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Por ANTONIO GARRIDO / Pues claro que sí, «Siempre nos quedará París» es la famosa frase de la película “Casablanca” en ese caso para defender el amor, y que nos recuerda a dos grandes del celuloide como fueron Humphrey Bogart e Ingrid Berman, insuperables. Pero con el tiempo se ha convertido en un mensaje emblemático, algo a lo que aferrarse, un grito de esperanza. La gobernabilidad de este mundo nuestro está en crisis, hay muchos personajes raros, por llamarlos amablemente, en puestos de gran responsabilidad, como todo el mundo conoce. Siempre nos quedará París.

Y traducido a lenguaje e intereses estratégicos de la provincia, siempre nos quedará la Diputación, que acaba de hacer balance de su segundo año de gestión en este nuevo mandato, uno más de la larga historia de la democracia en la que ni en una sola etapa ha dejado de regir los destinos en la institución supramunicipal. Que conste que la provincia tiene una asignatura pendiente de este periodo de 46 años, desde las primeras elecciones democráticas, que se diera la alternancia política en el organismo provincial, pero quienes deciden son los electores y el cumplimiento de la legalidad vigente. Y además no ha sido por falta de ganas, porque al actual presidente del Partido Popular, Erik Domínguez, no se le puede culpar de no haberlo intentado y a punto estuvo, pero el anclaje socialista, sobre todo en el medio rural, es fuerte y la “toma” del edificio de la Plaza de San Francisco llegará en cualquier momento, pero tampoco se aprecia, al menos por ahora, aunque la política tampoco son ciencias exactas y el pinchazo se producirá, nada es para siempre.

Lo que también es cierto es que la trayectoria en la gestión de la Corporación Provincial de la mano del PSOE ha sido correcta en términos generales, y por lo que se refiere a la etapa de Paco Reyes, como le gusta que le llamen, aunque reconozco que me cuesta porque siempre le llamé Francisco al bedmareño, en centenares de artículos, seguramente hay motivos para la crítica, cualquier obra humana es susceptible y para eso está la oposición y la sociedad, para actuar vigilando y denunciando, pero si hay una institución que merezca tan pocos reproches esa es la Diputación, y si hay una administración que esté cuando las demás desaparecen, esa es la Diputación. Y si hay una institución bien administrada, esa es también la Diputación. Tiene mucho mérito lo que hace, porque normativamente su papel es el de apoyo a las Corporaciones Locales, y en especial a las de los pueblos más pequeños que tienen mayores dificultades para llevar a cabo proyectos de transformación y de buen gobierno en el día a día, por eso se le suele conocer también como “ayuntamiento de ayuntamientos” y en esa labor prioritaria desarrolla su cometido utilizando criterios de equidad. De vez en cuando han surgido algunas críticas, pienso que más por razones políticas que de desconsideración, de todas maneras si actuara estableciendo métodos discriminatorios sería denunciable.

La Diputación, lo he dicho hasta la saciedad, es un organismo del trío de instituciones que constituyen la tabla salvadora de la provincia, en algunos casos por razones distintas, pero la suma de las tres es muy beneficiosa para el territorio. Me estoy refiriendo con ella a la Universidad de Jaén y a la Caja Rural de Jaén. Cada una en la función que le corresponde, no hay ni primera ni tercera, solo que las tres son vitales e insustituibles. Hoy les hablo de la Diputación, que con un presupuesto que como cualquier otro es limitado, atiende a todas las obligaciones que son de su competencia, pero también a otras muchas que no lo son en sentido estricto, pero que lleva asumiendo durante muchos años en su papel de darle a la provincia el sitio que se merece. En este mismo momento se ha convertido y desde el primer día, incluso cuando nadie daba un euro por el proyecto, en la principal valedora del Cetedex del Ministerio de Defensa, pero no solo a efectos de publicidad y promoción, no, también de implicación, de inversión, de acción, es más, estoy convencido de que con el escepticismo casi generalizado con que se recibió el anuncio en diciembre de 2022, de no ser por Paco Reyes y la Diputación que preside hubiera sido imposible andar el camino con tanta firmeza como se ha hecho, de modo que a día de hoy está despejada la hoja de ruta, ha calado socialmente, aunque algunos se hayan tenido que morder la lengua, como quien esto escribe, que reconozco que a estas alturas de la película no me fío ni de mi sombra, seguramente porque en las últimas décadas hemos sufrido no pocos desengaños.

¿Cuál es el motivo para señalar que siempre está la Diputación? Bien sencillo, mientras actúe como lo hace ahora me parece que está en la buena senda. Además del Cetedex, que es lo más reciente y que de golpe y porrazo se ha convertido en la joya de la corona, incluso creo que Reyes ha decidido aplazar su salida de la vida política para ver crecer el proyecto, sobre todo porque el PSOE, aunque públicamente lo haya confesado poco, sufrió lo indecible con el fracaso del Colce. Pero gracias a la Diputación la provincia cuenta con un Plan Estratégico, que no es una varita mágica que obre el milagro de sacar proyectos de la chistera, pero es un modelo que nos han imitado. Y eso que podría ser una mina si las administraciones competentes, sobre todo Gobierno central y Junta cumplieran inversoramente con Jaén, que de manera clamorosa no lo hacen. La Diputación está con la Universidad, también con el Deporte, no se olvide que promovió y pagó a medias el Olivo Arena; está con Geolit que gestiona, se ha quedado en solitario con la Institución Ferial. Es fundamental su concurso para cada Expoliva, no digamos en la promoción de nuestro oro líquido con las fiestas del aceite y los Aceites Selección, asumió el impulso para la declaración del Paisaje del Olivar Andaluz como Patrimonio Mundial, que finalmente fracasó por las piedras colocadas en el camino, una pésima noticia para la provincia, que es de esperar que alguna vez, cuando haya más luces largas, se recupere; creó el Día de la Provincia y la Fiesta de los Pueblos, y, entre otras muchas cuestiones ha sido un revulsivo para la promoción y conservación del patrimonio en todas sus manifestaciones, el arquitectónico y el natural, con clara incidencia en el turismo, incluso en la gastronomía.

Más aún, está pendiente de las ayudas de los fondos europeos, es la primera en crear planes de empleo cuando otras administraciones desaparecen o aparecen poco, cuida de las políticas sociales de manera sensible, es un referente cultural y tiene al Instituto de Estudios Jienenses que es un paladín… Creo que es una administración que cuida todos los valores que atesora Jaén sin dejarse uno. Ahora actúa en una nueva encomienda, recuperar la vieja iglesia de Santo Domingo, para la que consiguió fondos europeos. Por otro lado la apuesta por el empleo la mantiene la Diputación casi en exclusiva, por lo menos es la que más se exige, y a través de la iniciativa Jaén por Industria, a la que se han adherido ya más de doscientas empresas, ha dedicado en estos dos años del actual mandato una cantidad de 35 millones de euros, que de acuerdo con su presupuesto, es una excelente apuesta, de hecho ha conseguido tanto crear como reflotar numerosas empresas, que tienen en la Diputación la mejor aliada. Resumiendo, la Diputación es la que tira del carro.

Que la Diputación sea entre las instituciones existentes la que se muestra más resolutiva y como ha dicho hoy el presidente en la comparecencia de prensa se trata de un “motor imprescindible en la provincia”, y es la imagen que proyecta, aunque asistir a sus plenos resulte un poco frustrante, porque junto con temas trascendentes que afectan a la mejora en todos los aspectos de los municipios, y en su inmensa mayoría aprobados de forma unánime, se cuelan con demasiada frecuencia los intereses políticos partidistas, aunque se presenten revestidos de las mejores intenciones. Es agradable que se discuta y se aprueben iniciativas sobre políticas sociales, en las que la Corporación provincial es pionera; o se lleven importantes planes en materia de infraestructuras hidráulicas, que son una prioridad en este momento, o se aborde otro déficit como es la urgente mejora de la red eléctrica en el territorio provincial. Pero cuando se enzarzan en el “y tú más”, lo mismo que los ayuntamientos o la política nacional, ya me deja de interesar. Todavía, aunque han pasado dos años, me sigo acordando del diputado que perteneció a Ciudadanos, Ildefonso Ruiz Padilla, que además de ser imaginativo y de haber promovido numerosas iniciativas durante el pasado mandato, tenía la virtualidad de romper el bipartidismo que a veces representa la imagen de estrellarse contra un muro, y otro logro de Ruiz Padilla fue meterles presión a los dos partidos mayoritarios, porque fuera de los asuntos puntuales de gestión, hay ocasiones en las que pierden lo más elemental, la mesura y la ejemplaridad que se espera de los políticos al servicio de la ciudadanía.

Hoy mismo se ha informado que el día 25 próximo, el presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, recibirá a Francisco Reyes, que al parecer lleva tiempo con la solicitud cursada para este encuentro. Es de esperar que en vez de enviarse mensajes a través de los medios de comunicación o de los políticos en las instituciones y en los partidos, los dos dirigentes sean capaces de enfrentarse a un diálogo abierto y conseguir que el gobierno andaluz y la Diputación mantengan, porque esa es su responsabilidad, que no se les olvide, acuerdos favorables para el territorio. Al parecer Reyes le va a recordar a Moreno que el Cetedex espera que la Junta invierta lo mismo que lo hizo con el Colce en Córdoba, cien millones de euros. Hay muchos más asuntos de qué hablar, ojalá lo hagan constructivamente, aunque si les digo la verdad no tengo demasiadas esperanzas tal y como está el patio. ¿Han visto hoy, por casualidad, el pleno del Congreso sobre la corrupción?

Dicho todo lo anterior, trato siempre de diferenciar, aunque paradójicamente se trate casi de las mismas personas, el papel del gobierno de la Diputación del gobierno del partido que la sustenta, aunque recientemente se ha producido, como se sabe, el relevo de Reyes al frente de la secretaría general en favor de Juan Latorre, el candidato elegido, que de paso ha estrenado galones en Diputación al ser nombrado vicepresidente primero y por tanto es el que tiene todas las papeletas en la línea sucesoria, con permiso de Reyes, que está por ver si en 2027 deja el sillón. En el PSOE provincial ya estamos en un panorama distinto. En algunos aspectos son coincidentes los retos en favor de la provincia, lo contrario sería ilógico, pero como partido su nivel de respuesta a las necesidades del territorio son distintas y en algunos casos decepcionantes. Mantuvo un silencio cómplice con el Colce, lo repito, y no ha tenido el valor, el peso político o la valentía de defender con más decisión la afrenta del ferrocarril, que es la espina clavada en la sociedad jienense, consecuencia de un maltrato histórico de los gobiernos, y en el caso que nos ocupa del PSOE de Pedro Sánchez, que hasta el momento ha hecho oídos sordos al famoso informe del CES Provincial del año 2017 que ofrecía las alternativas para salir de la situación de abandono histórico. Se pasan el año debatiendo mociones para manifestar sus diferencias, uno mirando a Madrid y el otro a Sevilla, cuando las mociones son flor de un día, consiguen un titular y hasta la próxima. De hecho, la Diputación acaba de apoyar en el último pleno una moción del PP, demandando soluciones para el tren después del caos casi permanente, aunque de paso han aprovechado los dos partidos, como suelen hacer en cada pleno, en hacerse reproches. Hay actitudes que no necesitan palabras, pero el propio Reyes se ha lamentado públicamente de la situación del tren, claro que no lo han conseguido, en tanto que la sociedad jienense ha vuelto a su estado de resignación de siempre. Y luego nos piden desde algunas tribunas, políticas o no, que abandonemos el victimismo. Ea!!!

Foto: Membros del PSOE (15 diputados) y PP (12 diputados) que componen el pleno de la Diputación, el día de la toma de posesión, 4 de julio de 2023.

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