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Por ANTONIO GARRIDO / Por una vez y es de esperar que no sea la última sino la primera de muchas ocasiones, la provincia de Jaén ha estado muy a la altura de las circunstancias en el apoyo a su Universidad tras la negativa a concederle, junto con la Universidad de Granada, el Grado de Ingeniería Biomédica. No va a poder ser porque la Junta ha decidido optar por una universidad privada, la Loyola, para impartir esa titulación, pero a poco que el rector dio la voz de alarma toda la provincia se ha movilizado a favor de la UJA. Hemos estado valorando positivamente la reacción de los responsables políticos y sociales de Granada, que siempre suelen dar un ejemplo de unidad frente a cualquier adversidad, pero me agrada mucho poder decir que esta vez le hemos ganado por goleada porque están sido muy numerosos los testimonios de solidaridad con la UJA en todos los ámbitos, desde la política, agentes sociales, colegios oficiales, organizaciones sindicales y agrarias y un amplio etcétera. Por supuesto que con la excepción del PP andaluz y el jienense, que también hace seguidismo de lo que manda la Junta y lo mismo que ha ocurrido en otras ocasiones, por ejemplo con el también preocupante asunto de la financiación, sus responsables se desmarcan o toman partido en defensa de las decisiones del gobierno regional, sin que parezca importarles si se trata de hechos que perjudiquen a Jaén, como ocurre y gravemente en el informe desfavorable para el Grado de Ingeniería Biomédica, que se concede a la universidad privada Loyola. Nada que pueda chocar porque es bien conocida la tendencia de los responsables de la Junta a favorecer la privatización, en esta materia y en otras como la sanidad.

Con el asunto de la financiación las relaciones Junta-UJA y al revés se pusieron bastante complicadas, aunque también en este capítulo es impecable la defensa que hace el rector de los intereses de la institución que lidera, simple y llanamente porque los dos últimos consejeros del gobierno andaluz en el área de Universidad lo que han conseguido con sus políticas es provocar un hachazo del que va a ser complicado salir a las cuentas de la UJA y no se percibe voluntad política bastante para abandonar ese ese pozo en el que nos tienen desde hace varios años, cuando estaba todo preparado, menos mal que se pudo evitar en la calle, que condenaran a nuestra UJA a la irrelevancia. Por fortuna aquello se paró, pero sus consecuencias siguen pesando como una losa en las cuentas de la Universidad. No sabemos qué ha de pasar para que los políticos sean conscientes del compromiso que tienen con Jaén y de una vez por todas se dediquen a ayudarnos a avanzar en lugar de entorpecer el modelo de desarrollo al que tenemos derecho.  

Dejando a un lado el tema de la semana, que promete seguir siendo una preocupación generalizada porque se trata de una afrenta a la Universidad y por ende a Jaén, ayer no tuve oportunidad de comentar los datos del paro registrado correspondientes al mes de mayo, donde seguimos en la senda de meses anteriores con 35.470 desempleados, 353 menos que el mes pasado, divididos en 11.805 hombres y 23.665 mujeres, lo que denota que el paro femenino sigue presidiendo la estadística de cada mes. Es verdad que las cifras se alejan mucho de otros registros de hace años cuando superábamos los 50.000 o más parados. Pero no podemos caer en la tentación de hacer valoraciones simplistas como si no estuviera pasando nada. Hay menos paro, pero también es cierto que hay menos jienenses, sobre todo en los núcleos rurales se está produciendo la diáspora obligada, lo que unido a los jóvenes que buscan otros lugares para estudiar o trabajar, y por supuesto el hecho demográfico, nos permiten hacernos una idea de la verdadera situación, por tanto que no vengan los políticos, de cualquier signo, a apuntarse ningún éxito porque la realidad no admite duda, bajan las cifras porque estamos perdiendo habitantes, así de simple.

A propósito me hago eco de unas declaraciones de la vicepresidenta de la Diputación, Pilar Parra, llamando la atención sobre la que considera alerta de la “peligrosa asimetría territorial” que, según ella, está promoviendo la Junta que preside Juanma Moreno, motivo por el cual exige las inversiones comprometidas y califica los últimos seis años de gobierno popular en Andalucía de “fiasco y decepción para la provincia, que Juanma Moreno intenta tapar con propaganda y migajas” y aporta el dato de que el año pasado se dejó de ejecutar el 83% de la inversión comprometida. Ya sabemos que todos nos engañan y además lo hacen sin rubor alguno, a la luz del día. Por lo demás no voy a actuar de abogado defensor del gobierno andaluz del PP pero endosarle a él toda la “asimetría” con la cantidad de años que ha gobernado el PSOE, me parece desproporcionado además de injusto. Vale que tenga ya su cuota parte, porque va sumando años, pero los males de Jaén, capital y provincia, tienen casi todos ellos bastantes trienios. Que cada palo aguante su vela, no vayamos a pretender ahora que estamos en campaña, o lo parece, que solo un partido es responsable de nuestras desdichas.  

Más todavía, la señora Pilar Parra alude, entre los que considera despropósitos del gobierno andaluz, el cierre de El Neveral, y aquí ya tengo que saltar porque llevo días esperando la ocasión para salir en defensa del histórico hospital “Doctor Sagaz” al que los dos partidos gobernantes, primero PSOE y después PP, le han colocado sendos rejones de muerte. Deberían acordarse en el PSOE de cuando, hacia 2016, creo recordar, suprimieron la cocina, las reacciones de protesta que se dieron, en especial en el ámbito sanitario, sin que el entonces gobierno tuviera la menor receptividad. El PP, que siempre criticó pero que a la hora de la verdad hace exactamente lo mismo, en este momento me acuerdo de la Cámara de Comercio de la que nunca más se supo, no ha movido un dedo en favor de El Neveral, que hoy sirve para albergar el Anatómico Forense y aulas de formación. El espléndido edificio está en el cerro abandonado y sin que los responsables públicos hayan sido capaces de buscarle el destino noble que merece.

Si es verdad que la construcción de la Ciudad Sanitaria va en serio, porque es normal que tengamos serias dudas, para El Neveral se podría hacer un proyecto y reconvertirlo en un centro geriátrico de carácter público, ya que la mayor parte de los existentes en la capital son privados y no todas las economías se lo pueden permitir, salvo las plazas que puedan ser concertadas. Lo triste es pasar por allí y ver que un edificio emblemático lo han ido dejando y ya últimamente le dieron un destino que proyectó la peor imagen porque era donde los pacientes en muy mal estado eran trasladados, a veces para cuidados paliativos o tratamiento del dolor.

No se ha hecho justicia con El Neveral, por el que durante muchos años pasaron grandes profesionales sanitarios, hasta que la política, que casi siempre no entiende más que de números, empezó el proceso liquidador. Por esta razón que nadie saque pecho y se jacte de haberlo defendido, ni PSOE ni PP están en condiciones de apuntarse haber movido un dedo por su futuro. Y sin embargo merecería que alguien con sensibilidad y con memoria histórica, aunque solo sea por el recuerdo del gran médico que fue don Luis Sagaz Zubelzu, al que conocí, se ocupara de garantizarle algún futuro, cualquier destino menos ser lo que es hoy, un almacén para el que cualquier finalidad sirve. La Junta se ha pasado años materializando proyectos, de modo dictatorial, sin tener en cuenta a la opinión pública, vendiendo humo constantemente mientras los profesionales, con su tarea de cada día, hacían milagros para que se notara lo menos posible el deterioro, la falta de medios y, en definitiva, la apuesta de la que las autoridades venían presumiendo y de lo que en realidad nunca hubo rastro alguno. Conozco muy bien esta historia.

En crónica política me consta la preocupación en el seno de la familia del PSOE por el futuro del diputado por Jaén, Juan Francisco Serrano (Juanfran), al que hemos tenido hasta ahora por un político con proyección de futuro, pero que al haber sido el número 2 de Santos Cerdán cualquiera sabe lo que el destino le tiene preparado, aunque en la reorganización que pretende hacer Pedro Sánchez de su ejecutiva federal este fin de semana él no va a estar. Nadie le ha metido hasta hoy en los nombres del fango, ni tengo interés en que ocurra, por supuesto, pero estar en el lugar indicado y en el momento justo ya juega en su contra. Sus amigos en el PSOE de Jaén, que son muchos, es lógico que lo tengan presente y se preocupen por su situación, tal vez se haya truncado una carrera política, y pensar que durante años ha sido el comodín para diferentes responsabilidades. Es de suponer que entre ellos Paco Reyes, su mentor, el que le dio las alas para volar, esté muy al, tanto. Por otro lado hay indicios suficientes para pensar que el congreso provincial socialista, en el que resultó elegido Juan Latorre, no cerró las diferencias en el seno del partido, esto es fácil conocerlo preguntando a los alcaldes o leyendo las recientes declaraciones de Ángeles Férriz en un programa andaluz de televisión señalando que “el tiempo de Paco Reyes ya ha terminado”. No creo que coincida precisamente con los deseos del hoy presidente de la Diputación, aunque dos años en política son demasiado tiempo para hacer cábalas.

Una mala noticia para el exalcalde de Linares, Juan Fernández, muchos años regidor socialista. El Tribunal Supremo acaba de confirmar la condena a tres años de prisión y a siete de inhabilitación absoluta por un delito de malversación de cuentas públicas. Fernández planteó un recurso de casación a una sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía, pero el Supremo la ha confirmado. Juan Fernández dedicó los mejores años de su vida a la alcaldía linarense, y al final mantuvo desencuentros con su formación a la que acusaba de no prestar atención a la ciudad de las minas, tanto que llegó a criticar abiertamente a la entonces presidenta andaluza, Susana Díaz, y a la dirección provincial del partido, con Reyes a la cabeza, y llegó a crear una nueva opción política. Ha tratado de defenderse desde el primer pronunciamiento de la Audiencia en 2022, pero la Justicia acaba de dictar la última palabra.

Por último me quedo perplejo ante las declaraciones socialistas en relación con el maltrato del tren a Jaén, aunque ya se puede decir sin errar que es en todo el territorio. Por una parte suena bien que el pleno de la Diputación haya aprobado por unanimidad, PSOE y PP, pedir al Gobierno de España acabar con las incidencias de los trenes de Jaén, eso perfecto, pero en versión política el PSOE tiene el atrevimiento, por medio de su diputado provincial José Luis Agea, de acudir al argumentario, que no se lo cree ni él, señalando la apuesta del Gobierno por el tren en Jaén, atribuyendo en cambio al PP la representación del caos ferroviario, además de hacer historia desde décadas, que eso pase para repartir responsabilidades, pero salvar al Gobierno de Sánchez, la etapa del impresentable Ábalos y la actual de Óscar Puente, más de lo mismo, como se está padeciendo estos días, sin que se le vea mínimamente afectado, es para mondarse de la risa. Creo que viven instalados en un mundo paralelo, y necesitarían abrir los ojos o se darán de bruces con quienes se las abran, aunque sea en las urnas.       

Foto: Una imagen de archivo del Hospital El Neveral.

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