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Por IGNACIO VILLAR MOLINA / Cuando hablamos de revoluciones en el ámbito económico nos referimos a procesos de transformación que conllevan profundos cambios sociales, económicos y tecnológicos. No cabe duda de que uno de los retos permanentes de los seres humanos es impulsar sus capacidades y aptitudes para mejorar su status; la innovación ha propiciado progresivas evoluciones industriales que no sólo han obligado a adaptarnos a nuevos instrumentos, herramientas y mecanismos, incluyendo un cambio de mentalidad, sino que han producido sucesivas y profundas metamorfosis en todos los ámbitos de nuestra existencia. En consecuencia han potenciado el desarrollo de nuevos medios para hacer más fácil la vida cotidiana y avanzar en el progreso nuestro bienestar social.   

La irrupción de la era digital en el siglo XX, favoreció el acceso a internet transformando radicalmente nuestra comunicación y acceso a la información; esta corriente innovadora facilitó la transformación de los medios de pago con la aparición de las tarjetas y una progresiva y  amplia variedad de otras numerosas opciones digitales de igual función y, en una fase más reciente, con las monedas digitales. Se considera dinero digital a cualquier medio de intercambio que se emite de forma digital y que cumple las funciones y propiedades atribuidas al dinero: unidad de cuenta, medio de pago, y reserva de valor. Este tipo de monedas existen en formato puramente digital y pueden ser centralizadas, como las monedas fiduciarias que están centralizadas por bancos y gobiernos, o descentralizadas, como las criptomonedas: Bitcoin, Ethereum…

La proliferación de las monedas digitales ha forzado al Banco Central Europeo a considerar que debe responder al incesante incremento de las opciones de pagos digitales por parte de los consumidores y por la necesidad de que estos sean tan seguros, fáciles y fiables como el efectivo. Para eso está ultimando la emisión del Euro Digital buscando preservar el papel del dinero público ante la rápida caída del uso del efectivo, aunque nunca como sustitutivo del mismo, (en realidad, según las últimas referencias, su uso prevalece por encima de los medios de pago digitales o virtuales). No obstante, PwC, la mayor firma de servicios profesionales del mundo, prevé que en 2030  los pagos digitales se triplicarán en el mundo restando un progresivo protagonismo al dinero en efectivo, y añade que en los próximos 20 años se prevé que las monedas digitales de los bancos centrales sean la mayor disrupción en el sector financiero. De hecho, según informes del propio Banco Central Europeo (BCE), “la emisión del Euro Digital está planteada para crear una versión electrónica del euro tradicional para adaptarse a las necesidades de la economía digital de tal forma que combine la confianza del dinero físico con la agilidad y versatilidad de los pagos digitales. Por otra parte el euro digital facilitaría la vida de los ciudadanos ofreciendo un medio de pago digital universal y generalmente aceptado para pagos en tiendas, e internet y entre particulares, con idéntica seguridad, accesibilidad y facilidad de uso y totalmente gratuito para la función básica. Así sería seguro y fácil de utilizar y trataría  de promover la inclusión financiera digital garantizando que nadie quede excluido ya que permitiría su uso a las personas con discapacidad y a las que no tienen acceso a cuentas bancarias o carecen de conocimientos digitales o financieros. En otro aspecto, reforzaría la autonomía estratégica y la soberanía monetaria de la Zona Euro al mejorar la eficiencia del ecosistema de pagos europeos, fomentaría la innovación y aumentaría la resiliencia frente a ataques o disrupciones de otra naturaleza.   

“Su funcionamiento requeriría como primer paso crear un monedero en euros digitales a través de un banco o de una oficina de correos. Una vez creado el monedero en euros digitales se situaría  dinero en él a través de una cuenta  bancaria vinculada o depositando efectivo. Realizada esta acción ya se podría empezar a realizar pagos utilizando los euros digitales consignados en el  monedero. Cada vez que recibas dinero en euros digitales podrías almacenarlos en el monedero hasta un límite concreto o depositarlo en tu cuenta bancaria. Esta operación podría hacerse de forma manual o automáticamente. Los pagos en euros digitales se consideran totalmente seguros e inmediatos, al igual que el dinero efectivo tradicional, tanto si lo usas en tiendas físicas o de forma electrónica o entre particulares. Igualmente ofrece similares funcionalidades que el efectivo,  tanto si es de forma online (transacciones que se realizan a través de internet), u offline (que no requieren estar conectado a la red).”

La implantación operativa del euro digital debe cubrir unas etapas que están determinadas por un estudio profundo de los efectos y consecuencias que su instauración puede conllevar, cuyas premisas más importantes  hemos abordado anteriormente. Tras esas fases de estudio e investigación el Consejo de Gobierno del BCE decidió pasar a la de preparación, que comenzó en noviembre de 2023, para tratar de ultimar los requisitos y asegurar que el Euro Digital cumple con todos los estándares rigurosos de calidad, seguridad y facilidad del caso, concretar aspectos tales como la limitación de los euros digitales en poder de los usuarios, asegurar que esta moneda digital sea ratificada como un depósito de valor seguro similar al efectivo para preservar la estabilidad del nuestro sistema monetario, y evitar fugas de los depósitos bancarios incluso en momentos de crisis.

Sin embargo, a pesar de todas las medidas y precauciones seguidas por el BCE previas a la implantación de la moneda digital, existen opiniones discordantes que ponen en seria tela de juicio la necesidad de abordar esta iniciativa. Este el caso de la Fundación Disenso cuyo criterio, según señala Carlos Castillo, es totalmente opuesto ya que considera que es una innovación innecesaria cuyo único  objetivo es reforzar la soberanía europea frente a gigantes tecnológicos como Visa, Mastercard, o Pay Pal…, lejos de aportar beneficios, ya que existen alternativas de pago eficientes en el sector privado, además de acarrear peligros reales para la estabilidad financiera y riesgos para la libertad y privacidad de los ciudadanos ya que puede permitir seguir la pista de los pagos que realicemos. En su opinión lo lógico sería fomentar la interoperabilidad y la competitividad de las herramientas privadas existentes con una robustez suficiente e indudable.

Por otra parte los banqueros centrales de EEUU y de la UE, han expuesto argumentos contrapuestos sobre el apoyo particular a otras formas de dinero tecnológico. Así mientras Joachin Nagel, Presidente del Bundesbank y miembro del Consejo de Gobierno del BCE, ratifica la intención de esta institución de seguir con el proyecto de emisión del Euro Digital, según hemos expuesto anteriormente, la FED (siglas del B. Central USA), según su Gobernador Christopher Waller, señala “no queremos que el gobierno decida qué tecnologías son relevantes, y cuáles no; nuestra posición se orienta por la adopción generalizada de stablecoins (criptomonedas estables, es decir, una nueva forma de emisión de dinero privado respaldado por un activo real: Letras del Tesoro, Depósitos Bancarios, o Fondos Monetarios), mayoritariamente denominados en dólares, cuyo precio está vinculado a ese otro activo real mediante una relación de paridad. Sobre este  aspecto Joachin Nagel, concreta que el BCE no es partidario de los stablecoins “porque puede disminuir el papel global del Euro e, incluso, socavar la política monetaria de la zona euro”.

En cualquier caso en algunas instancias se resaltan las desventajas que pueden desprenderse de la emisión del Euro digital; entre otras, de las que nos ocuparemos en otro trabajo, la más destacada es la relativa a la pérdida de privacidad que conlleva ya que la emisión del Euro Digital dejaría rastro en todas las operaciones a diferencia del uso del efectivo, por lo que existe la posibilidad de que los gobiernos o sus instituciones supervisen las transacciones, lo que genera reticencias sobre la vigilancia financiera y el control excesivo que podría dar lugar a restricciones o censura de ciertos tipos de pago. A este respecto el BCE asegura que respetará la privacidad de los usuarios: “el Euro Digital está diseñado para funcionar sin conexión a internet ofreciendo un nivel de privacidad similar al efectivo, tanto para pagar en comercios como para enviar dinero…” y añade “igualmente en los pagos online se implementará la privacidad de modo que no se identificarán ni serán rastreados este tipo de pagos”…

IGNACIO VILLAR MOLINA.- SOCIO DE SECOT JAEN. ECONOMISTA

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