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Hay que dar la enhorabuena a la vecina capital de Granada que aunque haya sido con un retraso de veinte años ha tenido hoy un día histórico con la llegada y ya para quedarse, del tan deseado AVE, que la proyecta a la modernidad, porque se diga lo que se diga, tener AVE es tanto como decir estar con el progreso en las comunicaciones. Mientras esto ocurre a menos de cien kilómetros, en Jaén nos tenemos y nos tienen que dar el pésame porque seguimos perdiendo trenes. Ayer el alcalde de Jaén, Julio Millán, tras entrevistarse con la subdelegada del Gobierno, Catalina Madueño, señaló que se tiene que insistir en la mejora de las conexiones ferroviarias, en concreto la línea Jaén-Madrid, sin olvidar una reivindicación que se viene haciendo en torno a la línea Jaén-Granada, para conectar la capital jienense con el resto de Andalucía. Pero, señor alcalde, no se trata de insistir, se trata de actuar. Me extraña que en este tema no se haya decidido crear una mesa de tantas como se están acordando, ni siquiera ha planteado la posibilidad de escribir una carta en nombre de la ciudad al Presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, quejándose del desmantelamiento que sufre la provincia, pero especialmente el caso de la capital.

El presidente de la Diputación y secretario general del PSOE, Francisco Reyes, reconoce que se están manteniendo contactos con Adif y Renfe, pero esto nos parece ya insuficiente porque si seguimos de esta manera tan al estilo Jaén, nos vamos a quedar sin trenes, nos los van a quitar todos. Tomo prestada la opinión en redes de un admirado opinador, Julio Pulido Moulet, que sugiere, y me parece muy bien, que el propio Reyes se ponga en Madrid con los alcaldes de la provincia a exigir los trenes que en justicia nos corresponden. Podrían tomar nota. Y los culpables son los políticos, consentidores en su día que el AVE a Sevilla ni nos rozara y después con el AVE a Granada de nuevo chitón, a pesar de que el tren tiene que dar un rodeo importante por Antequera, parece que el objetivo era aislar a Jaén. Los propios socialistas jienenses han reconocido, está en las hemerotecas, que con el tren no han estado muy finos, por eso ahora tratan de corregir, pero el daño está hecho. Menos mal, los del PP es que ni siquiera asumen su parte de culpa.

En los discursos que hoy se han pronunciado en Granada por parte de las autoridades, hemos oído hablar de ferrocarril y progreso y referencias a varias provincias andaluzas con sus líneas correspondientes, nadie se ha referido a Jaén, ni Pedro Sánchez, ni Juanma Moreno, a todos se les ha olvidado que existimos. Y Reyes puede mantener contactos pero lo que políticamente necesitaríamos en Jaén para creer como Santo Tomás, es que viniera a dar la cara el ministro Ábalos, como hizo con Granada, y comprometerse a responder como corresponde a la impropia e indigna deriva en materia ferroviaria. La situación creada con el tren en Jaén es causa suficiente como para que nos echemos a la calle y pidamos a gritos la dimisión de todos los políticos que pueden tener alguna responsabilidad en el momento presente, aunque también tendríamos que censurar, uno a uno, a los que estuvieron en su momento y no movieron un dedo en la defensa de nuestras comunicaciones, y me refiero a responsables de las administraciones, especialmente Gobierno central y de la Junta, pero también parlamentarios nacionales y autonómicos, etc., porque todos han tenido un silencio cómplice tan perjudicial para los intereses de Jaén, de modo que si tenemos motivos para dar la enhorabuena a Granada, y por supuesto también a unos políticos que supieron estar a la altura, nos sobran razones para sentir rabia e indignación por el maltrato sistemático de los gobiernos hacia esta provincia que con el tema del ferrocarril es especialmente sangrante de toda la vida, pero que se nota más ahora porque percibimos con toda nitidez que la ausencia de trenes modernos nos aleja del progreso, nos deja completamente aislados, y, peor aún, nos hunde en la miseria entre las provincias más castigadas por el olvido histórico del poder.

El domingo una serie de plataformas se concentraron en Linares-Baeza, pero esta afrenta a Jaén debería tener como respuesta un clamor, empezando por los políticos que cobran por defender los intereses del territorio. No nos valen sus discursos complacientes, deberían salir de las administraciones locales mociones en defensa del tren y habría que hacer algo que llame la atención sobre el hartazgo de esta tierra por el desprecio que siempre recibió de Renfe y de los gobiernos que lo consintieron. Si los políticos actuales tampoco son capaces de mojarse en esta defensa, tenemos que tomar nota. Pero no vale que nos quejemos en las redes sociales y que mostremos nuestra indignación, la historia del tren con Jaén es la mejor demostración desde siempre, incluso mucho antes de la llegada de la democracia, con el caciquismo imperante, de la incapacidad de nuestros políticos para darle valor a esta tierra. Granada, tan cerca, estrena AVE, y a nosotros al tiempo nos quitan un tren que nos pusieron graciosamente para acallar protestas y bien sabíamos que era muy provisional, ahora les da igual si nos lamentamos, se ríen de nuestro peso político y social. Hemos perdido todos los trenes, al parecer Jaén no se ha merecido un tren tipo Talgo para comunicarnos con Madrid. Todavía hay paisanos palmeros que para dar la razón a la inacción de los políticos, buscan el argumento de que a veces los trenes a la capital de España van vacíos. No buscan la explicación, mal servicio y demasiado tiempo. Estamos en el siglo XXI y exigimos trenes de la época en que vivimos. Claro que a lo mejor nos conforman y a los ocurrentes políticos se les ocurre, como con el aeropuesto, llamarle «Estación de AVE de Granada-Jaén». Cosas peores se han visto.

Hoy la plataforma “Jaén Merece Más”, que menos mal que sigue siendo dos años después la voz y la conciencia social de Jaén, se ha ido a Granada a protestar, ha llevado pancartas y octavillas, y ha tratado de llegar hasta los presidentes del Gobierno y de la Junta, pero no ha sido posible por un potente cordón de seguridad, mejor no toparse de bruces con la cruda realidad y las imágenes tan opuestas a la fiesta granadina. Es verdad que ya no es hora de pedir cuentas por el trazado del AVE de Granada a Madrid, pero sí deberíamos identificar a los políticos que no lucharon a fondo para barrer para casa y de paso los gobiernos da igual de qué color, porque los dos han sido responsables, ni PSOE ni PP hicieron apuesta alguna por el ferrocarril en Jaén y si tratan de defenderse en este sentido carecen de argumentos o, mejor dicho, los hay numerosos en contra de sus decisiones. El ferrocarril, lo diré una vez más, es un exponente de los más claros y precisos del fracaso de una clase política que tal vez no ha viajado mucho en tren, o al menos en determinados trenes, y ha permitido que se hayan ido apagando lenta pero decididamente en su discurrir hasta dejarnos casi en la indigencia, y en el fondo, en lo que son las comunicaciones en la era en que estamos, desde luego podríamos decir con rotundidad absoluta que en la indigencia misma.

Foto: El presidente del Gobierno y el de la Junta, en Granada, en la inauguración del AVE, un día histórico en la capital hermana. (EFE),

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