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Diego Moya VillarejoFirmas Invitadas

Lágrimas dormidas entre los brazos de la indiferencia

By enero 23, 2017No Comments

 

¿Tan caro ha de pagarse ser sencillo?, ¿tan inútil es la humanidad?, ¿tan escasa es la justicia?, ¿tan merecida es la pena de un padre que no tiene nada que darle de comer a su hijo?, ¿tan falta de alma tienen los licenciados en política?.
«Todo va bien…… nos estamos recuperando….. estamos saliendo de una brutal crisis gracias a nuestro trabajo» y bla, bla y más bla. Vacías palabras que no arrancan la pena de aquellos que mueren porque hoy, todo se corta.

¿Hacia dónde alargan su mirada?, ¿más allá de sus dietas, sillones confortables y nómina a fin de mes?. No. Hoy hay más pobres y mucho más ricos y su mirada no llega a los que se aferran a la vida en la esperanza de un mundo mejor. Para eso os colocamos en vuestros sillones de piel de vaca, para que todo fuera mejor, no para contar tonterías e idioteces que solo a vosotros se os ocurren y promesas incumplidas que fueron nuestras esperanzas.

Niños con problemas, enfermedades «raras» que los científicos no pueden investigar, porque hay que tirar el dinero de todos en absurdeces que no salvan vidas, mientras que un niño se queda sin futuro bajo diez kilos de tierra y dos rosas rojas que una madre dejó en su tumba. Niños que tienden la mano a su padre en busca de una esperanza en forma de pan y solo reciben lágrimas. Niños que serán mayores antes de vivir su niñez. ¿Qué hemos hecho tan mal para tratarnos de esta manera?, ¿acaso no os queda corazón?

Y mientras, hay gente buena que renuncia a todo para ayudar a los demás. Gente que escucha, que sonríe, que ampara, que da esperanza a todos los que la han perdido. ¿Tan arduo es hacer bien vuestro puñetero trabajo? ¿Tan difícil es frenar la avaricia de los ladrones?; de los que roban el dinero que con tanto esfuerzo la gente sencilla da para los demás, de los que con fríos números rojos despojan a una anciana de su vivienda, de los que miran hacia otro lado ante las injusticias…

 
Aquí, en este País que es ejemplo para Europa,  mueren niños porque la ayuda que se les daba se la han cercenado. Gente que no puede pagarse una asistencia que le salve la vida, gente que pasa hambre, desnudados, gente que ni siquiera les ha quedado el Amor y la Esperanza. ¡Ay España!, ¡Pena de España! que a golpe de guadaña quiso ser libre. Santa tierra que tantos llantos escondes, lágrimas dormidas entre los brazos de la indiferencia. Somos ciegos guiados por turbados que solo ven su avaricia, convertidos en juguetes rotos por sus farsas.

¿Qué es lo que hemos hecho mal? Posiblemente algo hemos hecho, pero ten por seguro que de haberlo hecho…..ha sido en «diferido», eso dicen los imbéciles.    

 

 

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