Skip to main content
Jaén, la ciudadNuestro Jaén

Generación sin futuro

By julio 25, 2016marzo 30th, 2022No Comments

 

No hace mucho el rector, afirmaba, y con razón, que hay que anclar el talento en Jaén y que la Universidad y las empresas se deben esforzar en trabajar por el empleo. Ese es, sin duda, el único camino.

Pensando en estas acertadas declaraciones y paseando por la ciudad, veo con gran tristeza a decenas de jóvenes «trabajar» en las rotondas del tranvía quitando hierbas, que falta le hacían, y papeles del césped de plástico del dichoso tranvía, a través de un programa llamado Plan Emple@Joven de la Junta de Andalucía, que se ha implantado en muchos municipios de nuestra provincia. Empleo sin cualificar, empleo sin futuro, empleo poco productivo…, jornales dignos sin duda, pero sin futuro. Empleo para una generación a la que no podemos ofrecerle a veces ni ilusión.    

A esa sensación le uno los datos del Ministerio de Hacienda que solo dan motivos para el pesimismo y la frustración. Ver como casi la mitad de los asalariados españoles ganan menos de 1.000 € mensuales, que el 75% de los jóvenes entre 18 y 25 años que tienen la suerte de trabajar -más del 50% de esta franja de edad no gozan de esta oportunidad-  percibe el salario mínimo interprofesional, es decir, 9.000 € al año, refleja la imagen de una economía exangüe. Son estos datos muestra de una sociedad incapaz de crear riqueza en la medida suficiente para proporcionar a sus integrantes un nivel de vida decente. Son datos que entiendo hagan correr las intenciones de voto de los ciudadanos hacia la abstención o hacia la indignación. 

En este contexto, no me sorprende la noticia de que 6 de cada 10 jóvenes se marchan de España al extranjero intentando buscar un empleo. Muchos de ellos, para nuestra desgracia, son jóvenes doctores muy bien formados en nuestras Universidades, que lo más probable es que nunca vuelvan. Jóvenes que se han esforzado durante años en graduarse y doctorarse, pero que cuando ya tiene el mayor grado académico, tienen que abandonar España y ser productivos en otro país que les valora y reconoce. Un tremendo error que pagaremos muy caro en forma de atraso, de empobrecimiento intelectual y técnico. Y al menos, afortunadamente, no se van en trenes con maletas de cartón, sino con su portátil y un móvil de última generación que seguro le han comprado sus padres y una gran dosis de resignación de dejar su tierra y que su talento sea aprovechado por quien no lo ha formado.

Los políticos hablan sin parar y la realidad les desmiente incesantemente. Me encantaría que los políticos hablaran sin parar de la realidad que observamos todos los días en la calle, en las aulas, en las Universidades. La reconciliación del discurso y la evidencia empírica, es mi deseable sueño imposible.

 

Dejar un comentario