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Se acaba de presentar en un lugar emblemático de la ciudad, el patio de la iglesia de La Magdalena, la memoria de la Fundación Caja Rural, correspondiente al año 2017, en el que, una vez más, tanto ha contribuido en este tiempo a favorecer el desarrollo social, cultural y formativo en su ámbito de influencia. Es digno de destacar que desde que fue creada, en el año 2007, su atención preferente ha estado centrada en las personas, ha invertido un buen puñado de millones en hacer realidad sus objetivos y ha demostrado con creces lo que se puede conseguir dando buena utilidad a los recursos económicos en centenares de atenciones, unas más grandes y otras más pequeñas, pero todas útiles, eficaces y rentables. En definitiva, en este año, de nuevo la Fundación ha sido providencial, porque en estos momentos sensibles ha demostrado que ha habido manos tendidas para salvar tantos obstáculos, en este caso una entidad financiera que cuida los números, porque ellos son los que la hacen más sólida y potente para poder llegar a las personas, que encuentran en ella, por diversos caminos, apoyo y estímulo. Es por tanto un motivo de felicitación a la entidad que pone de evidencia una realidad incuestionable, que lo que es bueno para la Caja Rural siempre es bueno para Jaén y que en este preciso momento y desde hace tiempo, es la única entidad financiera presente en todo el territorio jienense y la que siempre está en disposición de ofrecerse para atenciones útiles, eficaces y rentables. 

El gerente de la Fundación, Luis Jesús García-Lomas Pousibet, fue el encargado de presentar los datos más significativos de la memoria del pasado año, dejando constancia de que la entidad no pretende ser una simple financiadora de proyectos, sino que tratan de acercarse a realidades y a personas, es decir, acercarse a quienes hacen realidad día a día iniciativas sociales en la provincia.  Destacó las áreas con las que se está actuando: la social, cultural, Olivarum y comunicación, abarcando colaboraciones que van desde la solidaridad, el voluntariado, la atención al medio ambiente, la cultura o el deporte, entre otras. El balance más concreto queda reflejado en los siguientes datos: un total de 105 instituciones sociales y deportivas contaron con la ayuda de la Fundación, se efectuaron siete presentaciones de libros, hubo diez conciertos, 28 exposiciones, se restauraron siete obras, hubo 61 visitas guiadas y se colaboró con 89 entidades culturales. Lo que traducido al idioma de la eficacia, como señalaba el gerente de la Fundación, significa que con todas estas actividades y apoyos se llegó a más de 100.000 jienenses, cubriéndose plenamente el objetivo de favorecer a entidades y personas en base a fomentar el desarrollo social, cultural y económico de la provincia. Por su parte el vicepresidente de la Fundación Caja Rural, Patricio Lupiáñez, tras dar las gracias a los asistentes al acto en nombre del Patronato de la Fundación, valoró también el trabajo de la institución y resumió la filosofía en la siguiente expresión: “Había que escuchar el corazón de esta provincia, y lo hicimos”, señalando asimismo que la Fundación está haciendo que Jaén siga creciendo porque su objetivo es prestar atención a las necesidades de colectivos y personas. En efecto, detrás de cada euro invertido hay un esfuerzo de toda la entidad que apuesta por su tierra.

La Fundación Caja Rural impulsó un plan estratégico para el periodo 2017-2020, fruto de la reflexión de lo que debe ser su misión y de la que surgió la definición clara que identifica a la Fundación y que no es otra que “ayudar a trabajar en pro de Jaén”, con el objetivo de ser una institución referente en valores, compromiso y transparencia y que impulse siempre proyectos eficientes, sostenibles y de calidad.

 

Foto: El gerente de la Fundación, Luis Jesús García-Lomas Pousibet, explicando los datos de la memoria del pasado año.

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