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Pues sí, a nivel nacional y autonómico la experiencia de las comisiones para reconstruir España y Andalucía está siendo bastante nefasta por culpa de los malos políticos que tenemos en todas las administraciones y en todos los parlamentos, sálvese quien pueda. Estamos en la mayor mediocridad que ha conocido la política desde hace muchos años, ni siquiera me voy a remontar a los tiempos en los que daba gusto escuchar a oradores de la talla de Cánovas o Sagasta, con independencia de sus ideas. Ahora se trata una carrera a ver quién gana en exabruptos, quién suelta la primera andanada para ganarse un espacio en el telediario o en los periódicos más afines, porque esa es otra, poner las cabeceras todas juntas y echarles un vistazo es un ejercicio que permite observar el nivel de división que ya se ha instalado en toda la sociedad y particularmente en el periodismo. Yo creía cuando empecé en esto que los hechos son sagrados y la opinión es libre, pero ahora la moda es unirlos y confundirlos, de modo que ya no hay una verdad sino muchas verdades. Debe ser el periodismo 4.0 que no llego a entender, yo soy del plan antiguo. Defiendo la independencia del periodista, aun respetando otros criterios, faltaría más, pero lo que yo he perseguido en 47 años que precisamente se cumplen mañana, es tratar de contar la verdad, al menos lo que tú entiendes por verdad, pero no la que te dicta tu tendencia ideológica. Eso para mí no es compatible con el periodismo, insisto, respeto a quien tenga un criterio diferente, tal vez sea yo el equivocado.

La comisión para la reconstrucción de España ha dado en los últimos días un espectáculo impropio de la alta instancia a la que representa. Las mínimas reglas de cortesía y de educación salen violentamente por la ventana y cada vez tengo más claro que hay algunas llamadas señorías, porque oficialmente lo son, que no tienen altura personal para ostentar estos cargos, por mucho currículum que hayan ido acumulando. A veces observo que hay personas que ponen todo el acento en la preparación intelectual de los parlamentarios y de los políticos en general, y esto es muy engañoso, porque si algo ha demostrado la práctica es que un título, ni dos, ni tres, ni más, son un salvoconducto hacia la dignidad del cargo y dar ejemplo con una buena práctica política. ¿Con estos mimbres vamos a proceder a reconstruir España?, ¿con los señores Patxi López, Iglesias y compañía, a escándalo diario, como ellos mismos han reconocido? Me temo que va a ser otro fracaso. Hace unos días cuando ya puse el grito en el cielo al ver de qué forma estaba compuesta la comisión algunos amigos de las redes sociales se extrañaron de que dudara de la presencia de políticos, cuando se trata de los representantes elegidos por el pueblo. Y es verdad, pero no sirven, lo están demostrando todos los días. Es como dar la presidencia de la comisión andaluza a Vox, precisamente el partido que no quería ese nuevo instrumento y votó en contra. Claro, le han ofrecido la presidencia y ya se ha acabado el problema, hasta ahí podíamos llegar. Entiendo el malestar de los otros grupos de la oposición y no que PP y Ciudadanos sean capaces de cualquier gesto, como este, que no es menor, con tal de no molestar al socio externo, que se pone furioso y amenaza con romper la baraja. Y lo que nos queda por ver. 

Por cierto, estoy de acuerdo en el establecimiento del ingreso mínimo vital para combatir la pobreza en plena situación de pandemia. Una sociedad como la de nuestros días no se puede permitir hacer ostentación de tantos excesos mientras hay muchísima gente que no tiene lo mínimo indispensable para vivir, porque la pobreza avanza a pasos agigantados. No hay más que leer o escuchar a los responsables de las instituciones humanitarias para conocer este horrible drama que en nuestra provincia no es un problema menor. Es verdad que en el orden político se trata de un bote salvavidas a un gobierno achicharrado por tantas situaciones difíciles, y en primer plano la propia gestión de la pandemia. Pero la decisión es de justicia, cuestión diferente es de dónde piensa sacar Pedro Sánchez fondos para cumplir con todos los compromisos, con un nivel de endeudamiento brutal, con un PIB asfixiante, etc. etc. Me alegro por el hecho de que miles y miles de familias tendrán un bocado que llevarse a la boca y espero y deseo que disminuyan o si es posible desaparezcan las colas a las puertas de comedores sociales. Esta medida hay que cerrarla con una selección escrupulosa y muy objetiva de las personas que tengan derecho a la prestación. Es un esfuerzo importante del Estado y también de la sociedad y hay que evitar que sea un coladero por razones ajenas a la necesidad. Por eso hay que atinar en quién da el visto bueno, que en mi criterio debe ser una institución del Estado como Hacienda, cualquiera que no admita mecanismos de perversión sino basado en criterios, datos y números objetivos. Dicho todo lo cual, insisto en que me agrada, aunque le dé vuelos a un gobierno que, eso sí, tiene la valentía o la osadía de poner en marcha una iniciativa que la derecha en el poder nunca ha pretendido, justo es también decirlo.

En la provincia de Jaén vendría muy bien una comisión para reconstruir el territorio. ¿Sería posible en el actual escenario? Pienso que también en este nivel se debería intentar, y hay mecanismos en torno a los cuales se podría articular el centro de la actuación, teniendo en cuenta el excelente funcionamiento tanto de la Fundación del Plan Estratégico como el Consejo Económico y Social de la Provincia, que ambos conocen muy bien y tienen ampliamente diagnosticada la situación. En Jaén ya estamos viendo continuamente que ni siquiera en circunstancias tan excepcionales como la que atravesamos, es posible establecer mecanismos de consenso. Hay demasiada política, yo diría que en realidad lo que existe es mucha politiquería y que de esta forma lo de sacar adelante a la provincia es una quimera.

El nivel de la política provincial, salvando algunas individualidades que se les distingue porque se les ve hacer cosas y parecen tuertos en el país de ciegos, es pésimo, particularmente como jienense me da pena. No hablemos ya del Ayuntamiento de Jaén, donde el último pleno ha puesto de relieve, a poco que se ponga uno a reflexionar, que tan instalados están en la política que no son capaces de discurrir sobre otras cuestiones. Ni siquiera saben guardar la distancia social, por ejemplo en el mionuto de silencio de hace unos días, todos juntitos. Aquí sí es verdad que resulta rotundamente improbable que pudiera crearse una comisión local para reconstruir la ciudad de Jaén. Cada grupo político defiende lo suyo y claro, de esta manera el consenso no tiene sitio. Deberían de aprender de ayuntamientos tan emblemáticos como el de Sevilla o Granada, que han logrado un principio de acuerdo, creo que en Sevilla se ha quedado fuera Vox, pero bueno a lo de Vox no hay que darle importancia, baste decir que en Jaén no ha votado en favor de la calle para Pilar Palazón con el argumento peregrino de que hay otras mujeres que también lo merecen. Bastaría con que empezaran a presentar propuestas. Pero lo que vengo a decir es que me da la impresión de que los políticos que tenemos no son conscientes del tiempo que nos ha tocado vivir y que ahora no valen métodos de hace cinco o diez años, ahora se trata de sacar a Jaén adelante. Y una de dos, o lo hacen, o deberían irse todos a sus casas porque no sirven para gestionar. 

Excuso decir, al margen de la mala organización del pleno como se ha sabido en orden a los asientos, etc., causando un problema donde nunca debió existir, entre otras cosas porque o se debió buscar otro lugar o simplemente se podía haber mantenido el pleno telemático, que no pasa nada e ignoro las razones por las que se empecinó en ello el grupo del PP. Lamentable que ahora en la nueva sociedad de la información se retransmita aunque sea por las redes sociales cualquier evento por mínima importancia que tenga y sin embargo no llegue a los hogares de Jaén un pleno de su Ayuntamiento, con asuntos de interés general. Lo cual pone en evidencia, una vez más, el tremendo error que fue decretar el cese de la actividad de Onda Jaén, y que viene a demostrar que fue una decisión premeditada y consciente, eso sí, ajena a la opinión de una mayoría de la ciudad. En definitiva, un capricho y una revancha inconcebibles, por no entrar en un incendio en tan extrañas circunstancias y que nos vamos a quedar sin saber cómo, quién y por qué se produjo. Más oscuridad, imposible. No están legitimados en el equipo de gobierno para sacar pecho con este tema, menos aún después de permitir que el personal de la radio y televisión pública municipal lleve tantos meses cobrando sus salarios y sin ser rentables para la ciudad, y todo por el fracaso de las decisiones del alcalde y su gobierno que prefieren seguir en su huida hacia adelante antes que rectificar. Eso nunca.

Quiero ir terminando porque este tema en concreto me indigna y me apena mucho porque me duele Jaén. Lamento que la parte de calle que se le va a dedicar a Pilar Palazón no haya salido por unanimidad por la abstención del PP y de Vox. Esta sintonía es sospechosa y además la justificación de los populares de que ha habido poco tiempo tampoco tiene consistencia, porque en este caso se conocía bien a la persona y al personaje. Es verdad que Pilar Palazón tenía una ideología definida, pero siempre primó más en ella su amor a Jaén y era querida y respetada por todo el mundo. Solo quiero decir lo siguiente: Primero, seguramente el equipo de gobierno no debía tener tanta prisa y pudo esperar un poco para conseguir o intentarlo, la unanimidad, porque a veces la celeridad no es aconsejable y en este caso ha sido perjudicial para la figura homenajeada; segundo, a pesar de que esté al lado del Museo y todo lo que se quiera, Pilar se merecía dar su nombre a una calle emblemática de la ciudad de Jaén, que las hay con dedicaciones que admitirían un cambio y la ciudad lo iba a recibir de buen grado. Y tercero, me parece muy fuerte, y creo además que es un signo de indolencia y a su vez de ignorancia, que Pilar Palazón no se haya merecido un reconocimiento unánime de un Ayuntamiento donde además tuvo un papel clave en la primera Corporación. Qué error, qué gran error…

Además, sin detenerme mucho en ello, ya no me sorprende que la construcción de un instituto en el llamado APA III quede en agua de borrajas, tantos años después de un continuo cruce de reproches, a veces de acercamiento, incluso de declaración de buenas intenciones, etc. La historia del IES en el casco antiguo es otro episodio más del fracaso de la política y de los políticos, pero de los dos que han gobernado Junta y Ayuntamiento, de modo que no nos vayan a vender ahora sus mercancías. He echado un vistazo a mi hemeroteca para sentir un poco de vergüenza como jienense de cómo un proyecto planteado hace tantos años (he visto en el año 2013 un anuncio de que era inminente el comienzo de las obras y venía de más atrás) se ha ido al garete por un asunto de incompetencia que en este caso concreto está muy repartida.

Por último, me alegraré mucho de que tal y como ha hablado hoy el alcalde, Julio Millán, con el vicepresidente de la Junta, Juan Marín, la capital pueda convertirse en la sede permanente del Centro de Turismo Interior de Andalucía, que podría ubicarse en el Banco de España, de Rafael Moneo, no sé si porque fallan los proyectos que se pretendían instalar en este emblemático edificio. Jaén lleva muchos años, sobre todo de la mano de la Diputación, trabajando su fortaleza como turismo interior, como indica su propio slogan, por tanto ya que en su día se consiguió la feria Tierra Adentro, ahora es momento de complementar con esta sede. Sería una muy buena noticia en ese empeño para que el que todavía queda un largo trayecto por recorrer, de que Jaén se convierta en una capitalidad reconocida y visible. Solo hago una pregunta a quién corresponda: ¿No está en Úbeda, desde hace años, un Centro de Turismo Interior de Andalucía? ¿Es lo mismo, es otra cosa? Ténganlo en cuenta, no vayamos a estar provocando una pugna entre ciudades que ganaría Úbeda porque lo tuvo antes. Sea lo que sea, vamos a ello…

 

Foto: Pilar Palazón: ¿No merecía el acuerdo unánime para la dedicación de una calle?

 

 

 

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