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“Caja Rural de Jaén, banca resiliente” ha sido el tema de la interesante conferencia que ha pronunciado esta noche en la Real Sociedad Económica de Amigos del País, el director general de la entidad financiera jienense, Enrique Acisclo Medina, presentado por Antonio Martín Mesa, director de la institución organizadora, como una persona “discreta y trabajadora” y que ha sido quien ha gestionado desde su llegada al cargo, en el año 1984, la recuperación de la Caja tras los problemas sufridos en la década de los 80. Martín Mesa se ha referido al perfecto tándem que forman el presidente, José Luis García-Lomas y el director general, Enrique Acisclo, para colocar a Caja Rural como la primera entidad financiera de la provincia, con 170 oficinas y casi 500 empleados, haciéndose presente en todo el territorio provincial, razón por la que Jaén no se dan los problemas de exclusión financiera tan comunes en otros territorios.

Ante un público que llenaba por completo el salón de la Económica, entre el que se encontraban autoridades y diferentes representantes de la sociedad jienense, Acisclo empezó confesando su pasión por el estudio del sistema financiero, del que explicó algunas nociones de interés general, para destacar que “vivimos una situación difícil y no siempre comprendida por la sociedad”. Y ya pasó al tema central de su conferencia, la actitud resiliente de la Caja que dirige, en el sentido de mostrar una estrategia vital frente a la adversidad. Afirmó acto seguido que desde la fundación de la Caja Rural en el año 1957, hace 61 años, se han vivido momentos convulsos, unas veces provocados desde dentro y otros producidos a causa del propio sistema financiero, y de esas situaciones se ha salido, siguió diciendo, gracias a la idiosincrasia de la provincia y a las acertadas decisiones del consejo rector. 

LA CRISIS DE LOS 80

Enrique Acisclo, en esta intervención muy pedagógica e informativa, con la intención de dar a la sociedad argumentos sobre la solvencia de Caja Rural, pasó a efectuar un análisis del sistema financiero español y lo que diferencia a Caja Rural de Jaén con el resto. Se refirió a la solvencia, es decir, a la capacidad de asumir los riesgos que comportan sus inversiones, para agregar que para una institución financiera como la jienense “el término confianza es fundamental”. Acto seguido dedicó un capítulo a la historia, al pasado, desde su nacimiento, para mejorar las condiciones de vida en el medio rural, para elevar el nivel cultural del campesinado y retener a la población, entre otros objetivos. Habló sin tapujos de la crisis de los 80, la intervención por el Estado de las entidades cooperativas jienenses, Caja Rural, Uteco y Cooperativa Provincial Agrícola, y puso de relieve que el detonante fue la propia Caja Rural, que no tenía recursos suficientes para responder a las necesidades de Uteco, por un modelo que entonces se entendía como perfecto pero que entrañaba un enorme riesgo que provocó la quiebra y la alarma social. “Me encontré con unas pérdidas de 8.400 millones de pesetas”, indicó acto seguido, para comentar que los directivos peregrinaron por ministerios para conseguir comprensión  y apoyo, consiguiendo que el Estado librara 27.000 millones, en calidad de préstamo, deuda que se ha cancelado en el año 2016.

Con respecto a la situación presente, el director general ha dicho que Caja Rural custodia más del 18% del dinero de Jaén, subrayando el marcado carácter social, al tiempo que con su solidez y solvencia está apostando “por construir juntos el futuro de nuestra tierra”. Comentó la organización interna de la Caja, su gobernanza y todos los mecanismos que la normativa legal exige para dar transparencia y confianza a los clientes. “Cumplimos los niveles sobradamente”, se refería así a la solidez, solvencia y liquidez. Comentó el cambio experimentado en las entidades financieras a la hora de la concesión de créditos, donde se da el caso con frecuencia “de que las máquinas nos dicen que no mientras que nosotros pensamos que sí hemos de concederlos”, en relación a lo que ha llamado decisiones forzadas, que en el caso de Caja Rural procuran distinguirse para cumplir con su implicación social que otras entidades no tienen.

Otros datos de interés indican que la Caja no ha ejecutado ningún desahucio y en relación con las cláusulas suelo, todos los casos han sido negociados y pagados. “Prefiero ganar menos pero no colocar a mis clientes en situaciones de estrés y se puedan sentir estafados o engañados”, ha manifestado el conferenciante, que también se ha detenido en comentar la evolución de la inversión crediticia, haciendo el comentario de que el cliente en el entorno rural es tremendamente ahorrador. En este punto ha ofrecido el dato de que el 40% del entorno rural lo componen personas entre 60 y 65 años, y ha agradecido la colaboración con la Universidad de Jaén, a la que se debe el rejuvenecimiento de la clientela en Jaén capital. Ha aportado algunos números de interés, como el de los 50.138 socios y 384.517 clientes. Por lo que se refiere a los empleados, hay más hombres que mujeres, si bien en las franjas de edad más jóvenes mandan las mujeres. Por supuesto no hay entre ambos sexos ninguna discriminación salarial.

“EL FUTURO ES EL SMARTPHONE”

Tras hacer referencia al crecimiento experimentado en el ejercicio de 2017, un 32% más en relación con el año anterior, también se ha detenido en el Fondo de Educación y Promoción, que se ha dotado con la máxima cantidad que le es permitida, y ha dado un repaso por los mecanismos de protección establecidos y del nuevo marco del MIFID II que obliga a la clasificación de clientes y productos y a la capacitación del personal. Se ha detenido en la joya de la corona, la Fundación Caja Rural, donde se integran Olivarium, la difusión, la ciencia, el patrimonio y actuaciones de carácter social, donde ya se han atendido a casi 325.000 beneficiarios. Por último ha hablado del futuro “para todos incierto”, con un panorama en el que ya hay países y aquí llegará también donde no se utiliza dinero y todo se hace por la red de internet, por tanto “el futuro es el ‘smartphone’”. Eso significa, siguió comentando, que peligra la relación personal, el hecho de que los empleados en realidad son asesores para todo en el entorno rural. “Me gustaría poder mantenerlo, pero no puedo asegurar que esto sea posible”. Ha aludido a la competencia que están haciendo las nuevas plataformas digitales, de una manera poco ética, porque carecen de mercados reglados ni códigos éticos: “son los nuevos protagonistas en el sistema y van a seguir creciendo”.

En resumen una lección de economía aplicada a la realidad del terreno provincial, donde la Caja Rural de Jaén goza de una excelente salud, gracias en gran medida a una gestión bien dimensionada por su director general y las decisiones emanadas del consejo rector. Lo mejor de la Caja Rural es su propia existencia y el haber sabido convertirse durante todos estos años en una herramienta útil para el progreso y el desarrollo de la provincia.

 

Foto: El director de la Económica, Antonio Martín Mesa, entrega un recuerdo al conferenciante, el director general de Caja Rural, Enrique Acisclo.

 

  

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