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Por ANTONIO MARTÍN MESA / Desde hace varias semanas vengo defendiendo con ahínco y, a decir verdad, con no muchas esperanzas, que tras la grave crisis sanitaria, económica y social generada por la pandemia del coronavirus, era necesario y urgente un gran pacto entre los distintos grupos políticos y los agentes económicos y sociales (¿Nuevos Pactos de la Moncloa?), para poner las bases de la reconstrucción nacional, es decir, para preparar sanitariamente al país ante posibles nuevas pandemias o una recaída en la actual, para afrontar la grave crisis económica generada –retroceso del PIB, incremento del desempleo, déficit y deuda pública crecientes, reducción del consumo privado y de las exportaciones, etc.-, así como para atender a las secuelas sociales derivadas de la pandemia. Este pacto, también he defendido, debería verse acompañado, desde el primer momento y con notable urgencia, de unos Presupuestos Generales del Estado de choque para 2020, que gozaran de un amplio apoyo parlamentario.

            Durante esta semana pasada se han dado pasos importantes en esta dirección. No creo que haya que “lanzar las campanas al vuelo”, todavía, pero se ha avanzado algo, tanto a nivel nacional como en Andalucía, y también en otras comunidades autónomas. En efecto, el jueves 7 de mayo se constituyó en el Congreso de los Diputados la denominada Comisión para la Reconstrucción Social y Económica. La misma tendrá cuatro grandes áreas o ejes de trabajo: a) la sanidad (refuerzo de la sanidad pública); b) la economía (reactivación económica y modernización del modelo productivo); c) reconstrucción social (fortalecimiento de los sistemas de protección social) y d) Unión Europea (adopción de acuerdos comunes para la mejor vinculación a la misma). Es pronto para saber si hay algo que queda fuera o que falte, puesto que lo realmente importante es que la Comisión eche a andar y que pronto se comience a encontrar puntos de acuerdo, obviamente serán de mínimos, pero caminos por los que avanzar para afrontar de forma conjunta lo que más urge hoy en España, que no es otra cosa que la salud y la vida de la población, la defensa del tejido empresarial y del empleo, así como la atención social a los más desfavorecidos.

            En Andalucía también se han dado pasos en esta dirección, al constituirse el miércoles 6 de mayo una Comisión Parlamentaria para la Reconstrucción Económica y Social de Andalucía, lo que también se ha dado en llamar la Alianza por Andalucía. Si bien es verdad que no ha sido aprobada por unanimidad del Parlamento, sí que cuenta con un amplísimo respaldo político: PSOE, PP, Cs y Adelante Andalucía. El objetivo es el mismo que el de la Comisión del Congreso o el de los pactos suscritos esta misma semana en Valencia y en Canarias, entre otras comunidades autónomas; es decir, afrontar de forma conjunta las graves consecuencias sanitarias, económicas y sociales de la pandemia del COVID-19.

            El clima de enfrentamiento político, de mutuas acusaciones, de descalificaciones, de continuos bulos (fake news), de intereses cortoplacistas y electoralistas, etc., no son el “caldo de cultivo” más propicio para que estos pactos para la reconstrucción alcancen los fines para los que han nacido. No obstante, hay que seguir apostando por la Política (con mayúscula) para salir de la gravísima situación en que se encuentra España y, por ende, Andalucía.