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PRESENTE EN TODA LA PROVINCIA. Hoy se ha celebrado en la sede de la Institución Ferial, con todas las medidas oportunas a causa de la pandemia, la asamblea general reglamentaria de la Caja Rural de Jaén, Barcelona y Madrid, donde han sido sometidos al conocimiento y aprobación de sus miembros el balance de la entidad correspondiente al ejercicio de 2019, que certifican, como es costumbre, su excelente estado de salud. Se mantienen firmes los ratios de solvencia que le vienen caracterizando gracias a su gestión, lo que le convierte en el instrumento financiero de referencia en la capital y en la provincia de Jaén, con oficinas en todos los pueblos, con independencia de su población, y solo ella es la entidad que no ha aplicado la exclusión financiera en los pequeños territorios, y con apoyo a una cantidad ingente de colectivos de diversa naturaleza, tratándose de la única entidad que es capaz de hacer un desembolso de estas características. Y es que hay tres entidades que siempre he dicho que las defendería con uñas y dientes en una manifestación si corrieran algún peligro. Una es la Universidad; otra la Diputación, sobre todo por su labor promocional de las grandes fortalezas de Jaén; y luego estaría Caja Rural. Son un conjunto de instituciones que deben constituir las líneas rojas de Jaén, por tanto tienen que ser intocables.

Pues bien, la cooperativa Caja Rural, presidida por José Luis García-Lomas, que con el tiempo se ha convertido en un rector providencial para la marcha de este instrumento financiero tan cercano, ha dado muy buenos resultados en el pasado ejercicio, al igual que en los anteriores, como consecuencia de una gestión económica prudente y desafiando las dificultades en un entorno financiero cada vez más complicado a causa de normas legales que son de obligado cumplimiento. El equipo directivo al frente del cual se encuentra su valioso director general, Enrique Acisclo Medina, es el responsable, un año más, de la solvencia que ofrece la Caja, sus buenas cifras a pesar de todas las dificultades del momento y desde luego su clarísima hoja de ruta de independencia y en la que se declara exclusivamente en favor del desarrollo económico y social de la provincia de Jaén.

La entidad cuenta con 153 oficinas, con 487 trabajadores, el 47% mujeres, en tanto que su número de socios asciende a 47.926. Las cifras de negocio representan la fortaleza de Caja Rural y su clara vocación por Jaén, destacando el apoyo a su Fundación, a la Universidad, etc. Cantidades grandes y pequeñas pero que llegan a centenares de objetivos, empezando por todo lo que en el nombre o en el apellido lleve la palabra Jaén. Lo que antes hacían las obras sociales de las distintas entidades financieras y que ahora es algo testimonial, lo reparte prácticamente en solitario la Caja Rural. El presidente, García-Lomas, ha agradecido el esfuerzo del Consejo Rector, del director general y de todo el equipo humano de la entidad, y, por supuesto, los clientes que confían en la institución, “que han posibilitado, con su buen hacer, la posición privilegiada que ostentamos en Jaén”.

Hay que destacar que durante estos últimos meses difíciles a causa de la pandemia, aunque de otra manera, la actividad de Caja Rural no se ha frenado. Entre otras acciones, firmó un convenio con  la Fundación del Olivar consistente en una alianza estratégica para impulsar el Museo Terra Oleum. Por otra parte la entidad realizó las pruebas del covid-19 a la totalidad de sus empleados. La Fundación ha seguido con su programa, en otros formatos, pero se ha mantenido el apoyo a Los Jueves en la Catedral, que han sido virtuales, al tiempo que se han convocado diferentes certámenes y se han tenido actuaciones en las diferentes áreas.

Las demás entidades, incluidas las que nos prometieron el pan y la sal, incumpliendo la palabra dada y que quedaba reflejado en documentos que han caído en el olvido, se echaron para atrás en la misma medida que la Caja Rural de Jaén se hacía cada vez más presente, y hacía posible casi el milagro de la multiplicación de los panes y los peces. Es por tanto un motivo de felicitación a la entidad que renueve los resultados satisfactorios porque en este caso es una realidad incuestionable que lo que es bueno para Caja Rural es también bueno para Jaén y tantas atenciones útiles, eficaces y rentables como hace posible.

EL SECTOR DEL OLIVAR VUELVE A LA CALLE. Otro hecho sobresaliente del día ha sido la convocatoria de las organizaciones agrarias para dar cuenta de que pasados estos meses tan complicados, en especial el confinamiento, retoman su hoja de ruta por la defensa del olivar y el aceite de Jaén. Los que se ponen en marcha de nuevo son ASAJA, COAG, UPA y las Cooperativas Agroalimentarias. En realidad han estado funcionando internamente y en contacto, lo que no ha sido posible es salir a la calle. Para la segunda quincena del mes de julio proyectan una concentración en el puerto de Algeciras, que en su día tuvo que ser aplazada, y que ahora se realizará de acuerdo con las normas sanitarias que procedan.

Las organizaciones agrarias han tenido tiempo para diseñar su estrategia, una hoja de ruta organizada para cubrir los objetivos que persiguen y que guardan relación con los precios y la propia imagen del aceite. Sus preocupaciones se pueden resumir en las siguientes ideas, que han expresado sus responsables. Por un lado que nadie pueda comprar aceite por debajo de los precios de producción. Por otro, que España no se convierta en importador masivo cuando muchas de las almazaras de la provincia están llenas de aceite de la máxima calidad. Que exista un control exhaustivo para evitar que España sea un “coladero” de aceites de terceros países, de modo que ha de vigilarse cómo y qué aceite entra y sale. Otro de sus caballos de batalla es que no se puede bajar la guardia en la defensa a capa y espada del cultivo del olivo y de su producto estrella, el aceite de oliva. Y se ha hecho hincapié en la defensa que la propia sociedad ha hecho del sector olivarero durante la pandemia en que se ha manifestado como estratégico en nuestro país. No hay otro remedio que pelear por lo que es justo y para asegurar el futuro de nuestra tierra y de su principal riqueza, que es lo que está en peligro.

PLENO EN DIPUTACIÓN CON ABANDONO DEL PP. Íbamos a reconstruir las ciudades, la provincia, etc., pero la manera de hacer política ayuda bastante poco. Hoy en el pleno de la Diputación el grupo del PP ha abandonado la sesión en el capítulo final de ruegos y preguntas por entender que el grupo gobernante, el PSOE, lo utiliza para hacer “autobombo” y “propaganda”. No tengo ahora elementos de juicio para entender si es una acción oportunista del grupo de los populares para hacerse notar, o se trata de un acto de soberbia política del que tiene mando en plaza y no quiere desaprovechar ninguna oportunidad para reafirmarlo. No hace mucho, a propósito de la Corporación Provincial, creo haber dicho, más o menos, que el PSOE, con su mayoría, que la tiene, debería abrirse más a los grupos de la oposición que ostentan una representación legítima y que deberían no convertirse en simples convidados de piedra. Ya sé que hay bastantes asuntos que se aprueban por unanimidad y que estos son los que normalmente no trascienden, pero contar con el grupo del PP, que lidera Miguel Contreras, y con el único representante de Ciudadanos en la Corporación Provincial, Ildefonso Ruiz Padilla, que además es un político joven y con ganas, solo serviría para dar mayor credibilidad a la gestión del equipo de gobierno, sobre todo dejarse fiscalizar con transparencia, que es casi la única misión que les queda para cumplir con el cometido que tienen asignado.

De otro lado hoy se ha presentado por el grupo socialista una moción solicitando a la Junta un plan especial de empleo por 168 millones de euros para atender a los 97 municipios de la provincia. A la Diputación, como ayuntamiento de ayuntamientos, también le corresponde ser la voz de los pueblos, sobre todo en un momento tan especial como el que estamos viviendo a causa de la pandemia, que está dejando muy tocado el tejido social y laboral de nuestra provincia. Ya lo creo que hacen falta planes de empleo hasta que llegue la aceituna, que parece que vendrá con una cosecha aceptable, y, si todo va bien, pueda crearse empleo en el campo. Lo malo es cuando se hace política con un asunto tan serio como este, cada partido y cada ayuntamiento mirando para reivindicar y exigir en las direcciones contrarias a las siglas que les mantienen en los cargos. La Diputación, que demanda a la Junta, e insisto en que me parece bien, debería aprenderse mejor el camino de Madrid y recordarle a Pedro Sánchez dónde está en Jaén, por si se le olvida de campaña en campaña. 

Foto: Presidencia en la asamblea de la Caja Rural, esta mañana, en la sede de la Institución Ferial.

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