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Por ANTONIO GARRIDO / Pues eso, que menos mal que en relación con el triste suceso de la muerte de las dos adolescentes se decretó el secreto del sumario, porque durante todo el fin de semana, sobre todo a través de las redes sociales, no se ha hecho otra cosa que especular, en algunos casos haciéndose eco de noticias rigurosas difundidas en los medios de comunicación, con esto se cuenta porque estamos en una ciudad pequeña y los comentarios vuelan, pero al mismo tiempo se han ido suscitando todo tipo de elucubraciones sin el más mínimo filtro y la especulación a veces deriva en un despropósito porque junto con hechos ciertos se han hecho notar verdades a medias y falsedades sin paliativos. Los amigos del morbo han tenido la oportunidad de darle alas a su imaginación. En circunstancias como la presente que nos ha afectado a toda la población jienense, a la provincia entera y a todo el país, porque un drama de estas características es imposible que pase desapercibido, lo que sí se entiende es que el hecho no solo haya consternado sino que se ha convertido estos días en un motivo muy serio de reflexión en el seno de las familias, sobre todo aquellas en las que forman parte de ellas jóvenes adolescentes como las que han perdido la vida. Todas las cadenas de televisión se han desplazado a Jaén y nos han ofrecido las visiones posibles del suceso, incluso con la opinión de familiares y personas cercanas a Sharit y Rosmed, que estos eran sus nombres, pertenecientes a la comunidad colombiana asentada desde hace años en Jaén, por tanto jienenses a todos los efectos.

Es fácil interpretar el sentimiento de preocupación y de rabia que este tipo de situaciones provocan y que sobre todo los padres se hagan preguntas sobre qué puede estar pasando. También es normal que cualquier ciudadano requiera una información rigurosa, tenemos derecho a poseerla, pero al mismo tiempo hay que hacer compatible esa inquietud con el máximo respeto a las familias, al colectivo de adolescentes que se encuentran, como es lógico, bastante afectados, y por los responsables de la investigación que necesitan la ayuda de la prudencia para terminar su tarea y acto seguido las autoridades puedan trasladarla con la mesura que el caso requiere.

Pero sí, son relativamente frecuentes este tipo de situaciones que se dan en la adolescencia, de hecho hubo un caso similar en Jaén hace varias semanas, de ahí que haya causado una mayor impresión, porque tres desenlaces en poco tiempo deben hacer saltar las alarmas entre quienes tienen esa responsabilidad, y de forma subsidiaria en los centros de enseñanza y las familias, pero sin descartar en absoluto, todo lo contrario, el ámbito de los especialistas que al hilo de los acontecimientos son los que pueden dar luz sobre posibles causas, en determinados casos ya suficientemente estudiadas porque esto que ha ocurrido ahora en Jaén para nosotros puede resultar novedoso, pero situaciones similares se repiten con más frecuencia de la deseada, en muchas ciudades, dentro y fuera de España.

Estamos ante un problema y una angustia que no es exclusiva y que tiene su origen, sin que estemos prejuzgando lo que acaba de ocurrir en Jaén, en muy diferentes causas, pero sí, en estas edades tempranas en las que se empieza a moldear la personalidad de los adolescentes, hay un medio ambiente en torno al cual hay que estar trabajando continuamente, y se está con muchos recursos, que favorece para determinadas sensibilidades un choque frontal con situaciones del mundo que se abre ante sus ojos, y esto ocurre en los colegios, pero también en la calle y en la casa. No puede extrañarnos que desde temprana edad estén advertidos los servicios de salud mental, cada día con más pacientes en sus consultas y en seguimiento.   

Es obvio que desde Jaén no podemos resolver los problemas del mundo, pero sí estamos obligados, a tratar de atajar los que directamente nos atañen. De ahí la confianza puesta en los encargados de la investigación de esta terrible desgracia, porque solo conociendo desde el origen lo que ha sucedido, es decir, lo que ha provocado la tragedia que ha acabado con la vida de estas dos chicas, se podrá actuar en consecuencia con los medios necesarios, por parte de las administraciones competentes y los especialistas en las materias que sean requeridas, porque ya no podemos resucitar a nuestras dos jóvenes vecinas, pero sí debemos ser capaces de evitar que menores que puedan estar viviendo situaciones parecidas caigan en la tentación de imitarlas. En esto el papel de las familias es de extraordinaria importancia, no creo que necesite mayor explicación, pero igualmente en el resto de ámbitos en los que tienen que funcionar como un reloj los protocolos que existen para luchar contra otro tipo de violencia que antes se daba muy excepcionalmente y a día de hoy empieza a constituir un serio problema, un riesgo que a toda costa hay que evitar. SOS al suicidio, si finalmente es la causa, ya que la Policía ha descartado la participación de una tercera persona en este suceso. Por su parte a los padres los hemos visto en todos los telediarios y espacios de las cadenas con duras declaraciones, negando los suicidios, y con denuncias, por ejemplo de bullying, muy afectados como es fácil de entender y con una versión que difiere totalmente de la que se ofrecen desde la investigación. Hay zonas oscuras, sobre ellas giran todas las preguntas.

De lo que no hay duda es de la expresión de solidaridad manifestada por toda la ciudadanía de Jaén, esto sí es un motivo de esperanza, porque es como el compromiso de que vamos a unirnos como una piña para fortalecer la sana convivencia en todas las situaciones posibles. Es muy agradable asomarse a la ventana de las redes sociales y comprobar las muestras de apoyo a las familias y de dolor por el suceso que nos ha helado el corazón durante todo el fin de semana. También la respuesta esta misma mañana a los minutos de silencio, tanto el promovido por el Ayuntamiento de Jaén en nombre de la ciudad, como en el Instituto San Juan Bosco y en otros lugares, por ejemplo ayuntamientos de la provincia, que han querido unirse a este emotivo gesto.

Para que las familias no se sientan solas y para que nos consideremos concernidos con estas situaciones de nuestro tiempo que en parte si tienen remedio no puede ser más que con la suma del compromiso y la conciencia de todos los que formamos parte de esta comunidad. Y, finalmente, el recuerdo emocionado para las dos chicas que han dejado de ser nuestras vecinas, nadie como ellas conocían lo que ha pasado por sus cerebros, pero no somos quienes debemos juzgarlas, ni siquiera atrevernos a hacer la más mínima especulación, solo nos corresponde contribuir con nuestro simbólico abrazo a que su recuerdo nos sirva para contribuir a una sociedad mejor, más justa y más atenta, para lo cual tendremos que seguir haciéndonos preguntas de manera que este duelo que ha inundado de tristeza a todo Jaén sirva de consuelo y de esperanza. Ah, y me queda lamentar que volvamos a las crónicas de sucesos que durante tiempo fueron nuestra casi exclusiva ventana al exterior, para que sepan que existimos., aunque sea a costa de un precio que jamás quisiéramos pagar.

Foto: Minutos de silencio ante el Ayuntamiento, con la presencia de un grupo de estudiantes.

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