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Firmas InvitadasMiguel J. Segovia

Impuestos

By diciembre 1, 2016No Comments

 

Dice nuestro Presidente que ya está dialogando con todos los grupos políticos para la elaboración de los Presupuestos del Estado, y que los autónomos, aquellos que nunca se dan de baja laboral ni padecen las enfermedades del resto de los mortales, van a ser su prioridad, porque es fundamental apoyar a los emprendedores. Más vale tarde que nunca, ya que hasta ahora los han frito. Bajar los impuestos es un asunto de extrema urgencia, aunque lo dudo. Bajada que, obviamente, deberá ir acompañada de una proporcional reducción del gasto público. Hay que continuar saneando y adelgazando las finanzas públicas de tal forma que el régimen se aplique gradualmente, más a la grasa que al músculo. El músculo en España está conformado por las clases medias,  las que tienen capacidad y expectativa de consumo. Y puesto que en la economía española prevalece el consumo interno, para crecer y crear empleo aquí y ahora, solo hay una opción: reactivar el consumo interno.

Nos dicen que no se pueden bajar los impuestos porque entonces no cumpliríamos con nuestros socios de la UE y con nuestros acreedores los mercados. ¡Pero pensemos diferente! Nuestros socios y nuestros acreedores nos exigen que reduzcamos el déficit sin imponernos la forma en la que hemos de conseguirlo. Por tanto, si por ejemplo se redujese el aparato del Estado, nos ahorraríamos, por ejemplo, 10.000 millones de euros, y en paralelo, reduciríamos la avidez recaudatoria del IRPF en la misma medida, por lo que el resultado neto sería el mismo. Y, siendo realistas, es un objetivo más que posible. En vez de cargarnos la capacidad de consumo de la familia Martínez, gran error que se ha cometido hasta ahora, sería un gran acierto, por ejemplo, reducir a 80 los 300 senadores que hay allí y que nadie sabe muy bien a qué se dedican, o a la mitad los 1.000 millones anuales que se destinan a pagar los sueldos de los 20.000 asesores del Estado elegidos a dedo, que, de hacer la simple media, resulta que cobran 50.000 €/año. ¿No sería mejor ayudar a reactivar el consumo de los cientos de familias Martínez y García que hay en España?

Porque a los Martínez, si les bajan los impuestos, van a consumir. Y ahí entramos en el círculo vicioso: los Martínez consumen y, al consumir, generan indirectamente puestos de trabajo, puesto que la demanda interna de productos y servicios contribuye a crear empleo. Una economía liberada de grasa (estado, políticos,  instituciones inútiles, etc.) corre, es decir, crea empleo porque se desarrolla el músculo (pymes, autónomos, consumo…). Sr. Rajoy, reduzca el Estado y baje los impuestos. Verá qué bien nos va. Puede que los españoles tengamos muchos defectos, pero al día siguiente de que nos bajen la retención en la nómina, sin duda saldremos a celebrarlo. Y ese será el primer día del fin de la crisis.

 

En Jaén a 1 de diciembre del 2016. Pienso, luego estorbo

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