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En los últimos días, desde que comenzó a arreciar la polémica y el clamor de la sociedad jienense por los pésimos servicios ferroviarios de la provincia, se ha recordado que el pleno de la Diputación solicitó hace alrededor de tres años, al Consejo Económico y Social de la Provincia (CES Provincial) la creación de una mesa por el ferrocarril para evaluar la situación actual de este medio de transporte y las medidas a proponer para salir de la misma. El órgano consultivo necesitó tiempo para llegar a un dictamen muy pormenorizado que se hizo público en el año 2017, un diagnóstico serio y preciso de la asignatura pendiente que tiene la provincia de Jaén y su capital con el tren.

En términos generales, y para resumir el contenido de este documento que es amplio y va acompañado de suficiente material explicativo, se reconoce expresamente que por su situación estratégica, la provincia de Jaén siempre ha tenido, menos en las últimas décadas, un papel esencial en la vertebración ferroviaria de Andalucía. Desde el año 1992, cuando se inaugura el AVE Madrid-Sevilla, se inició un periodo clarísimo de pérdida de protagonismo, cuyos motivos, injustificables por supuesto, analiza el dictamen al que hacemos referencia y en el que se apuntan propuestas a corto, medio y largo plazo. Qué distinta hubiera sido la situación si el AVE hubiera “rozado” territorio jienense, pero faltaron políticos con valentía y con perspectiva que supieran valorar la trascendencia de una decisión que nos dejaba fuera de cobertura.

Se indica con toda contundencia que la provincia de Jaén necesita de un esfuerzo inversor que recupere los últimos años, e incluso décadas, de sequía inversora en cuantía acorde con las necesidades y demandas de la sociedad jienense, como lo demuestra el hecho de que obras ferroviarias que se licitaron en 2007 no hayan finalizado después de más de diez años. Se considera urgente, asimismo, que no se produzca un cambio de modelo ferroviario que nos relegaría, sine die, a un aislamiento crónico por ferrocarril.

Las demandas que se realizan desde el CES provincial se hacen conscientes de la enorme influencia que las infraestructuras ferroviarias tienen para el desarrollo jienense. Existe el convencimiento, según se expresa, de que unos servicios ferroviarios de calidad, como los que existen en otros territorios cercanos de Andalucía, contribuiría a sentar mejores bases para el despegue provincial, a la vez que rompería con la imagen de aislamiento crónico de la provincia.

El estudio afirma que si en el pasado, “la provincia era un referente en el transporte ferroviario, en la actualidad el ferrocarril nos evita”, y conviene que las administraciones competentes hagan esfuerzos, planifiquen y conecten convenientemente la provincia de Jaén con Andalucía y con España para que Jaén recupere, en parte, su pasado reciente ferroviario. De lo contrario quedaría relegada a jugar un papel muy secundario, propio de una provincia sin apenas conexiones ferroviarias, a pesar de su situación estratégica privilegiada, tanto para el transporte de viajeros de la zona oriental de Andalucía como para el transporte de mercancías de toda la comunidad.

El informe del órgano consultivo propició reuniones con parlamentarios nacionales y andaluces, a los que se trasladó esta inquietud y preocupación, pero hasta ahora, cuando ha llegado la presión popular, no se han puesto sobre la mesa por el Gobierno actuaciones concretas, por tanto es muy discutible que se utilice el dictamen ahora como hoja de ruta. Pienso que algo de pudor sí deberían sentir nuestros responsables públicos que llevan años gobernando, algunos incluso bastantes años y muchos trienios y han permitido un maltrato de todos los gobiernos, por llamarlo con el único nombre que se merecen.

Esta mañana el sector olivarero de Jaén y también de otras provincias andaluzas han “tomado” Sevilla para protestar contra los precios en origen del aceite de oliva y reclamar atención al olivar tradicional. La convocatoria partía de las organizaciones agrarias UPA y COAG con los sindicatos UGT y CCOO y la suma de otras organizaciones así como cooperativas y ayuntamientos. La provincia de Jaén ha hecho una destacada aportación como primera provincia olivarera, y ni siquiera la falta de unidad en el sector, a diferencia de la concentración del pasado 29 de mayo en la Plaza de las Batallas de Jaén, han restado fuerza a las movilizaciones por el centro de la capital hispalense. Toda Sevilla se ha enterado de la presencia del sector olivarero y de que se están padeciendo unos precios del aceite incompatibles con la rentabilidad. En la capital hispalense se ha hecho presente “El espíritu de las Batallas” que fue el nombre que se puso a la primera de las acciones encaminadas a defender el principal producto jienense, que van a tener continuidad en Madrid y posteriormente en Bruselas, de manera que llegue a todas las instancias de poder, de la primera hasta la última, la inquietud de toda una comunidad, que en el caso de Jaén tienen su base en nada menos que 66 millones de olivos, que se dice pronto. La situación es preocupante y a pesar de que las administraciones traten de encontrar las medidas para evitar el negro panorama, toda la provincia tiene el deber de sumarse a esta alerta porque en ella se pone también en juego el futuro de la provincia y de un sector vital de nuestra economía.

Mañana, jueves, se constituye oficialmente la nueva Corporación Provincial. Se acaba de despedir la que ha desarrollado su cometido hasta ahora y lo ha hecho en un ambiente de cordialidad, como tiene que ser la política. Los concejales como los diputados provinciales, no tienen que ser adversarios irreconciliables, cada grupo defiende unas posiciones, unas veces coincidentes y otras discrepantes, pero tiene que ser posible establecer relaciones de entendimiento con el mejor talante posible. Todos los días deberían ser el último para exhibir esa manera de actuar.

Hace poco se despidieron los plenos de los ayuntamientos y ahora lo ha hecho el de la Diputación. En unos casos las personas repiten y en otros casos directamente abandonan. A pesar de que esté tan denostada en este tiempo la actividad política, hay que ser agradecidos con las personas que dedican su tiempo a la que tendría que ser valorada como noble tarea de servicio. Aunque valoro el trabajo de todo el mundo porque además hay áreas que están menos en el escaparate público pero no por ello dejan de ser importantes y requieren de esfuerzo y dedicación, quiero dedicar unas líneas a dos diputados del equipo de gobierno, que han dejado sus puestos, por las razones que haya estimado su partido, el PSOE, pero que han realizado una tarea digna de reconocimiento público.

Por un lado está el que ha sido diputado de Promoción y Turismo, Manuel Fernández Palomino, que ha vivido cuatro años de gestión en plenitud, entregado en cuerpo y alma a difundir los grandes activos de nuestra tierra por todo el mundo, acudiendo a ferias, congresos, exposiciones y citas que si no existían se han inventado para hacer presente a Jaén en todos los escenarios donde se ha considerado que debía estar, bien para “vender” los grandes recursos turísticos o para promocionar nuestro oro líquido, que es algo que se ha hecho de manera extraordinaria, con el beneplácito del Jaén olivarero, de las firmas más representativas, que gracias a la apuesta de la Diputación han extendido sus marcas a través de la iniciativa “Jaén Selección” y otras muchas propuestas. Me consta que en estos cuatro años ha podido disfrutar de muy pocos fines de semana en familia porque la suya ha sido una tarea apasionante pero absorbente. Ha habido en la historia de la Corporación democrática varios diputados en el área, pero Fernández Palomino ha puesto el listón muy alto, ha estado siempre al pie del cañón, no ha delegado, además su labor de embajador de los intereses de Jaén fuera de la provincia, los ha completado muy bien con el contacto permanente con los ayuntamientos, apoyando actividades, fiestas y todo tipo de celebraciones que sirvieran para aumentar la autoestima del conjunto provincial. Ahora en el Senado no cabe duda de que Manuel Fernández Palomino, acostumbrado a bregar y a no conocer el descanso, estoy seguro de que no va a ser un número ni va a ir a cubrir el trámite, sino que lo veremos fajarse en darle contenido a su nuevo papel.

Otra mención la dedico al que ha sido diputado provincial de Cultura y Deportes, el alcalaíno Juan Ángel Pérez Arjona, que también en un área especialmente sensible ha realizado una tarea encomiable reconocida por los ayuntamientos y todos los agentes culturales. Ha impulsado todas y cada una de las acciones del programa de Diputación, empezando por la divulgación de la obra de Miguel Hernández, pasando por mantener el prestigio del Premio Jaén de Piano y en general fortaleciendo cada acción cultural, muchas y muy variadas, que son referentes de la Diputación Provincial. Se ha multiplicado para atender tanto a los ayuntamientos como a todo tipo de instituciones tanto de carácter público como privado, nunca ha faltado su apoyo y presencia. Se ha visto, a título de ejemplo, en las actividades del Instituto de Estudios Jienenses, en el apoyo prestado a los cronistas, en el especial cariño puesto en los homenajes al gran Vicente Oya, etc. etc. Juan Ángel Pérez, que no repite como concejal en Alcalá, puede sentirse satisfecho de su paso por la actividad política porque ha dejado su huella como gestor, ha dado la talla en una provincia que ha tenido un fuerte impulso en materia cultural, en la que la Diputación, con una programación cada vez más ambiciosa, ha marcado en gran medida la hoja se ruta. Lo mismo hay que decir en relación con el deporte y el mecenazgo continuo que el organismo provincial ha ejercido sobre clubes y asociaciones de todo tipo. Todo esto es sabido por mucha gente, pero en un momento en que la política y los políticos tantas veces son cuestionados, merece la pena felicitar a personas que como las citadas, y seguro que otras más lo merecen de igual manera, han pasado por el desempeño de responsabilidades públicas y las han dignificado.

Foto: Una reunión del pleno del Consejo Económico y Social de la Provincia (CES provincial).

 

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