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Ya ha pasado todo lo más grande que tenía que pasar antes de que el personal se tome vacaciones, el que pueda. La última cita política era por un lado la constitución de la nueva Diputación Provincial y la marcha por el tren. Ahora se supone que el gobierno municipal bajará un poco la guardia porque tiene que llegar septiembre con el nuevo curso y será entonces cuando haya que pisar el acelerador, y el primer reto será organizar la feria de San Lucas, para octubre. Por otro lado creo que el alcalde, Julio Millán, tendrá que dosificar en alguna medida sus iniciativas, porque en este mes que acaba de transcurrir desde su toma de posesión no se ha dado un mínimo respiro, de hecho ya ha tomado contacto con la mayor parte de las representaciones sociales de la ciudad y le tiene tomado el pulso. Otra de sus cartas credenciales tiene que ver con la celeridad mostrada para empezar a desarrollar su programa electoral, que en muchos aspectos coincide con postulados que defiende su socio de gobierno Ciudadanos. Parece que la relación funciona, aunque hay quienes quieren ver a cada momento motivos de fricción. De todos modos no puede extrañarnos que existan diferencias en determinados aspectos, nadie dijo que la relación iba a ser fácil, cada uno es de su padre y de su madre, pero son Julio Millán y María Cantos quienes tienen que hacer que lo sea o lo parezca, siempre y cuando hagan primar los intereses de Jaén.

Ahora, la verdad, estamos mucho más preocupados por la salida política para España que por las cuestiones domésticas, por importantes que sean, y lo son, porque a pocos días de la cita para la investidura de Pedro Sánchez el panorama es muy pesimista, más aún cuando las difíciles relaciones de Sánchez con Unidas Podemos y en particular con Pablo Iglesias, han ido de mal en peor después de semanas en las que nos han estado retransmitiendo un culebrón infumable y según nos cuentan algunos medios ambos políticos han roto relaciones. El colmo. Lo que no tiene nombre es que a casi tres meses de la celebración de las elecciones generales sigamos estando en una situación sin salida, incluso abocados a unas nuevas elecciones donde se pudiera dar el caso de una repetición de resultados, aunque habría que contar con el hartazgo de una buena parte del electorado. No se entiende bien que las opciones políticas den esta imagen de falta de entendimiento que significa que no se ha captado el mensaje de los ciudadanos en las urnas. De eso se ocupan los medios de comunicación, que hasta que pase la investidura tienen tema para rato. Y además siempre quedan las perlas de la vicepresidenta en funciones, Carmen Calvo, con su particular visión de que el “feminismo” es un invento del PSOE. Qué cosas tiene la buena señora, cada vez que habla sube el pan, es curioso con lo lista que es y el currículum que tiene. Para que vean que no todo es lo que parece.

Por lo demás seguimos con la resaca de la marcha del tren y es cierto lo que he visto reflejado en algunos medios, de que se ha evidenciado unidad, pero en gran medida es impostada, el PP se ha quejado porque entiende que con la iniciativa el PSOE lo que buscaba era una foto. Juntos pero no revueltos, parecen querer transmitir. Personalmente prefiero que persiga una foto que opte por la inacción, oír, ver y callar, como ha ocurrido durante tantos años. Ayer la noticia no tuvo una reacción especial fuera de Jaén, pero hay que agradecer a algunas cadenas de televisión que se hayan ocupado de la noticia y a cadenas de radio que hoy la han rescatado, como es el caso del espacio La Ventana, de la cadena SER, donde esta tarde ha intervenido como portavoz de la plataforma “Jaén Merece Más”, Juan Manuel Camacho, que por cierto, por si no le dejaban espacio para referirse a ello al final, ha empezado resaltando las excelencias jienenses, la Catedral, los Parques Naturales, etc. Ya en casa hoy se han iniciado, tal como estaba previsto, sin retraso alguno, las obras para la adecuación de la céntrica calle Roldán y Marín, proyectada por el anterior gobierno municipal liderado por Javier Márquez. Por cierto que sigue siendo exquisita, y lo dicen los imágenes que habitualmente se difunden, como ocurrió el pasado domingo, la relación del actual alcalde con su antecesor, un ejemplo de lealtad y de confianza, que debería ser normal, porque estar en el gobierno y estar en la oposición no debería entenderse como posiciones irreconciliables. Es una manera positiva de entender la ciudad desde la colaboración, cada uno en el papel que le ha tocado.

Ignoro cómo se verá este clima de entendimiento desde Ciudadanos y su portavoz, María Cantos, habida cuenta las diferencias precisamente con el PP de Márquez, que ya las había antes de las elecciones y tras la frustrada negociación para conformar acuerdos, que resultaron imposibles, las diferencias se tornaron insalvables. Se supone que el tiempo se encargará de normalizar esta relación, porque los grupos municipales, todos, están condenados a entenderse dentro de las señas de identidad de cada uno. En Jaén necesitamos a los 27 concejales para que esta ciudad dé el impulso que merece. Otro argumento que sustenta la actualidad de estos días es el dato positivo difundido por Salud de que se han aligerado las listas de espera, lo cual siempre es alentador. Esto me lleva a reconocer, ya que estamos a mediados de julio, que al menos hasta el momento no ha salido a relucir la recurrente serpiente de verano respecto a las incidencias sanitarias, en especial el funcionamiento de nuestros hospitales, porque es un clásico que los sindicatos y las organizaciones profesionales se han venido quejando del cierre de plantas, de la falta de personal, etc., etc., a excepción de este año, por ahora.

Aunque el hecho que hoy me llama la atención es la reunión que el alcalde, Julio Millán, ha mantenido con el pleno del Consejo Económico y Social (CES local), órgano consultivo del Ayuntamiento que lleva la tira de años constituido, alrededor de veinte quiero recordar, y en la última etapa, durante un largo periodo, ha sido ignorado por el equipo de gobierno del Consistorio, con el PP en el gobierno. Ahora Julio Millán se propone rescatarlo y darle trabajo para que se pronuncie, como lo ha hecho tantas veces, con gran acierto, sobre cuestiones importantes que afecten a la ciudad. El presidente del CES, el abogado Manuel Carcelén, ha sido crítico con el estado de la ciudad, “lamentable”, ha dicho, que ha heredado el actual equipo de gobierno y se felicita por la llegada de aires renovados. Incluso ha reconocido que en un mes los nuevos responsables del Ayuntamiento han sido capaces de recibir a una buena parte de la representación social de Jaén. Carcelén ha agradecido a Millán que decida contar con el CES para señalar que “llevo más de veinte años representando a este órgano consultivo y hemos pasado un largo periodo de marginación de esta entidad que representa a toda la sociedad”. De hecho recuerda que en la campaña electoral reciente, solo el PSOE les presentó su programa para el Consistorio.

El regidor tampoco ha ahorrado reconocimiento a lo que considera “la excelencia de la representación social de Jaén, personas relevantes con un gran conocimiento de la capital”. Al pleno del CES les ha trasladado las que quiere que sean las claves de su mandato, diálogo y participación, el trabajo, la cooperación y la lealtad institucional, así como la necesidad de impulsar el liderazgo municipal que evite la pérdida de oportunidades, refrende la capitalidad de Jaén y dé garantías a la inversión. “Jaén –ha dicho- no puede estar ajena a lo que pasa en la provincia, ha de ser el motor de su desarrollo”.

El CES local, del que forman parte representaciones de los diferentes agentes sociales de la capital, es un órgano muy valioso que ha realizado numerosos informes sobre aspectos destacados de la capital, que aunque no vinculantes en muchas ocasiones se han tenido en cuenta. Bajo la batuta de una persona tan mesurada como el abogado Manuel Carcelén, sus aportaciones han sido muy solventes y siempre presididas por su rigor e independencia. No se entiende que con la cantidad de problemas que la ciudad tiene en el aire no se haya contado con su valiosa colaboración y por el contrario el CES haya sido ninguneado, cuando debería haber sido una fortaleza al servicio de los intereses de la ciudad, porque en él están personas que cuentan con mucha experiencia y conocen bien la realidad de Jaén. Es un lujo poder contar con su concurso y un error imperdonable castigarlo con la indiferencia. En el fondo se trata de que la política no siempre acepta que un órgano consultivo independiente tenga una visión determinada, libre y sin dirigismos, sobre todo cuando no es coincidente, porque si lo es todo se vuelven elogios y se utiliza como aval para la gestión.

Al hilo de la importancia de contar con instrumentos tan preciados como el CES, tal vez sería la ocasión para replantearse la posibilidad de encarar de una vez por todas un Plan Estratégico para la ciudad de Jaén, de manera que abandonemos las iniciativas más o menos curradas de los grupos que acceden a la responsabilidad de gobierno, y se cuente con un referente de modelo de ciudad, acordado y consensuado que permita vislumbrar el futuro con un horizonte a corto, medio y largo plazo, de manera que el impulso resulte ordenado y en la búsqueda de un Jaén habitable y con el que se puedan sentir representados una inmensa mayoría. Esta perspectiva no se ha tenido desde hace muchos años, y cuando la ha habido los intereses políticos se han encargado de hacerla fracasar. ¿Puede ser ahora el momento?

 

Foto: Reunión esta mañana del alcalde, Julio Millán, con el pleno del Consejo Económico y Social de la ciudad de Jaén (CES local).

  

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