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BUENOS DÍAS. Por ANTONIO GARRIDO / “… Caminante, son tus huellas el camino y nada más; caminante, no hay camino, se hace camino al andar. Al andar se hace camino y al volver la vista atrás se ve la senda que nunca se ha de volver a pisar. Caminante no hay camino sino estelas en la mar… “. (Antonio Machado). El gran poeta sevillano de la Generación del 98, al que tenemos por nuestro por su estancia en Baeza, es dueño y representante de una poesía sencilla y personal que dejó un recuerdo imborrable en la literatura. Murió don Antonio a los 63 años, en la ciudad francesa de Colliure, presa de la desazón por el destierro, la pobreza, la soledad y la tristeza. La cita inicial, de las más famosas de Machado, musicada por Serrat, entre otros, es una demostración de las continuas referencias en su poesía al camino, por un lado en sentido literal, porque era un gran andarín; la otra acepción es el camino entendiendo la vida como un gran viaje, y nos habla de avanzar siguiendo nuestra propia brújula y construyendo nuestra propia ruta. El inmortal sevillano nos dejó brillantes poemas, es su mejor legado, porque él sigue viviendo en su poesía. Unas expresiones más para recordarlo, pues nació tal día como hoy de 1875, se cumplen 150 años: “En política sólo triunfa quien pone la vela donde sopla el aire; jamás quien pretende que sople el aire donde pone la vela”, “Tu verdad, no; la Verdad, y ven conmigo a buscarla. La tuya, guárdatela” o “Benevolencia no quiere decir tolerancia de lo ruin, o conformidad con lo inepto, sino voluntad de bien”…También traigo a este saludo al dramaturgo y periodista irlandés George Bernard ShawPremio Nobel de Literatura, nacido un 26 de julio de 1856, escritor considerado el autor teatral más significativo de la literatura británica posterior a Shakespeare, en el que destacó siempre su incisiva crítica social. Suyas son estas citas: “La política es el paraíso de los charlatanes” y “Algunas personas miran al mundo y dicen ¿por qué? Otras miran al mundo y dicen ¿por qué no?”…Un nombre más nacido en esta fecha, otro gran escritor británico, Aldous Huxley (1894), al que se considera uno de los más importantes representantes del pensamiento moderno, con libros como Un mundo felizLas puertas de la percepción o Cielo e infierno. Esta es una frase de su autoría: “Las palabras pueden ser como los rayos X si se usan apropiadamente: lo atraviesan todo”… Ana María Matute (1925) es otra autora ligada a esta fecha. La novelista española, una de las grandes autoras de la posguerra, logró convertirse en la tercera mujer en alcanzar el Premio Cervantes, lo que hizo con su obra Olvidado Rey Gudú. Dos frases para rendirle homenaje: “La palabra es lo más bello que se ha creado, es lo más importante de todo lo que tenemos los seres humanos. La palabra es lo que nos salva” y “El mundo hay que fabricárselo uno mismo, hay que crear peldaños que te suban, que te saquen del pozo. Hay que inventar la vida porque acaba siendo verdad”…Por último, un 26 de julio, esta vez de 1943, registramos el nacimiento de Mick Jagger, el líder de la banda británica The Rolling Stones, un excelente músico, todo un símbolo, que nos dejó expresiones como estas: “No siempre se consigue lo que se quiere, pero si se intenta, se consigue lo que se necesita” y “Un día tendré que pagar mi tributo al diablo, como Fausto. Pero por qué voy a dejar de disfrutar del sol de hoy para pensar en las nubes de mañana”…No me puedo olvidar de felicitar a las Anas y los Joaquines, al tiempo que recuerdo que también hoy se celebra el Día de los abuelos, para que los felicitéis. Viene bien a este respecto una frase de la antropóloga Margaret Mead, expresando sus sentimientos sobre los abuelos: “Los amigos más cercanos que hice a lo largo de la vida han sido personas que también crecieron cerca de un abuelo o abuela”. Y otra de Joyce Allston, destacando que los abuelos son sinónimo de enseñanza y experiencia: “Los abuelos, al igual que los héroes, son tan necesarios para el crecimiento de los niños como las vitaminas”…Una cita para finalizar, que corresponde a Hans Christian Andersen: “Los cuentos sirven para dormir a los niños y despertar a los mayores”. Termino como empecé, como se merece Machado, con el que probablemente sea uno de sus últimos versos escritos: «Estos días azules y este sol de la infancia». Palabras escritas en un pedazo de papel arrugado que el poeta metió en el bolsillo de su viejo abrigo. Lo encontró su hermano José unos días después de la muerte del poeta en Collioure, Francia, cuando recogía sus cosas de la pensión. Era un frío 22 de febrero de 1939.

Antonio Machado: infancia y soles

Retrato

Mi infancia son recuerdos de un patio de Sevilla
y un huerto claro donde madura el limonero;
mi juventud, veinte años en tierra de Castilla;
mi historia, algunos casos que recordar no quiero.

Ni un seductor Mañara ni un Bradomín he sido
—ya conocéis mi torpe aliño indumentario—;
mas recibí la flecha que me asignò Cupido
y amé cuanto ellas pueden tener de hospitalario.

Hay en mis venas gotas de sangre jacobina,
pero mi verso brota de manantial sereno;
y, más que un hombre al uso que sabe su doctrina,
soy, en el buen sentido de la palabra, bueno.

Adoro la hermosura, y en la moderna estética
corté las viejas rosas del huerto de Ronsard;
mas no amo los afeites de la actual cosmética
ni soy un ave de esas del nuevo gay-trinar.

Desdeño las romanzas de los tenores huecos
y el coro de los grillos que cantan a la luna.
A distinguir me paro las voces de los ecos,
y escucho solamente, entre las voces, una.

¿Soy clásico o romántico? No sé. Dejar quisiera
mi verso como deja el capitán su espada:
famosa por la mano viril que la blandiera,
no por el docto oficio del forjador preciada.

Converso con el hombre que siempre va conmigo
—quien habla solo espera hablar a Dios un día—;
mi soliloquio es plática con este buen amigo
que me enseñò el secreto de la filantropía.

Y al cabo, nada os debo; debéisme cuanto he escrito.
A mi trabajo acudo, con mi dinero pago
el traje que me cubre y la mansiòn que habitò,
el pan que me alimenta y el lecho en donde yago.

Y cuando llegue el día del último viaje
y esté a partir la nave que nunca ha de tornar,
me encontraréis a bordo ligero de equipaje,
casi desnudo, como los hijos de la mar.

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