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Por ANTONIO GARRIDO / El alcalde de Jaén, Julio Millán, cada vez que lo llama un medio de comunicación para un desayuno informativo se prepara una exclusiva, una boutade, no sé si para llamar la atención o para hacer reaccionar a otros interlocutores, el caso es que al igual que no hace mucho sorprendió y bien al anunciar en Diario Jaén que uno de sus objetivos era el de ceder el edificio del actual Ayuntamiento para convertirlo en hotel de cinco estrellas, que  desde luego, si es eso lo que se proponía, no dejó a nadie indiferente, aunque en mi caso estuve y estoy frontalmente en contra de que se utilice la Alcaldía para poner en riesgo el patrimonio municipal, hoy, en un encuentro propiciado por el digital Jaén hoy, ha vuelto a las andadas y ha marcado otro apunte de su hoja de ruta, esta vez su deseo de renunciar a la estación intermodal en este mandato para centrarse en lo que él espera que pueda ir más rápido, la integración del ferrocarril, o tal vez deberíamos decir lo que quede de él, en la ciudad, proyecto comprometido por el ministro Puente, y al parecer tanto él como su socio Jaén Merece Más comparten confianza en el político que no ha movido un solo dedo por la mejora de los trenes tercermundistas que padecemos. Pero en fin, ellos sabrán.

Parece que el alcalde ha llegado a esta conclusión como consecuencia del malestar que le provoca que la Junta, con la que dice que no quiere confrontar, haya actuado a través de reuniones con colectivos y asociaciones de diversa naturaleza y tenga un listado de posibles ubicaciones, de las que también se queja que el Ayuntamiento no tiene noticias oficialmente, de modo que el regidor piensa que la actuación de la Consejería de Fomento esconde fines partidistas, en tanto que la Junta se queja de la decisión unilateral que además le deja fuera de la mesa técnica formada al efecto. Lo que sí está bien claro es que no están de acuerdo, cuestión nada de extrañar a estas alturas, lo contrario sería la noticia. Es una manera de reconocer que el asunto se le ha ido de las manos al Ayuntamiento, por lo cual afirma Julio Millán: “Desgraciadamente esta dinámica no la hemos sabido parar, no la hemos querido parar y por tanto, si no hay consenso, si no hay acuerdo, lo que voy a proponer a las entidades que se han interesado por el proyecto y espero tener un arreglo con ellas, que dejemos al margen el proyecto de la estación intermodal”. No me puedo creer que por la permanente confrontación que va sumando trienios entre Junta y Ayuntamiento de distinto signo, antes y ahora, algo vergonzoso y que lleva décadas causando perjuicios severos a esta ciudad, el alcalde adopte esta postura radical.

Primero, porque es imposible digerir desde la ciudadanía que una necesidad que se viene persiguiendo desde hace más de veinte años se vaya dilatando por un continuo choque de trenes. Segundo, porque a mi modo de ver es un problema de liderazgo, es el alcalde el que desde el minuto uno debería haber liderado el proyecto de la intermodal, ofrecer y recabar información, realizar también su propio estudio de ubicaciones como ha hecho la Junta, y en última instancia, habiendo mantenido ese proceso de escucha, adoptar una solución valiente y llevarla a cabo, siempre y cuando haya quien la financie. El liderazgo supone también hacer valer la autonomía municipal, los criterios de los técnicos que elaboran el Plan General de Ordenación Municipal (PGOM), y por supuesto aceptar el parecer de una mayoría, social y política, porque el pleno es soberano. La Junta debe tener su opinión, pero en absoluto puede ni debe condicionar una decisión que no le corresponde, al menos en exclusiva, lo suyo son los autobuses. Esta nueva sorpresa que nos proporciona el alcalde no sé si es, como en el caso anterior del hotel de lujo me lo pareció, un brindis al sol para provocar reacciones.

De todas maneras hay que temerle por la tendencia a procrastinar del alcalde, les recuerdo los casos del Presupuesto y del Plan General de Ordenación Urbana que frenó en su momento porque no le parecían lo suficientemente importantes, pero lo eran, como lo es abordar ya sin más dilaciones una estación intermodal que necesita una capital como Jaén que no puede estar tantos años mareando la perdiz por desavenencias políticas y, por qué no decirlo, por no imponer con toda claridad y contundencia un proyecto.

Todo esto sin poner en tela de juicio por el momento la que pudiera ser la coartada, porque llevamos muchos años haciendo que la estación intermodal se cuele en las campañas electorales y a la hora de la verdad también es muy probable que el verdadero motivo sea el dinero, porque aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid el Ministerio de Transportes se ahorraría el pastón que debería poner sobre la mesa, aunque ya rechazó la opción del soterramiento. Yo defiendo, lo mismo que el primer día la intermodal con trenes y autobuses en la actual ubicación de Renfe y a ser posible soterrada. De no ser viable, aunque lo ha sido en otros muchos lugares, la estación de autobuses en su actual ubicación, sin más. Sé que la intermodal en Renfe tiene muchos beneficios y algunos inconvenientes, pero soy un convencido de que esta infraestructura no debe estar lejos de donde se encuentran los ciudadanos. Llevarla a Vaciacostales resuelve muchos problemas, pero el sentido común no lo tolera, al menos a mi modo de ver.

Está claro que no puede gustar a todo el mundo, puede haber tantas posibles ubicaciones como ciudadanos, el propio tranvía y su trayecto tuvo y tiene muchos detractores, pero no por ello dejó de construirse o va a dejar de funcionar, al menos no hemos perdido esa esperanza, aunque al más puro estilo Jaén, sea quince años después. Dicho todo lo anterior me avergüenzo como ciudadano de la política que funciona en Jaén, de la dificultad para dar cada paso, la politización desmedida que se ha metido en los asuntos ciudadanos, la práctica política que lleva mucho tiempo impidiendo que esta ciudad tenga el impulso que necesita. Nos han tocado unas generaciones de políticos que nos están labrando un presente y un futuro indeseable. No solo administran ruina sino que encima no se les ve la generosidad suficiente cuando tendrían que ir todos a una a salvar a la ciudad en vez de meter la politiquería en cada actuación municipal.

Están pendientes casi en exclusiva, gobierno y oposición, en hacerse las fotos de cada paso que dan, a veces lo único que hacen es eso, ponerse ante la cámara, y es lo mismo en el gobierno que en la oposición, con algunas excepciones que confirman la regla, no voy a meter en el mismo saco a los dos concejales de Vox, mucho más austeros en cuestiones de imagen. Conozco a gente en Jaén que lleva la cuenta de las fotos de los políticos y políticas, las que suben a las redes y remiten a los medios de comunicación, verdaderamente escandaloso por excesivo. Se puede hacer un estudio socio-político con tantas imágenes, dan para mucho, en algunos casos son patéticas, en las que el político o la política no pintan nada y por el contrario rompen la esencia de la foto. Qué competición, por Dios. Me pregunto si los cirujanos o los albañiles se dedicaran a fotografiar cada uno de sus actos profesionales, y lo mismo el resto de actividades. Los políticos ya cobran por lo que hacen y deben cuidar de su eficacia y solo de ella. Esa sensación es bastante compartida, porque es cierto que en la sociedad actual lo que no se “vende” no existe, pero para todo tiene que haber una medida prudente que no perjudique más que beneficie. Las fotos son necesarias, excepto cuando se convierten en obsesión, y esto se va saliendo de madre, porque mientras se está pendiente de la cámara no se está a veces donde tal vez se debiera estar.

En otro ámbito parece que a este equipo de gobierno municipal se le está apareciendo la virgen pues por lo que dicen hay varios proyectos empresariales en cartera y es de suponer que alguno o algunos vengan de atrás, porque este tipo de iniciativas no surgen de un día para otro. Resulta que el Ayuntamiento ha presentado el interés de un grupo inversor empresarial de la provincia interesado en construir en los terrenos del que iba a ser parque acuático y no sé cuantas cosas más, un atractivo proyecto turístico, un resort con todos sus elementos, glamping, bungalós, zona para caravanas, tirolina, y otras instalaciones deportivas, culturales y de ocio, con la denominación de Eco-Active-Resort y que estará dotado de una moderna infraestructura tal como aparece en el proyecto redactado por LBA Arquitectos, que, dicho sea de paso, no hay mal que por bien no venga, a pesar de que las instalaciones que se realizaron en su día fueron saqueadas durante años por los vándalos, los promotores van a poder utilizar una buena parte de lo construido, y al menos no nos quedará la desagradable sensación de que se tiró el dinero, casi nueve millones, que en realidad fue lo que ocurrió en el mandado 2007-2011 en el Ayuntamiento de Jaén, gobernando el Ayuntamiento la alcaldesa Carmen Peñalver en el acuerdo con Izquierda Unida (José Luis Cano), y que incluyeron esta aventura en el famoso Plan E que se inventó Zapatero.

El anuncio ha satisfecho al equipo de gobierno, en primer lugar porque todas las gestiones para buscarle una funcionalidad a los terrenos han fracasado y por supuesto porque dejamos atrás una vergonzante asignatura pendiente de la que los vecinos y la asociación del barrio de Valdeastillas ha alzado la voz reiteradamente porque los restos del parque acuático que nunca fue han sido un monumento a la inacción, porque aquello debió salir, pero surgieron líos económicos y ya el colmo, aunque no se le puede achacar la responsabilidad, fue la llegada a la Alcaldía de José Enrique Fernández de Moya, que no quería tranvía ni estaba por continuar con esta obra, aunque es cierto que en algún momento trató de buscar quien pudiera estar interesado no ya en un parque acuático sino una figura tal vez más completa, un Parque de Aventuras. No prosperó.

Ya han pasado alrededor de 17 años del primer proyecto y la verdad es que un parque acuático en Jaén era una infraestructura que fue muy bien recibida por la opinión pública, porque ya no obligaba a viajar a otras provincias, era ideal. Pero se juntó el hambre con las ganas de comer y el parque que tanta ilusión despertó fue un fracaso y durante años, junto con el dichoso tranvía, el parking del Hípico y por supuesto la nave de Dhull han sido señas de identidad de una mala política por la que en varias ocasiones hemos aparecido en los medios de comunicaciones nacionales desnudando nuestro bochorno de años, necesitados, olvidados, pero cuando recibíamos alguna ayuda pública éramos capaces de convertirnos, eso hemos sido, en el hazmerreír, que se mantiene aún en lo más visible para el visitante, con las vías del sistema tranviario.

En todos estos años, también en la etapa anterior de Julio Millán, a su llegada en 2019, hubo otra vez la posibilidad de convertir el paraje en un parque multiaventuras, una idea parecida a la inicial, pero no prosperó. Ahora la opción que toma fuerza es la cesión demanial al grupo inversor para que una vez cumplidos los trámites oportunos, procedan a invertir una cantidad en torno a los 2,5 millones. Reconozco que no me gustan demasiado las cesiones demaniales (transferencia temporal del derecho de uso y disfrute de un bien de dominio público a un tercero, generalmente mediante una concesión administrativa) porque pueden resultar fallidas, cierto que también hay mecanismos para regular esta relación. De todos modos, dadas las circunstancias en las que se encuentra la ciudad, en la que estamos necesitados de que lleguen empresas y de que creen empleo, es lógico que cualquier idea de negocio, como la presente, se reciba con alfombra roja, es una de las prioridades de la ciudad en la hora presente. Ojalá estemos a las puertas de olvidar uno más de los penosos legados que hemos estado recibiendo. De alguna manera recuperaremos lo que muchos jienenses siguen conociendo como “Playa del Lagarto”, que como tantos proyectos en Jaén nos lo metieron por los ojos y pasó a mejor vida.    

Por último, hay que dedicar siquiera unas líneas al comunicado emitido hoy por la Consejería de Universidades de la Junta de Andalucía, en el que se indica que la Junta adelantará a septiembre el proceso de verificación de los títulos con informe negativo, como en el caso de la UJA con el Grado de Ingeniería Biomédica a compartir con la Universidad de Granada, al tiempo que da cuenta del refuerzo en la Agencia ACCUA, con lo que queda claro el reconocimiento a que su propio funcionamiento ha causado el enorme perjuicio de dejarnos sin el Grado pedido.

Hay algo que sí conviene dejar bien claro, porque la Junta, que no da puntada sin hilo, pretende salir airosa del relato. En Jaén se debe saber con toda claridad que lo que vende ahora la Consejería es humo porque los estudios de Ingeniería Biomédica, por muy pronto que obtengan el plácet, ya no se podrán cursar en la UJA hasta el curso siguiente, 2026-2027. No vayamos a que, confunde que algo queda, la propaganda de la Junta nos haga pensar que han reconocido el error o que han pedido perdón. Han mostrado claramente su favoritismo por la opción de una universidad privada y esto no tiene debate alguno, es una evidencia. Razón por la cual hay que estar bien despiertos y movilizarse en cuanto sea posible masivamente para que la Junta sepa la fuerza que tiene toda una provincia para defender a su Universidad.

Foto: El alcalde de Jaén sorprende con la propuesta que hará de abandonar de nuevo el proyecto de la estación intermodal para centrarse en el de integración del tren en la ciudad. (Ministerio de Transportes),

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