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Por JULIO PULIDO MOULET / La guinda a este infame pasteleo del trueque de promesas por votos aderezado por las lindezas que salen de la boca de los candidatos para desprestigiar a sus oponentes la han puesto en Melilla y en Mojácar, y quién sabe dónde más, los amigos del juego sucio, de la chapuza barriobajera, del amor patrio a la picaresca ruin, de que lo blanco se vuelva negro por obra y gracia de la compra del voto por correo a inmigrantes en precario, a jóvenes que se montan con los cien eurillos una buena juerga con sus canutos y su botellón y a personas en estado de necesidad a los que la panoja les cae de la chimenea por prestar su dni para cometer un fraude electoral que a ellos plin porque bastante tienen con su penosa situacion de vulnerabilidad.

Me pregunto a tres días de que sepamos si se producen grandes cambios en doce comunidades y ocho mil ayuntamientos si esta manera torpe de intentar subvertir la sagrada decisión del pueblo en las urnas responde a una sensación de duda, incluso de miedo, de algunos candidatos que o bien se examinan o por el contrario son aspirantes. Si ni tan siquiera las encuestas de  empresas demoscópicas se parecen entre sí y mucho menos con las oficiales del compañero Tezanos, cabe deducir lo reñido que puede estar el amplísimo combate del domingo. Aún así y aventurando lo que parece un sentir mayoritario se intuye que varias comunidades en liza cambiarán de baranda y de igual modo ocurrirá en importantes ayuntamientos. Y al hilo de todo esto surgen preguntas cuya respuesta nos daría una aproximación de resultados…¿se votará en clave nacional? ¿hacia qué lugar del espectro irán los votos que antes poseía Ciudadanos? ¿en los pueblos medianos y pequeños contará más la simpatía personal de los candidatos que las siglas que representan? ¿bajará mucho el antes alto listón de Podemos? ¿influirá en mucho o poco en la división de la izquierda la no presencia del proyecto Sumar de la vice Yolanda?

Preguntas a las que se pueden añadir y de hecho se han añadido por los adversarios de Sánchez las ya conocidas mentiras casi patológicas del presidente en relación a su falta de sueño si pactaba con Iglesias, su negativa a indultos y beneficios a los independentistas catalanes y su rebaja penal del delito que cometieron. La frase «he dicho más de veinte veces que no pactaré con Bildu» y por último, y de una gravedad extrema por lo que supone de desilusión de muchos, el incumplimiento de millonarias promesas que nunca se cumplen o sólo parcialmente. Verbigracia eso del ingreso mínimo vital en el que según recientes informaciones ni cogen el teléfono para atender las numerosas reclamaciones.

Todo este rosario de chapucería tan consustancial a nuestro ser viene a decirnos que vivimos en una democracia absolutamente imperfecta, llena de vericuetos y zonas oscuras que habilitan el fraude, la mentira, la improvisación. Nos hace falta varios cursos de educación para la democracia; necesitamos rebajar el tono de crispación guerracivilista instalado; hemos de fomentar la tolerancia y el respeto por los que piensan diferente; tenemos que abandonar la idea de que los ayuntamientos son pequeños parlamentos para ese juego sucio de «y tú más» para que vuelvan a ser órganos de gestión de necesidades básicas. Tenemos, en fin, que clamar por abandonar viejos demonios que tanto mal nos hicieron y abundar en todo aquello que nos pueda unir en momentos tan delicados para la Humanidad como el cambio climático, las consecuencias económicas de una guerra absurda, los coletazos de un virus sentado de forma permanente a nuestra mesa, las consecuencias para la supervivencia del aumento de los precios de alimentos y servicios básicos ante lo exiguo de los bolsillos de la mayoría. 

De todo esto que al ciudadano es lo que realmente le preocupa no hemos oído una sola palabra a quienes desean ostentar poder político. Y como vemos en Melilla y Mojácar hacerlo además con malas artes.

Por eso en pocos años hemos bajado de un 80 por ciento de votantes a un 65. Y eso no les dice nada a sus señorías. Ellos siguen con sus dos grandes preocupaciones. La segunda mejorar el bienestar de todos. Pero la primera y principal asegurar su carrera. Así nos va.

Foto: 20minutos

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