Jaén Merece Más. Por cierto, ¿es seguro que Julio Millán será de nuevo el candidato socialista a la Alcaldía? Supongo que sí, pero hay que contar con él, no puede olvidarse que en los últimos tiempos estuvo pendiente de su proyección política, se le fue la oportunidad de acceder a la secretaría general provincial que le tocó a Juan Latorre, un desencuentro sin duda con Francisco Reyes, el que lo elevó a la Alcaldía y tantas veces lo ha apadrinado, y se ignora a año y medio vista qué quiere ser de mayor, porque algo tendrá que decir.
Por último, Jaén Merece Más ha vendido muy bien una mediación oportuna que ha resuelto una situación de espera impaciente. La Junta de Andalucía llevaba reclamando desde marzo una documentación del Ministerio de Hacienda, última traba para poder licitar la obra de la Ciudad de la Justicia, que saldrá adelante porque es una colaboración público-privada y es la empresa Vialterra la que asume el compromiso. Pues bien, el presidente de Jaén Merece Más, Juanma Camacho, se comprometió a mediar y lo hizo con el “conseguidor” socialista, el diputado Juan Francisco Serrano, que es el embajador plenipotenciario en Madrid y pasa por haber sido el inspirador de la moción de censura entre PSOE y el partido provincialista para acceder tras la moción de censura al gobierno municipal, aparte de negociar el Cetedex, tal vez algún día merezca una medalla, habida cuenta de que ha pasado su calvario particular y ha salido indemne de la quema del peor trago de la reciente historia del socialismo y sus relaciones con la corrupción. El caso es que las gestiones de Serrano, del que por cierto sus declaraciones sobre la PAC no han hecho más que alentar los desacuerdos con el PP, y especialmente con el de Jaén, han hecho su efecto y en cuestión de días el documento ha llegado a la Junta y ya hay vía libre para la Ciudad de la Justicia. Haz bien y no mires a quién, este es un ejemplo de política constructiva, al final se trata de poner a Jaén en el centro de las decisiones.
Foto: El consejero Antonio Sanz en su última intervención en el Parlamento andaluz refiriéndose al centro de salud de cazorla.


