Por ANTONIO GARRIDO / Este fin de semana hemos tenido una noticia buena y otra mala. Empecemos por la buena. El ascenso al Real Jaén a la Segunda Federación, después de varias campañas en las que por unas razones o por otras el reto no prosperaba. Ha habido que esperar, pero la perseverancia, una buena temporada y el sufrimiento del play off, que es una dura prueba, ha hecho que al fin el equipo blanco abandone el pozo en el que ha estado resistiendo durante varios años, y por muchas razones, pero sobre todo por su historia centenaria plagada de éxitos, y también de algunos fracasos, porque así es el deporte, volvemos a dar un paso adelante. Somos conscientes de que no estamos en el olimpo, y que para que nuestros colores estén donde pensamos que se merecen, hará falta seguir trabajando duro y manteniendo claro un objetivo. Pero esta ciudad, con tantas rémoras, en la que continuamente nos estamos enfrentando a retos y cuesta Dios y ayuda sacarlos adelante, de vez en cuando hacen falta impulsos de alegría y entusiasmo, como el ambiente vivido en la noche del domingo en La Victoria con casi 12.500 personas apoyando a su equipo representativo que ha sido capaz, paso a paso, partido a partido, llegar a la meta con solvencia. No solo en el estadio, también en la calle, Jaén ha vibrado con este triunfo que pone fin a un año de esfuerzo y compromiso con un club y con una ciudad.
Puede pensarse que nos conformamos con poco, y puede que en parte sea así, pero no solo necesitamos grandes obras y que la política asuma sus responsabilidades, es que se precisa, ahora que estamos conmemorando la capitalidad, que lo seamos en todos los ámbitos, también desde una masa social como la que mueve el deporte del fútbol. Ya que en La Victoria estaban todos los políticos, deberían tomar nota de la gesta, de lo que es capaz un equipo, persona a persona, jugador a jugador, además de su junta directiva y todos los apoyos que recibe, para hacer grande el nombre de una ciudad. Vamos a seguir consiguiendo avances. Primero hay que soñarlo, después hay que trabajarlo en los despachos configurando un once muy comprometido, y finalmente hay que ir escalando peldaños. Tienen que saber transmitir que el Real Jaén no se rinde, que es una institución que ambiciona, por ella misma y por la ciudad que la alberga y que la apoya, y que con una buen liderazgo al frente en poco tiempo nos puede hacer vibrar de entusiasmo. Queremos ver a nuestro Glorioso donde le corresponde, porque desde luego su sitio no era el hoyo donde la mala suerte y también la gestión manifiestamente mejorable lo han enterrado. Cuesta más trabajo salir de ese bache, de suyo deprimente y en el que se llega a perder la esperanza, que mantenerse en categorías superiores donde la competencia, el buen juego y la propia ilusión ganan batallas. Por eso queremos ver a nuestro Real Jaén compartiendo juego y liga con cuadros como aquellos con los que se medía en otro tiempo. En fin, hemos recuperado a nuestro Real Jaén y de nuevo podemos cantar su himno con fuerza, como en el último día, y sin complejos de inferioridad.

Foto: La Victoria vibró con el triunfo de los locales y por tanto con el ascenso. (REAL JAÉN).
En cuanto al acontecimiento negativo, no puede ser otro que las continuas aventuras del tren que lleva décadas maltratándonos. Creo que no hay personas en Jaén y su provincia que ignoren que estamos abandonados por los responsables de las infraestructuras ferroviarias, empezando por un ministro impresentable, lo diré así con todas sus letras, como es Óscar Puente, digno sucesor de uno de los personajes conocidos de la trama, Ábalos, de triste recuerdo para este territorio, de cuando vino a reírse de nosotros al tiempo que paraba, sin costarle demasiado esfuerzo, el amago rebelde de unos cuantos dirigentes socialistas, que tras la reprimenda apostaron por la causa, porque la causa tiene más peso que el interés general de Jaén. Pues el ínclito Puente al parecer dedica más tiempo a enviar mensajes de grueso contenido en las redes sociales que a resolver problemas tan evidentes como el del tren en Jaén. Lo venimos denunciando hasta la saciedad y en los últimos días además de ser portada en los medios de comunicación más próximos, también ha llegado a la prensa nacional, y por su magnitud se ha colado en los telediarios, no es para menos, para nuestra vergüenza.
Las incidencias que antes ocurrían de vez en cuando, y que tampoco pasaban desapercibidas, ahora suceden prácticamente a diario, con ejemplos tan clamorosos como el ocurrido este fin de semana con un tren detenido durante ocho horas en un descampado, con los viajeros con destino Madrid asándose con 40 grados, naturalmente sin aire acondicionado, sin agua, pero además sin explicaciones, propio de una época tercermundista y de un gobierno de similares características, olvidado por completo de la exigencia de un servicio de mínimas garantías propio del siglo XXI. Pues no, ahora es día sí y día también, en la práctica ha dejado de ser noticia para convertirse en la crónica diaria, y han dejado de ser averías recurrentes para convertirse en lo que es en realidad, la expresión de abandono, indignidad y desprecio. Es de suponer que no hay políticos con responsabilidad en Jaén que cada mañana a primera hora sean capaces de plantear sus quejas al Ministerio, al ministro o a quien sea. Choca más cuando no hace tanto nos visitaba Puente, ahora se confirma que fue un brindis al sol, obligado por quien fuera a dar la cara y a sabiendas de que somos un pueblo tranquilo y que basta con anestesiarnos y ya tenemos dosis para un tiempo, hasta la próxima.
Pues bien, con la cantidad de años que llevamos clamando por el ferrocarril me parece que ya se ha llegado al límite, no hay más demora, no podemos ni debemos permitirla. Qué pena que no haya en Jaén una Plataforma Ciudadana fuerte que tuviera el coraje de salir a la calle y cortar las carreteras y las autovías para llamar la atención del poder que no nos hace el menor aprecio. El primero el ministro que vino con la historia de la intermodal, que no se sabe si finalmente llegará, lo dudo, y con respecto al bypass de Montoro para el acceso a la alta velocidad lo que nos vendió es una prolongada espera, para integrarlo en los planes de futuro, cuando tal vez gobierne otro u otros y sepa Dios qué va a ser de Jaén. En pocas palabras, un mentiroso compulsivo que conoce su oficio. Por esta razón y por el malestar que se ha ido acumulando no solo en la capital jienense sino en toda la provincia, hay que demandar acciones urgentes, pero ya sin tanto miramiento, y si hace falta ir a Madrid a manifestarse delante del Ministerio y pedir la dimisión de tan nefasto ministro, que me apunten que soy el primero. No quiero ser cómplice de tanta cortesía hacia quienes ni siquiera merecen el beneficio de la duda. Hace pocas semanas sugerí que Jaén Merece Más, que se jacta de exigir para Jaén todo lo que merece, empezando por saldar la deuda histórica, podría encabezar, ya que tiene voz y voto en el Ayuntamiento de Jaén, una moción para que se declare persona “non grata” al ministro.
De todas las acciones que afirma estar promoviendo en el Ayuntamiento, sin duda esta sería la que más iban a valorar los jienenses y a la larga les podría suponer réditos electorales. O tal vez les tiembla el pulso con el PSOE, porque gobiernan y parecen satisfechos de las buenas migas, y sea más fácil disparar al adversario, ahora común, antes que violentar la relación. Gobernar ha hecho que en algunos aspectos, como la intermodal o el tratamiento a la deuda municipal los “merece” se sintieran escuchados. Nos vendieron un sueño inalcanzable, que me parecía en realidad una fantasía más de la política que todo lo apaña con su euforia, sobre todo cuando resulta fácil doblegar un sentido crítico, tal vez en la creencia de que cambiaba malo conocido que bueno por conocer, porque ocurre a veces. A la hora de la verdad hemos visto a plena luz del día que vino Montero con las rebajas y será verdad que la economía tiene un ligero alivio, pero la ruina está y amenaza a esta y a las próximas corporaciones, casi por los siglos de los siglos.
Pues sí, planteo protestar serias y urgentes, ya sé que la alta velocidad no se compra en los supermercados, aunque en respuesta bien se puede decir que han tenido años de sobra para saldar esa deuda del divorcio desde siempre del tren con Jaén, con este gobierno y con los anteriores, y que nadie se pretenda poner a salvo, con el PSOE y con el PP. Claro que ahora la situación ha llegado al límite, que hay quien en parte achaca a los viajes subvencionados, que motiva que los servicios vayan llenos, pero que antes también se producían incidencias, si bien ahora es tal la gravedad de la situación que hay ciudadanos temerosos de coger el tren porque nunca se sabe si van a llegar a tiempo a su destino y qué rigores tendrán que soportar. Cada vez que recuerdo las palabras del ministro Puente, que parece que vive en un mundo paralelo, y que vino a decir que el tren en España está en el mejor momento de su historia, me confirmo en la idea de que es uno más de los políticos llegados al cargo desde la mediocridad, para pagar la lealtad y disciplina por parte del jefe. En Jaén deberíamos tener la valentía de colocar una placa con los nombres de todos los ministros que han pasado desde mucho tiempo atrás, incluidos los que pusieron primeras piedras o se fueron a Granada a presentar el AVE que nos dejaba fuera de la modernidad, lo mismo que en el 92, porque Jaén nunca ha pintado ni ha constituido prioridad para ninguno de los gobiernos.
No creo que nadie tenga el valor de rebelarse, en Jaén hay un miedo visceral al poder, nadie se quiere señalar. Lo sé porque he estado y sigo estando en la Plataforma Ciudadana en Defensa de la Universidad de Jaén, que esa es otra de la que les voy a informar muy en breve, porque la Junta de Andalucía ni está ni se le espera, y hay una sociedad muy acomodaticia, empezando por los colectivos profesionales y agentes sociales, los que deberían liderar las exigencias para Jaén, pero o están mediatizadas por el poder, cualquiera que sea, o temen caer en desgracia. Hay pocos que se salten la norma y den ejemplo, el caso del rector de la UJA, Nicolás Ruiz, uno de ellos, tal vez el único, que ha entendido su misión y que la cumple estrictamente. Con la Universidad y con Jaén. Hacemos muy mal en aguantar tanto, porque nos tiramos piedras sobre nuestro propio tejado. No nos tienen miedo y nos han perdido el respeto. Lo único que no van a callar nunca es esta voz de un jienense que no se pliega ante la injusticia ni el castigo que nos vienen infligiendo. Lo normal es que sean las instituciones las que muevan ficha, pero es como pedir peras al olmo. La sociedad civil en este momento no está articulada. Así que vía libre para que la política pueda campar a sus anchas. Con Jaén es posible, en otros territorios ya se guardarían.


