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Por ANTONIO GARRIDO / Todavía hay jienenses que hacen turismo por otros lugares de Andalucía, de España y del mundo y desconocen las verdaderas maravillas que encierra nuestra propia provincia. Modestamente, quien firma, desde el orgullo de conocer todos y cada uno de los 97 pueblos de nuestra geografía provincial y la inmensa mayoría de sus aldeas, no lo puedo entender, porque desde luego no será por falta de información, se ha transmitido hasta la saciedad la cantidad de recursos con que cuenta la provincia, que además son variados, menos playa creo que contamos con la oferta más completa para pasar unas vacaciones inolvidables.

La Diputación es la gran impulsora en materia de promoción turística, ella creó la marca ‘Jaén, Paraíso Interior’ que es la que mejor nos define, y está inventariando todos los recursos posibles para promocionar a la provincia como se merece, ciudades, encabezadas por Úbeda y Baeza como Patrimonio de la Humanidad desde hace 22 años; monumentos, castillos y batallas, parques naturales, patrimonio arqueológico, y un montón de referentes de la gran riqueza que atesora esta tierra, incluyendo el atractivo del oleoturismo y su enorme potencial que está ahora encima de la mesa, además de las novedosas rutas para seguir los pasos de personajes literarios relacionados con Jaén. Suma y sigue, porque van a continuar buscando razones para empoderar a la provincia ante nosotros mismos, ante España y el mundo, con toda la ambición que el objetivo merece.

Ahí están los sugerentes lemas “A Jaén, al paraíso” y “A Jaén, a tu paraíso” y la de “Yo elijo Jaén”.  Se ha puesto mucho énfasis en “vender” Jaén y toda su amplísima oferta, como un destino de excelencia y al respecto hay que señalar que los resultados son visibles, algo que se detecta en la propia capital y en las ciudades Patrimonio de la Humanidad, y antes se ha constatado en el Parque Natural de Cazorla, Segura y Las Villas, como recurso emblemático

Pero aún se necesita más, sobre todo que funcione la relación público-privada, porque sin este entendimiento no es posible hacer que Jaén avance como destino, y este es el gran objetivo. Nadie duda de que las posibilidades de la provincia son enormes en un patrimonio de riquezas diferentes y complementarias. Hay que seguir trabajando en las condiciones que favorezcan la llegada de más turismo y la infraestructura de comunicaciones en este sentido no es un asunto menor, por tanto no se puede avanzar en la medida en que se desea mientras sigamos con estas carreteras y este desastroso ferrocarril. 

Por lo que respecta a la ciudad de Jaén, la capitalidad de la provincia, los datos que se vienen facilitando por los observatorios especializados, especialmente el de la Universidad, indican que el turismo se consolida. Siempre hemos defendido la necesidad de definir una estrategia que se mantenga en el tiempo y no dependa de la mayor o menor voluntad del político de turno al que le toque esta competencia, porque las personas pasan, pero el mundo del turismo no se puede parar porque es un sector sometido a grandes cambios y novedades. Aquí radica la responsabilidad institucional, y es claro que la capital tiene atrayentes recursos y mucho margen para seguir sumando, y no estamos hablando de inversiones, que también, sino de seguir cultivando la imaginación. Y por supuesto sería un gran paso hacia adelante la aspiración de la Catedral a ser Patrimonio de la Humanidad. No hay visitante que llegue a Jaén y acceda a nuestra seo que no se quede admirado de tanta belleza y a la vez extrañado de que en Jaén tengamos un monumento tan excepcional, sin olvidar otros referentes tan significativos como los Baños Árabes o nuestro espectacular Castillo.

Está el singular casco antiguo, merecedor de más atención y que ha recibido algunas sensibles mejoras, pero la zona necesita ser mimada para hacerla atractiva y ojalá no haya que repetirlo más. No digamos del Museo Íbero, que podría ser un excelente reclamo y que todavía ni se sabe cuándo podrá cumplir con su cometido y dejar de ser un centro cultural multiusos. No olvidemos que lo inauguró el Rey en el año 2017. Al más puro estilo Jaén. Ha existido hasta hace bien poco la creencia de que la musealización estaba próxima, pero todo hace indicar que no llegará con la celeridad deseada. Además, entre otros ejemplos que se pueden poner de lo que mucho que queda por añadir a la oferta de la ciudad, estaría la riqueza arqueológica de Marroquíes Bajos, lamentablemente abandonada, salvo trabajos esporádicos que pone en valor el Ayuntamiento, con el concurso del voluntariado, que este año también se acaba de poner en marcha, y que por cierto siguen aumentando el inmenso valor patrimonial de esta zona de Jaén que ya tendría que haber sido Parque Arqueológico, y lo mismo se puede decir de la iglesia de Santo Domingo, otra gran olvidada por las administraciones, que hicieron vanas promesas, y donde también, en unos trabajos accidentales, saltó la sorpresa de nuevos e importantes hallazgos, y desde hace muy poco tiempo actúa la Diputación invirtiendo tres millones de euros de los fondos Next Generation. Por no hablar de la excepcionalidad de lo encontrado en las ruinas de la iglesia de San Miguel, que ahora toca seguir mimando porque es nuestro patrimonio, nuestra identidad. Quiero decir, en resumidas cuentas, que la ciudad de Jaén es ya un enclave para el turismo con las mejores expectativas, pero cuando exista voluntad política, inversiones y fe en el futuro, las posibilidades pueden crecer considerablemente. 

No me quiero olvidar de nuestra gastronomía, sería imperdobable. Tenemos a cinco restaurantes con estrella Michelín: Bagá, DamaJuana, Radis y Malak, en la capital, el primero de ellos colocado en los mejores rankings europeos. Y en Baeza, el restaurante Vandelvira. Son referentes de la cocina de excelencia y ya lo creo que podemos aspirar, sin complejos, a que Jaén sea Ciudad Creativa Gastronómica de la Unesco. Somos la envidia de Andalucía, en esto no nos gana nadie, decenas de cocineros y cocineras que lideran fogones de lujo, aunque lo mejor está por llegar.

Por lo demás sería deseable que las palabras de los políticos se correspondieran con los hechos y que esta provincia apostara mucho más por el desarrollo del turismo, porque está más que demostrado que en este sector hay oportunidades de crecimiento, de promoción y por supuesto de empleo. Por último recordamos que pese a meritorios esfuerzos, en gran medida seguimos siendo una tierra de paso, y hay un gran caudal de visitantes a los que tenemos que saber atrapar para que descubran a la gran desconocida.

Muchas ciudades quisieran para ellas ser lo que nosotros, Geen ‘paso de caravanas’; lo tenemos todo para seguir experimentando fórmulas para un turismo singular y diferente. A ver qué novedades nos seguimos inventando, la política turística hay que hacerla sobre todo de puertas para afuera, hacia el exterior, por eso hay que estar en disposición de sumar. Y sobre todo somos crisol de historia y de culturas, fuera complejos, somos el Paraíso Interior y tenemos que ejercer esta fortaleza. Vamos a imponernos este verano el objetivo de conocernos mejor. Pongamos que hablo de Jaén.

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