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Por ANTONIO GARRIDO / Los dos partidos mayoritarios en España se han pasado el fin de semana reunidos en sendos acontecimientos para mayor gloria de sus líderes. Dos citas para mejorar la imagen y darse por contentos porque creen que ya con esos cónclaves se han puesto las pilas y han satisfecho a sus fieles. Dos citas diferentes las del PP y la del PSOE, en efecto, pero al final han exhibido lo mismo, la fortaleza de sus dirigentes, si bien la de Alberto Núñez Feijóo se diferencia de la de Pedro Sánchez en que era un congreso y al tiempo una fiesta, pero el secretario general del PSOE y presidente del Gobierno lo que ha hecho es intentar, no sé si lo ha logrado finalmente, porque lo que ha sucedido en su partido es muy grave, justificarse con el argumento de que en tiempos de dificultad el capitán no debe abandonar el barco, si bien olvida que hay encuestas que piden elecciones, pero los socialistas huyen de ellas a toda costa porque son conscientes de que “viene la derecha” y Sánchez está convencido de que él o el caos, tal es su grado de obsesión por el poder. Vive en una realidad paralela, incluso después del Comité Federal ve con sus ojos de optimista redomado a un PSOE ejemplar capaz de todo, incluso de ganar las elecciones de Andalucía, de hecho los reunidos homenajearon a María Jesús Montero, y la aplaudieron a rabiar, aunque bien sabemos que solo un milagro podría hacerlo, al menos a día de hoy, por tanto es normal que no vayan a arrojar la toalla, pero mejor no hacerse de ilusiones. Lo de Pedro Sánchez ha sido una huida hacia adelante y un afán por cerrar una crisis a la fuerza, que todo hace indicar que seguirá dando coletazos, y esto en el mejor de los escenarios, porque ya se están dando nombres de posibles implicados en las tramas y falta que los principales autores, el famoso trío, tire de la manta. En fin, la política, como bien se sabe, no son ciencias exactas y el panorama puede cambiar en cualquier momento.

En mi época de redactor que cubría para mi periódico los congresos provinciales del PSOE la situación era totalmente distinta. Es verdad que existía un argumentario oficial que partía de la dirección federal o del gobierno en su caso, pero había críticos y se les respetaba, tenían voz y voto y estaban más o menos organizados. Lo que ocurre, y en Jaén sucedió así, es que la maquinaria del poder, orgánico e institucional, es muy poderosa y tiene métodos para doblegar voluntades y posiciones políticas. He visto a más de un crítico en Jaén, hace ya años, cuando existían, pasar al bando oficial en un santiamén, y al mismo tiempo evolucionar del ostracismo a los sillones y a altas responsabilidades. Ahora la militancia está abducida por Sánchez y el Comité Federal es la mejor expresión, con el verso suelto de Page, al que no le conceden la más mínima discrepancia, se lanzan contra él personajes del séquito de Sánchez, su guardia pretoriana, Óscar López y Óscar Puente, más papistas que el papa, cuyos discursos son infumables por empalagosos y desde fuera resulta difícil de entender que en un partido que se dice demócrata y socialista se niegue la discrepancia y por el contrario le tilden hasta “falangista”. Y viene a presumir un ministro, el citado Puente, que en las últimas semanas ha sido capaz de provocar una crisis desconocida hasta ahora en la red ferroviaria y no digamos en la provincia de Jaén, en la que porque no hay lo que hay que tener, porque ya se va mereciendo una censura en toda regla.

En cuanto a Juan Francisco Serrano, por el que nadie apostaba hasta el sábado, porque era impensable que el principal colaborador de Cerdán se mantenga e incluso pase de segundo a primer puesto en una responsabilidad orgánica, ya hay quienes se apuntan a caballo ganador, he leído mensajes de compañeros de partido que lo ponen por las nubes, empezando por el propio secretario general, Juan Latorre, que califica su puesto al frente de la Secretaría de Política Municipal como “un indudable respaldo al trabajo bien hecho, honesto y comprometido no solo con las siglas del PSOE, sino también con toda la provincia”. Me consta que ha habido un trabajo fino cerca de Sánchez para no prescindir de Serrano, desde Jaén y también por parte de María Jesús Montero, porque quedar fuera hubiera sido lo mismo que arruinar su carrera política, aunque es muy joven y tiene buenos avales, y no solo en Jaén. Su presencia en la ejecutiva federal es una buena noticia para el PSOE de Jaén, que lo mantiene como hombre fuerte, una pica en Ferraz, y probablemente también, o eso queremos pensar, para Jaén, pero será el futuro el que permita la valoración de su tarea. Me alegro por él y porque por muy raro que parezca se haya salvado del affaire. Dicho esto, en política y en nada no soy de adhesiones inquebrantables y menos de poner la mano en el fuego por nadie, ya es sabido que hay varios personajes en la unidad de quemados.

Se repite la historia, salvar en este caso al soldado Juanfran Serrano, alejarlo del conflicto, del fuego, para situarlo en la moral de la decencia, porque en la normalidad no son situaciones compatibles, todo lo contrario. Por supuesto rectifico gustosamente, dije con carácter previo que era un nombre a la baja, no por mi deseo sino por el dictado del sentido común y de fuentes propias socialistas, ser el número 2 de Cerdán en principio era causa de descarte, cuestión distinta es lo interno, la verdadera relación de uno y el otro, aunque el político jienense ha estado en los procesos más señalados de Ferraz, la amnistía, conversaciones con todos los partidos de la investidura, los continuos contactos con Puigdemont. Ha debido aprender lo que no está en los escritos, para escribir ya un libro de memorias. Ya he dicho antes que ha habido muy buenos oficiantes y hay que contar con que algo de mérito tendrá el propio protagonista.

Por cierto la continuidad del bedmareño Juan Francisco Serrano (Juanfran) es también un alivio para el pacto que mantienen en el Ayuntamiento PSOE y Jaén Merece Más, no por los logros conseguidos, sino por la propia reputación del acuerdo que o mucho tienen que acelerar el ritmo para que se noten sus efectos o puede verse abocado al fracaso. El ministro Puente no es de fiar, a las pruebas me remito, y por lo que respecta a la deuda municipal lo conseguido es eso, un alivio, pero el problema sigue y con su misma intensidad, la ruina está en el mismo sitio y amenazando con durar muchos años más, para que los jienenses paguemos los platos rotos de gestiones irresponsables y que debieron merecer castigo. Pero, lo dicho, la continuidad de Serrano es un respiro y por tanto cabe entenderse que el acuerdo sigue en pie y puede durar, al menos hasta las elecciones de 2027, es un decir.

Foto: Juan Bravo, en el centro, con Erik Domínguez y Elena González, presidente provincial y secretaria general del Partido Popular de Jaén, en el congreso nacional del PP.

Por lo que se refiere al congreso nacional del Partido Popular, la representación numerosa de la provincia ha vuelto eufórica, estos días han servido para llevar en volandas a su líder, Alberto Núñez Feijóo, que por diferentes razones pienso que lo necesitaba y los militantes sentir, de momento, los aires de triunfo y fortalecer los ánimos. Me ha llamado la atención observar cómo la peregrinación jienense a este acontecimiento, uno a uno compartían las fotos de las votaciones y lo mismo que cuando firmaron los avales, para que se sepa que se suman a la causa. Un poco extraño porque por ahora Feijóo no tiene competencia, aún no ha decidido dar el paso la lideresa madrileña, muy aplaudida por cierto en su intervención en la que arremetía contra Sánchez, los dos se tienen un cariño inmenso. Ninguna sorpresa mayúscula en el congreso de los populares salvo las afirmaciones tajantes del presidente, comprometiéndose a gobernar en solitario, cuando todos sabemos que está Vox pisándole los talones, no le vaya a pasar lo que a los socialistas, que negaban cualquier pacto con Bildu o los independentistas y al final, sobre todo por razones matemáticas, se vieron obligados a desdecirse.

Sobre todo en la intervención del propio Feijóo y algunos de sus barones se presumía un giro hacia la moderación, el centro político, insisto, con permiso de Vox, pero si hay algo que no pegaba ni con cola en una reunión multitudinaria del PP es que a coro le dedicaran una muy calurosa bienvenida al presidente valenciano Carlos Mazón. La imagen que se proyectó es de pésimo gusto, no me extraña que haya sido tan criticada en las redes sociales y en los medios de comunicación. Rendir tributo a un señor, y es mucho decir, al que no han echado porque no pueden y a quien Feijóo se ha tenido que tragar, pese a los estragos de la Dana y el escándalo de “El Ventorro”, porque tal vez le parecía peor el remedio que la enfermedad, es para hacérselo mirar. Que el PP le dé alas a un personaje impresentable es una mala noticia, al menos a mí me pareció un acto impropio de un partido con principios. Pero es lo que hay. De todos modos es posible que el PP tenga que volver dentro de algún tiempo a animar a su feligresía porque Sánchez es capaz de aguantar cualquier tempestad y a pesar de estar achicharrado, ya dije que cualquiera podría entender que su etapa tocaba a su fin, gracias a que los socios de investidura no quieren perder sus privilegios, lo mantendrán aunque los dos años que quedan sean un infierno. De modo que el PP debe tener paciencia y resignación, porque todo hace indicar que si tiene que llegar su hora será con retraso.

Por lo que respecta a la presencia de Jaén en la dirección nacional, se confirmó el puesto para Juan Bravo, que es jienense adoptivo, aunque hay que recordar que en las últimas elecciones generales no representaba a Jaén sino a Sevilla. No está desvinculado de Jaén ni del partido, pero entre sus responsabilidades en el PP nacional y las propias de su circunscripción, Jaén ya le queda un tanto al margen. De haber sido diputado por esta provincia sería diferente.

Dicho todo lo cual respecto a los dos partidos grandes y con sólida presencia en nuestro territorio, lo que tendríamos que pedirles hoy es que dediquen todos sus esfuerzos a laborar por la provincia, por los municipios uno a uno y por la capital. Hay muchos asuntos pendientes de las diferentes administraciones que necesitan impulso. No me refiero solo a los parlamentarios nacionales y autonómicos, a los diputados provinciales y a los alcaldes y concejales, sino también a los cargos elegidos por designación directa. Es el momento de esforzarse para que no caigan en saco roto todas las demandas que tiene Jaén, que en el gobierno andaluz están centradas en proyectos que forman parte de una larga lista de espera y por lo que se refiere a la Administración del Estado se centran en las infraestructuras, sobre todo de comunicaciones, donde seguimos igual o peor que en el siglo pasado. Es cierto, en determinados ámbitos vamos empeorando, por ejemplo los trenes. Dicho de otra manera, que se dejen de una vez de politiquería y pasen ya de una vez, que toca, a resolver los problemas de los ciudadanos, que estamos esperando a que se pongan el traje de faena.

Foto: Juan Francisco Serrano, con la plana mayor de los dirigentes del PSOE de Jaén y su mentor, el presidente de la Diputación.

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