Skip to main content

PARO. Los datos del paro registrado en el mes de mayo, que se han conocido hoy, no han constituido una hecatombe para la provincia. De hecho, la comunidad andaluza encabeza esta vez el descenso del desempleo durante el mes anterior y en todas las provincias se produce una disminución, excepto en Almería. En Jaén son 1.033 parados menos, lo cual con los devastadores efectos de la pandemia, nos pueden parecer hasta un registro menos malo de lo que cabía esperar. No obstante, el año pasado por estas fechas estábamos en 48.469 parados y en este momento ya sumamos 62.115, es decir, 13.626 más. Tan buenos han parecido los resultados a algunas instancias políticas, ya se sabe, siempre según el color del cristal con que se mire, que el propio presidente de la Junta, Juanma Moreno, ha sacado pecho en relación a la capacidad de Andalucía como “marca segura”, y ello a pesar del estado de alarma. El PSOE esta vez también se apunta a este mismo discurso. Hoy el resultado contenta a todos, ya vendrá el tío Paco con la rebaja.

Saludamos, como no puede ser de otra manera, la bondad del panorama, pero muy lejos de la realidad plantear una visión optimista porque todos conocemos cuál es de verdad el escenario laboral de la provincia, con miles de ERTEs que en bastantes casos están en el aire porque pueden pasar a convertirse en EREs, consta que hay muchas empresas que salen bastante tocadas de la dureza de estos meses y hay que esperar a ver qué pasa a partir del 30 de junio. Es posible y desde luego es necesario y urgente, que en estas fases de alivio de la desescalada, la economía empiece a moverse, y es lo que todos deseamos, pero el futuro del mercado de trabajo es una incógnita y no se dan condiciones objetivas ni en la economía ni en la política provincial para que confiemos en aprobar esta asignatura que, por otra parte, es una rémora que acompaña a Jaén desde hace muchos años en que venimos encabezando el ranking y ni en sueños podemos imaginar que ese escenario vaya a cambiar de la noche a la mañana. Ojalá fuera así. 

MOCIÓN DE CENSURA. En el ámbito político se consumó la moción de censura en el Ayuntamiento de La Guardia. Un año después de las elecciones vuelve a coger la vara de mando Juan Morillo, el alcalde del PP que ya tiene más de cinco trienios en el cargo y que va para el sexto. El único concejal de Ciudadanos, Manuel Carlos de Castro, ha necesitado un año para cambiar de opción ya que, como en tantos pueblos y ciudades, un solo edil puede tener la llave de la gobernabilidad. Lo permite la aritmética política y que levante la mano el partido que no haya hecho uso de esta opción que personalmente no me gusta nada, porque tiene algo de perverso, pero es la ley, y vale para todos por igual. Sigo pensando que era una oportunidad para dejar que tras un periodo amplio se conociera otra forma de actuar, pero una persona ha tenido en sus manos el relevo y los socialistas guardeños han pasado uno de sus peores días, el primero el hasta ahora regidor, Juan Jesús Torres, un muchacho tranquilo y que no lo estaba haciendo mal por lo que me cuentan los paisanos. Por lo demás, y a pesar del momento en el que estamos, parte del pueblo se ha movilizado, algo muy normal cuando se dan estas circunstancias, aunque sobran los insultos y las provocaciones, porque la política es esto, días buenos, malos y regulares. Ahora en el municipio se mirará con lupa al concejal de Ciudadanos que ha decidido cambiar de chaqueta, y que por cierto ha acusado al alcalde de ningunearlo y no hacerle partícipe de las principales decisiones. Torres, antes de que el PP presentara la moción de censura, y de hecho fue lo que la provocó, llevó a los tribunales la denuncia de una presunta Caja B del anterior mandatario, hecho que también fue el detonante de la ira de los populares.

Morillo ha contado hoy con la presencia de la plana mayor del PP jienense para expresarle su apoyo, empezando por el propio presidente, Juan Diego Requena. Los socialistas han estado también arropados por miembros de la dirección provincial. Por cierto, Requena ha señalado que Morillo fue el “verdadero ganador” de las elecciones, y es verdad, pero en buena lógica el mismo mensaje se debe aplicar en la capital con el PSOE. Con independencia de toda la polémica suscitada en estos días, justo es decir que Juan Morillo, lo mismo que cuenta con detractores, también tiene muchos seguidores, de hecho la suya fue la opción más votada en las municipales, que después de tantos años tiene mérito, con especial incidencia en las numerosas urbanizaciones, que a la postre son las que tienen fuerza para quitar y poner alcaldes. En este caso para poner. En las elecciones municipales del año pasado en efecto el PP fue el partido más votado, con 1.202 sufragios, el PSOE obtuvo 1.112 y Ciudadanos, 397. Hubo una abstención de casi el 26%. Por último, ¿puede marcar tendencia lo ocurrido en La Guardia de cara a otros municipios?, ¿se puede empezar a abrir el melón? El principal escenario es el de la capital, donde precisamente Ciudadanos tiene la llave, que ahora abre muy bien las puertas de los acuerdos, pero las relaciones con el PP que capitanea Bonilla, porque con Javier Márquez ya resultaba imposible, por matices de tipo personal, al menos dan pie a elucubrar, aunque es posible que nunca ocurra. La política tampoco es una ciencia exacta. El caso de La Guardia no ha terminado con este pleno de la moción de censura y la vuelta al mando de Morillo, ahora hay pendiente una batalla judicial, pero tengo que decir que hasta la presente creo que se ha librado de la mayoría de los litigios. Un hombre con suerte.   

CELEBRACIONES DEL OBISPO. Cambio de tercio. El obispo de la diócesis de Jaén, Amadeo Rodríguez Magro, está de celebraciones. Ha cumplido cuatro años en esta Iglesia que peregrina en Jaén, pero además el próximo día 14 conmemora sus bodas de oro sacerdotales. En este tiempo se ha integrado plenamente y ha estado muy presente en todos los grandes y los pequeños acontecimientos relacionados con su cargo, pero también muy cercano y receptivo con las instituciones y organismos representativos de Jaén y de su vida social. Forma parte de su talante. En Plasencia, donde ejerció antes, le nombraron hijo adoptivo de la ciudad, en reconocimiento a sus méritos personales, especialmente su empatía para tratar con la gente. Aquí llegó el 28 de mayo de 2016 y recuerdo que una de sus primeras celebraciones fue un funeral en San Félix de Valois por las víctimas de un luctuoso suceso y ya conmovió en sus palabras. Después le he seguido en su misma actitud cercana en no pocos actos, por ejemplo en el funeral del recordado cronista de Jaén, Vicente Oya Rodríguez, donde pronunció una homilía muy sentida, como si conociera al personaje de toda la vida. Debió informarse y además tiene muy buenas fuentes en las que beber, pero me refiero no ya tanto al fondo sino a la forma, a su empatía. La última intervención sublime, algo en lo que muchos hemos coincidido, fue la reciente misa presidida en el Santuario de la Virgen de la Cabeza, en sustitución de la tradicional jornada romera, en la que su homilía ya fue magistral, como un jienense más a los pies de “La Morenita”, y ese día acabó ganándose el afecto y el corazón de quienes seguían la transmisión por Canal Sur. No sabemos el tiempo que permanecerá en Jaén, porque en marzo del próximo año cumplirá los 75 años y será el momento de poner su cargo a disposición de la Santa Sede. De hecho ya he notado que va de retirada cuando se refiere a aspectos de futuro. Buen obispo, abierto y sencillo, y a pesar de que lleva pocos años con nosotros ha entrado en el alma de Jaén. 

Foto: Juan Morillo, en el pleno de La Guardia en el que ha recuperado la Alcaldía.  

 

Dejar un comentario