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Realmente no salimos de nuestro asombro. Ya me he pronunciado ampliamente sobre el documental de National Geographic y el chute de autoestima que nos ha dado que vinculen a la ciudad con la Atlántida a propósito del importantísimo yacimiento de Marroquíes Bajos. La historia en realidad no es nueva, ahora viene avalada por un nombre muy sonoro, pero estudiosos jienenses habían llegado a las mismas teorías sin que se le diera la más mínima notoriedad. Tampoco cuando se ha hecho desde la Universidad, pero ya sabemos que tantas veces la institución académica, que tanto apela a la sociedad, se cierra en sí misma, en su endogamia. En resumidas cuentas que todo nos suena a novedad y que lo que sí es especialmente sospechoso es que administraciones que debieran haber estado muy pendientes de estos valores patrimoniales parezcan tan ausentes.

Me he quedado verdaderamente perplejo al leer la información de Viva Jaén en la cual se indica que el alcalde ha decidido paralizar las licencias en Marroquíes Bajos, de manera que se puedan valorar los restos que aún quedan por la zona. También se han enterado por la prensa, en este caso por el reportaje de la televisión. A buenas horas, mangas verdes. Los propios hoteleros demandan ahora, un poco tarde parece, que se cambie de lugar la Ciudad de la Justicia. Me pregunto por la facilidad que tenemos de actuar a golpe de titular de medio de comunicación, porque lo de la Atlántida ya sabemos lo que es, una leyenda, pero lo que hay en Marroquíes Bajos esto no admite duda de que se trata de un hallazgo importantísimo para datar la antigüedad de Jaén. Y a pesar de que se ha repetido decenas de veces y lo han presentado los expertos, cuando nos enteramos es cuando vienen de fuera a decirnos lo que presuntamente somos. Lo nuestro es, y no es la primera vez que lo digo, la fantasía, los brindis al sol, ahora toca movilizarse un poco tiempo, pero tranquilos que después volverá de nuevo la calma chicha.

La reacción de la Junta de Andalucía es igualmente para enmarcarla. Se jacta de haber sido consciente desde el primer momento del valor del yacimiento y remite una nota de prensa en la que cuenta todo lo que a su juicio ha hecho en el lugar. Se ha olvidado señalar la relación de sus incumplimientos, empezando por el parque arqueológico anunciado hace veinte años. No quiero ensañarme con la Junta para que no me tome manía, incluso puedo reconocer que hay cosas que hace bien sin que me cueste, pero entre la diversidad de proyectos pendientes con Jaén, este concreto de Marroquíes Bajos, es de los más sangrantes en cuanto a abandono e indiferencia, a pesar de que ahora, como todos los demás con alguna responsabilidad, trate de salir en la foto, porque es lo que toca. Estoy más con lo que opina la oposición, es cierto que su papel es más fácil en esta oportunidad, pero me sumo al criterio de Jaén en Común (JeC) que ha dicho simplemente lo que cualquiera con un mínimo sentido común puede pensar, que el documental de National Geographic aparte de darnos un subidón para entretenernos, ha puesto al descubierto nuestras miserias, que en este caso es el maltrato durante tantos años a un enclave que es un exponente de la identidad de Jaén. Y es que, lamento decirlo, no tenemos remedio.

 

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