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Cada vez que alguien me venga con el sermón tan socorrido del casco antiguo de Jaén, le voy a sugerir que visiten, si es que no lo han hecho ya, el de Cáceres, que conocí hace poco y me dejó sin palabras, verdaderamente sorprendente lo que allí han conseguido. Un casco histórico uniforme, con edificios emblemáticos funcionales donde se encuentran instituciones de todo tipo y unos edificios perfectamente cuidados, diría más, mimados. Esta zona de la ciudad que con todo merecimiento es Patrimonio de la Humanidad, es una auténtica joya y da una enorme envidia. El ejemplo de Cáceres y de otras ciudades, lo que nos dice a las claras es que es posible apostar por estas zonas que constituyen el corazón de las ciudades, pero hay que ser conscientes de que no es cuestión de un año ni de diez, es una apuesta permanente que requiere de paciencia, de continua y elevada inversión, y no pensar en absoluto en clave electoral inmediata, que es a lo que se aspira en nuestro entorno, donde nunca ha reinado la ambición.  

Esto es cíclico en la ciudad de Jaén, de vez en cuando a cualquiera de las opciones políticas les entra una especie de arrebato, espoleados por los propios vecinos y sus colectivos organizados y se ponen a clamar sobre el casco antiguo. Me da mucha pena porque tenemos olvidadas nuestras señas de identidad, en una zona en la que no se actúa regularmente y tiene muchísimas carencias, las propias de la dejadez. Esta situación vergonzosa y vergonzante se recoge con toda fidelidad en el excelente documental elaborado hace un par de años a instancias del Círculo Ánimas que lleva por título “Historia de un olvido”, que aparte de todo es el mejor alegato para que algunos políticos se pongan un punto en la boca porque todos tienen razones suficientes para callar. Pero en Jaén andamos mal de memoria, pasa el tiempo y aquí nadie se da por aludido, todos quieren estar bien con su conciencia.

Recordamos la de veces que se han llevado mociones al pleno para la intervención integral de la zona del casco histórico, en la mayoría de los casos, como una que recordamos del PSOE, aprobada por unanimidad. Pero no se ha movido un dedo en ninguna dirección. La moción citada ha seguido el camino que suele ser habitual en este tipo de iniciativas que muchas veces se quedan en meros brindis al sol, duran lo que dura el propio pleno, pero era una posibilidad para ponerse de acuerdo en gestionar una situación que demanda urgencia. Se podría decir eso de que “a buenas horas…”, pero la oposición es una buena manera de despertar a la realidad, hay que pasar por ella para entender la política, especialmente la municipal.

El equipo de gobierno anterior también exigió en su día a la Junta un plan extraordinario de inversiones para el casco histórico de la capital, y se nos recordaba que los gobiernos del PP, en los últimos años, habían invertido once millones en la zona. No se sabe bien dónde, pero de todas maneras se trata de una cantidad insignificante.

Pues en esas estamos, una vez más, porque ya digo que esta situación se repite de vez en cuando, un tanto para aliviar conciencias. Si quisieran de verdad se ponían de acuerdo en lugar de enviarse recaditos, que es una manera poco edificante de hacer política útil. La estrategia denota mucho postureo con el casco antiguo y personalmente como ciudadano me incomoda esta manera de actuar con las necesidades importantes de la ciudad.

Todos tienen que asumir el papel que les corresponde, pero el Ayuntamiento el primero, por tratarse de la administración más cercana, no puede jugar al escondite, ni siquiera utilizando a la Junta como excusa, hay tarea para todas las administraciones. Dicho esto, pues sí, todo el mundo tiene que echar una mano para salvar al casco antiguo, porque se nos muere y jamás se nos perdonaría esta indolencia por las futuras generaciones.

A pesar de todo lo dicho, al leer en los últimos días algunas reacciones de malestar en las redes sociales, que es lógico que se produzcan porque hay mucha gente, colectivos y particulares muy comprometidos con el presente y el futuro del casco antiguo, me sigue sorprendiendo el ‘cariño’ tan grande que de vez en cuando, aparece con relación al casco antiguo, ya sea con mociones, con visitas, etc., que suelen quedarse en dos días de prensa, porque esa es otra, los políticos funcionan para el marketing, pero a la hora de la verdad las ciudades requieren hechos, solo hechos. Ya hemos dicho en alguna ocasión que pasará a la historia el político o la administración que decidan dejarse la piel para salvar el casco antiguo. Es uno de los asuntos más socorridos, todo el mundo muestra su interés en algún momento por esta zona singular, esa que recibe visitantes y que conserva monumentos de valor y el tesoro de la historia, esta que tendría que ser la joya de la corona, pero que en términos reales, salvo alguna excepción del Urban, el PEPRI cuando existió, el PREPU que ahora se propone, y otras actuaciones concretas, los sucesivos gobiernos locales lo han abandonado y con ello no han dado vida y la dignidad que le corresponde a su valor histórico y sentimental.

Recuerdo que también reciente se perdió una partida de la Junta para actuar en La Magdalena, y fue por todo lo contrario a la diligencia y a defender con uñas y dientes los proyectos, haciendo seguimiento estricto de principio a fin. El anterior gobierno andaluz, tras la anulación del PGOU de la capital, tuvo aquí una posibilidad de tender la mano y salvar viejas deudas. Este reto quien tiene que asumirlo ahora es el gobierno andaluz actual, ahí tiene campo si desea dar respuestas contundentes a la ciudad de Jaén y no pasar como los anteriores sin pena ni gloria. También en los últimos días les he recordado aquella reunión entre Javier Márquez como alcalde y el rector de la UJA, Juan Gómez, para resucitar, en petición del hoy senador popular, un posible proyecto para dar vida a la zona con algún centro de la UJA, que es algo que muchas veces se ha demandado y los jienenses apoyan. Duró lo que dura un periódico del día, ese es el valor efímero de las iniciativas en favor de Jaén. Y no olvidamos que hay infraestructuras comprometidas para la zona que se están eternizando, al más puro “estilo Jaén”, casi siempre por las disputas entre dos administraciones que más que ayudar, con sus peleas, han sido, porque parece que se ha iniciado un nuevo tiempo, un verdadero problema para el avance de Jaén.

Insisto, no ha habido en Jaén un político, de cualquier color, que haya hecho bandera un día tras otro con el casco antiguo. Tenemos un problema, y es que hablamos mucho pero hacemos poco, ¡y anda que no hay cosas que hacer!

Foto: Una imagen panorámica del casco antiguo de Jaén, tomada de ALFONSO ZAFRA PHOTOGRAPHER

 

 

 

 

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