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El parte diario en relación con la COVID-19 ha sido hoy especialmente doloroso, lo es cada día cualquiera que sean los registros, pero mucho más si alguna persona ha perdido la vida. Pero lo de este martes tiene tintes dramáticos porque no estamos acostumbrados a perder en 24 horas a quince personas en la provincia, y de ellas 11 en la propia capital. Las autoridades, empezando por el Ayuntamiento, han expresado su dolor y el alcalde, Julio Millán, ha hecho un llamamiento a los ciudadanos para que entre todos contribuyan a frenar los contagios en todo lo posible. La Junta ha anunciado los test que se van a hacer a partir de mañana a 1.100 jienenses con el fin de controlar esta situación. También se ha hecho público, como se esperaba, que ha sido suprimida la tradicional Romería de Santa Catalina. Otra tradición de la ciudad que habrá de esperar.  

Parece evidente que hay sumar esfuerzos para mantener a raya al coronavirus desde la responsabilidad y la prudencia. En este sentido me han llamado la atención las declaraciones de la concejal del Grupo Popular en el Ayuntamiento, Esther Ortega, solicitando que se mantenga el “funcionamiento actual” en hostelería “con ampliación de aforo y espacio para veladores”. Si esto lo hubiera dicho hace una semana, no tendría la menor importancia, hoy me parece un despropósito. Es cierto que hay unos acuerdos del Consistorio, aprobados en pleno por todos los grupos menos VOX, para reactivar la vida social y económica, es además lo que debe hacerse, pero hay que mirar la realidad de cada día, y el de hoy es el menos apropiado para plantear esta reivindicación. Por supuesto que apoyo sin reservas para los sectores económicos, en especial el gremio de hostelería y el turismo, pero el panorama es excepcional y cuando se llega a este punto la excepcionalidad es para todos. Qué ganas de que pase cuanto antes esta terrible pesadilla.

En Jaén estamos acostumbrados a fiarlo casi todo a los planes. Nos encontramos a la espera del DUSI, que ha pasado tanto tiempo que nos hemos olvidado de él y ahora la referencia es la Inversión Territorial Integrada, la ya famosa ITI, para la que la Junta ha consignado 220 millones de euros y tendría que hacer lo propio el gobierno de España que se hace el remolón, como le ha recordado en una iniciativa la parlamentaria andaluza por el Partido Popular, Ángela Hidalgo, aunque me temo que Madrid dará la callada por respuesta, veremos si en los presupuestos que tanto se hacen de rogar mientras Sánchez mercadea con los votos, encontramos algún hueco para Jaén y por dónde nos sale la apuesta de la que habla el PSOE provincial, y que solo él se cree ciegamente. En realidad es dinero de fondos europeos y de lo que se trata es de gestionarlos, pero de gestionarlos bien. Ya lo dije en su día y lo repito, a la vista de que hay ayuntamientos que se han pensado que la ITI vale lo mismo para un roto que para un descosido. La ITI no puede jugar el papel que corresponde a los presupuestos ordinarios de las administraciones, vamos que no se debe destinar ese dinero a arreglar una fuente, pongamos por caso. Esos fondos son para proyectos que ayuden al cambio que Jaén necesita y no pueden sustituir la responsabilidad política propia ni a resolver las asignaturas pendientes que los gobiernos español, andaluz o de los municipios hayan sido incapaces de sacar adelante en décadas. Cuidado que Europa es exigente y es de suponer que echará para atrás los proyectos que no respondan a la filosofía de concesión de fondos estructurales.

Hay inquietud en la Universidad Popular Municipal, donde para este curso no se ha llegado ni a la mitad de la matrícula, dice el Ayuntamiento que por culpa de la pandemia, y desde luego puede ser, pero los monitores, que están en pie de lucha defendiendo sus puestos de trabajo, como es normal, tienen otra opinión, y es que no interesa, que no se han promocionado los cursos lo suficiente. Hay quienes creen que ya tenemos un Onda Jaén dos, o una estrategia para debilitar y adelgazar la UPM, en la que también, para más inri, se ha elevado el precio de las matrículas. La concejalía se defiende y argumenta que durante la gestión de los populares ha habido muchas irregularidades, incluidos contratos en negro, algo que ha negado la anterior responsable política del área. Como siempre ocurre, la mejor defensa es un ataque. De todos modos en la UPM hay un problema y el Ayuntamiento le tiene que encontrar la mejor solución, tratando de no hacer otra vez tabla rasa con los puestos de trabajo, que es lo que se temen los que ahora mismo creen estar en el filo de la navaja.

A todo esto la iniciativa del Plan COLCE sigue su camino, si son capaces de encontrar la fórmula económica, de Europa o de donde sea, el éxito estará asegurado. A la concejal se le ha ocurrido la idea de lanzar un concurso para elegir la mascota y el emblema de la candidatura de Jaén para acoger una de las bases logísticas de Defensa. María Cantos no para. Y me surge una pregunta, ¿cuándo vamos a conocer el apoyo de la Junta, qué impide que el consejero Juan Bravo, que es el responsable del área en el gobierno andaluz, no haya hablado aún, que yo sepa, de un compromiso con este ambicioso proyecto? Hay consenso en el Ayuntamiento de Jaén, lo ha habido en la Diputación, se están presentando mociones en los ayuntamientos, pero ¿y la Junta, a qué espera en un tema trascendental y en el que Jaén opta como único territorio andaluz, por tanto no hay competencia alguna?

Y ya que estoy con la Junta me sigue dando mucha vergüenza ajena el lamentable episodio de los comedores escolares. Que hayan pasado estos duros meses del confinamiento y el verano y que en este momento centenares de críos de la provincia en numerosos centros no tengan comedor por la incapacidad de la Consejería, en Sevilla, en Jaén o donde sea, me parece escandaloso y es un síntoma de ineptitud e ineficacia porque las administraciones están para resolver los problemas allá donde se presenten, no para agravarlos y en este caso sin que se vea una inminente salida. Y no cesan a nadie, ni nadie dimite.   

Foto: Julio Millán hace un llamamiento a los jienenses con el objetivo de frenar los contagios.

 

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