Por ANTONIO GARRIDO / En los últimos díás, concretamente el pasado día 25 de octubre, se cumplió un año del nombramiento efectivo del nuevo director general de la Caja Rural de Jaén, Fernando Planelles Carazo y del director general adjunto, Álvaro Martínez Rodríguez. Se ponía fin a un periodo de cambio tranquilo en la principal institución financiera de la provincia tras la jubilación de Enrique Acisclo, que había pilotado esta nave durante cuarenta años, que se dice pronto, caracterizados por una política de consolidación y de hacer a la Caja imprescindible en el territorio como consecuencia de su cercanía y algo muy importante que le distingue y a lo que en absoluto piensa renunciar, está presente en los 97 municipios de nuestra provincia, incluidas parte de sus aldeas, y en 40 de las poblaciones es además el único recurso financiero que existe, con lo que ponen su grano de arena contra un riesgo del tiempo que nos ha tocado vivir, la despoblación y sus efectos. Pues bien, este año ha demostrado que la estrategia seguida por el Consejo Rector y a la cabeza su presidente, Juan Núñez Pérez, ha sido la adecuada, desde que llegó al cargo en enero de 2023. La Caja Rural de Jaén ha funcionado a pleno rendimiento con el nuevo equipo que asumió la dirección, que además ha marcado sus objetivos que se pueden resumir en dos realidades evidentes: más liderazgo y más Jaén. Lo primero que llama la atención es que la presencia social de la Caja se multiplica. Hace años lo normal era que en determinados acontecimientos sociales de la capital y provincia viéramos al presidente, en su momento José Luis García-Lomas, que al igual que su director general fueron providenciales para ganar la confianza de los jienenses y la solvencia desde el punto de vista de la operatividad financiera.
Durante muchos años la cara visible de la Caja fue una persona tan querida por toda la sociedad jienense como es José Márquez, que aunque oficialmente jubilado sigue siendo un activo al servicio de la que ha sido su casa y además ocupa el cargo de secretario del Consejo Rector, prueba de su lealtad y valía. A Márquez le sustituyó en la dirección comercial y como jefe de sucursales, pero que es mucho más, un relaciones públicas en toda regla, otra persona con parecido perfil, abierto y cordial, Juan Gallego, con el que la propia Caja ha sabido elegir y pronto se ganó el aprecio general. En la nueva etapa se ha aumentado la presencia en la calle de los directivos, y es muy habitual encontrarse en los actos sociales por todo el territorio tanto al director general como al director general adjunto. Por supuesto a dos puntales de enorme importancia, la cabeza visible de la Fundación Caja Rural, tanto su presidente, Patricio Lupiáñez, como el gerente y alma mater desde los comienzos de este proyecto, Luis Jesús García-Lomas, que en todos estos años han desarrollado una labor de servicio a la sociedad en nombre de la Caja realmente admirable y que prácticamente ha llegado a todos los rincones de la geografía jienense. Cercanía, esta es la palabra del nuevo tiempo que protagoniza la Caja Rural con su equipo, y en la presidencia con Juan Núñez, que ha continuado la línea de su antecesor, aunque los nuevos tiempos exigen también respuestas diferentes, si bien lo esencial se mantiene. Jaén es lo primero, y esto quiere decir volcarse con el desarrollo de la provincia aprovechando recursos y las transformaciones que operan en el negocio bancario y en la propia sociedad, sobre todo asumiendo su papel vertebrador en el orden económico.

Foto: Fernando Planelles, un año al frente de la dirección general de Caja Rural de Jaén.
Desde el primer momento no había duda de la idoneidad de Fernando Planelles Carazo (Jaén, 1971) para asumir la nueva responsabilidad como principal gestor de nuestra Cooperativa de Crédito Caja Rural de Jaén, Barcelona y Madrid, porque este jienense militante, que ama a su tierra, en la que trabajó antes de hacer carrera brillante en otras entidades, era, se veía venir, una apuesta segura, gracias a su sólido perfil profesional. En este año transcurrido la entidad por dentro vive una pequeña gran transformación para seguir adaptándose a nuevas realidades, pero, insisto, sin moverse un solo milímetro de su esencia, el servicio al territorio y el establecimiento de objetivos prioritarios que parte de un permanente pacto con Jaén y con las personas. En efecto, como expresé en su día, la dificultad para relevar a Enrique Acisclo, con tantísimos años de experiencia, precisaba de encontrar un mirlo blanco, y así ocurrió en la persona de Fernando Planelles. Hoy nadie duda del acierto y de que la Caja mantiene su solvencia, profesionalidad, y con la nueva hoja de ruta va asumiendo compromisos para seguir reforzando su papel, y la prueba más evidente es su salud financiera.
Las últimas cuentas conocidas, el balance de 2024, fueron excepcionales, unos beneficios de 43 millones, un 50% más que en el año anterior, un resultado calificado de histórico. Y lo más importante para Jaén y los jienenses, en la medida que aumentan los recursos y la rentabilidad crece el apoyo y el compromiso con todas las instancias de Jaén que llaman a sus puertas, si no es la propia entidad la que lo hace por propia decisión, de manera que no puede sorprendernos que se trata del único instrumento financiero del que se puede presumir en Jaén y ponerlo de ejemplo. No es que fuera imprecindible que el director general fuera jienense, pero no cabe duda de que se trata de una de las grandes fortalezas, porque esto le hace conocer el paisaje y el paisanaje y ser sensible con la realidad que tenemos y nuestra idiosincrasia. En cuanto al director general adjunto, Álvaro Martínez, igual se puede decir de él, multipresente en todo este primer año, haciendo compatible el trabajo interno con la presencia social, con una experimentada trayectoria en las áreas de planificación estratégica y auditoría interna, su labor es muy reconocida.
En unas declaraciones que el director general ha realizado para elEconomista.es y que firma Juan Esteban Poveda, mi querido amigo y compañero, que aborda todas las cuestiones relevantes para el presente y el futuro de Caja Rural, Planelles ya pone de manifiesto la garantía de su liderazgo sin el menor género de duda, merece la pena leer su contenido porque habla muy claro tanto cuando se refiere a su propia entidad como al momento por el que atraviesa Jaén. Dice, entre otras cosas: “Jaén tiene más potencial que el que a veces se cree y necesitamos crecer en autoestima los propios jienenses”, al tiempo que sitúa a nuestra provincia en un momento único, si bien considera que “se necesita que las administraciones inviertan en Jaén y que tengamos una discriminación positiva para corregir déficits históricos que nos han perseguido”.
Caja Rural ha hecho un pacto con la sociedad jienense y está omnipresente, es difícil nombrar cualquier acontecimiento, grande o pequeño, que se celebre en la capital o en la provincia, donde no figure como apoyo, es imprescindible, y menos mal que existe, para beneficio de todas las iniciativas relacionadas con la agricultura, la innovación y los objetivos estratégicos, al margen de los recursos propios de la Fundación, que es como el milagro de los panes y los peces. La política que sigue la Caja tiene mucho que ver con el ambicioso plan presentado el pasado año denominado “Caja Rural de Jaén, mirando al futuro”, en eso consiste el proceso de adaptación y renovación, en seguir ofreciendo servicios financieros, como hasta ahora, pero embarcados a la vez en productos de cambio y ello con la finalidad de ser motor de desarrollo, con una serie de acciones que lo propician, entre ellas el acercamiento al sector más joven de la población, ahora sobre todo la atención para que puedan tener acceso a la vivienda, una primerísima necesidad.
Caja Rural está con el Cetedex, está con la Universidad, con la Diputación, con Ifeja, con los ayuntamientos, con el Plan Estratégico, con la UNED, con el campo al igual que en sus orígenes, con las organizaciones agrarias, con los pueblos, con todo lo que lleva como común denominador el nombre Jaén, con el comercio tradicional, con el deporte, con los barrios y sus iniciativas, con la cultura en sus diversas manifestaciones, lo ha estado hace bien poco con el Rosario Magno, lo está con la Real Sociedad Económica de Amigos del País, con las diferentes instituciones públicas y privadas, con la Expoliva y con todas las ferias, con las cofradías, con las empresas y empresarios, los colegios profesionales, y un largo etcétera. Lo dicho, a más beneficios más jaenerismo. Su mensaje permanente lo tienen bien asumido, ni van a abandonar pueblos ni van a sustituir a las personas por máquinas, por el contrario apuestan por un modelo equilibrado, donde lo digital sea útil, pero sin sustituir lo presencial, y, por supuesto cuidando de que los mayores sean tratados como se merecen, sin tener que enfrentarse a los cajeros automáticos y al trato impersonal como en otras entidades.
En resumidas cuentas, un horizonte con las mejores expectativas en el que se puede intuir que el tándem Juan Núñez-Fernando Planelles, como ya pronosticamos en su día, van a seguir desarrollando una tarea fértil para la provincia y para su progreso económico, social y cultural. Todo lo que sea bueno para la Caja Rural lo es para Jaén. Bien sabemos que es el músculo financiero al servicio de todos los intereses, por eso no basta con elogiar la tarea imprescindible que realiza, también precisa de apoyo para hacerla más grande y más fuerte, el dinero de Jaén para Jaén, el viejo slogan tiene más sentido que nunca para combatir el victimismo y aliarnos con esta emblemática empresa financiera para ganarle la partida al futuro. Un buen año de este nuevo tiempo con la esperanza de que Caja Rural va a seguir dando muchas satisfacciones a Jaén y a los jienenses.
Foto: de izquierda a derecha, Álvaro Martínez, Patricio Lupiáñez, Juan Núñez, Fernando Planelles y Luis Jesús García-Lomas.


