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En Jaén, y no ya en la capital sino en toda la provincia, desde la tarde del domingo, no se habla de otra cosa que de la gesta del Jaén Paraíso Interior de Fútbol Sala, que se ha codeado con los más grandes y se ha hecho por segunda vez con la Copa de España, que se ha venido a sus vitrinas. El equipo jienense es, por derecho propio, y demostrado lo tiene, uno de los mejores del mundo de fútbol sala. En Jaén, su tierra, los éxitos de su equipo no pasan desapercibidos, no hay más que ver la notable presencia de aficionados jienenses en el pabellón donde se han jugado los partidos previos y la finalísima tan vibrante que nos tuvo a todos pendientes de la televisión al borde del infarto, hasta que, por sus indudables méritos, se consumó una victoria que sabe a gloria. Hoy todos los medios de comunicación se hacen eco de la proeza de traernos para Jaén la Copa de España y en concreto los de la provincia dedican páginas y espacios a un acontecimiento tan especial e histórico, aunque ya es la segunda vez que esto ocurre, los buenos augurios se repiten. Y que siga la racha… 

Ha sido poco a poco en los últimos años, pero se ha ido conformando una marea amarilla que ha ido a más conforme iban en aumento las satisfacciones que nos estaban dando los chicos del Jaén Paraíso Interior. Esta temporada han culminado su etapa de consolidación, ya lo tienen todo demostrado y se merecen un reconocimiento muy especial, primero porque nos han dado motivos para creer en Jaén, para nuestra autoestima, saber que en lo deportivo somos capaces de codearnos con la flor y nata de esta modalidad del fútbol sala de élite, y por supuesto, cómo olvidarlo, porque sitúan a Jaén en el mapa y esto lo están haciendo en todo el mundo, allá donde llega la promoción del fútbol sala de la máxima categoría allí que se cuela el nombre de Jaén. No podía llevar otro nombre nuestro equipo, de ahí que felicitemos a la Diputación Provincial por haber sabido ver con la luz larga, cuando el entonces Jaén Fútbol Sala se ponía en marcha, los réditos que un apoyo incondicional podía suponer para la provincia. Una inversión rentable, que ahora merece no desfallecer y terminar en los plazos previstos el Pabellón Olivo Arena, para que un equipo que se ha hecho un sitio de honor y que nos ha emocionado a una inmensa mayoría, tenga unas instalaciones dignas para recibir a los mejores del fútbol sala mundial. Este es el reto.

En una tierra donde se nos pasa la vida quejándonos porque parece que la suerte casi nunca la tenemos de cara, de vez en cuando se nos ponen delante de los ojos motivos para el orgullo legítimo. Sin ir más lejos este pasado fin de semana hemos podido disfrutar de la Feria de los Pueblos, donde se han exhibido algunas de nuestras fortalezas, la de tener una provincia múltiple y maravillosa. Entre ese patrimonio del que poder sacar pecho, se encuentra en este momento el Jaén Paraíso Interior de Fútbol Sala, que nos ha tocado a los jienenses, miles y miles ya, la fibra sensible. Todo lo que nos hace estremecernos de alegría forma parte de lo mejor de nosotros mismos. Estamos de enhorabuena. Gracias campeones!!!   

EL ALCALDE ASUME EL RETO.-De los hechos que han tenido lugar durante el fin de semana, me detengo también en la proclamación del actual alcalde, Javier Márquez, como candidato del PP a las elecciones municipales del próximo año 2019. Es el primer candidato designado para una cita con las urnas que se presume muy concurrida y donde es fácil advertir que se necesitarán acuerdos para hacer gobernable el Ayuntamiento, ante la dificultad, al menos así se percibe en este momento, para que ninguna de las fuerzas políticas, alcance una mayoría.

Javier Márquez ha tenido en su responsabilidad como alcalde dos etapas diferentes. Una primera bastante complicada en la que todo se veía negro, nubarrón tras nubarrón, y esto le llevó a pensarse en varias ocasiones la posibilidad de arrojar la toalla porque todas las puertas estaban cerradas y el Ayuntamiento parecía condenado a liquidar por derribo, literalmente, por problemas de supervivencia económica. Aguantó contra viento y marea a pesar de todo. La segunda etapa no diré que ha habido brotes verdes, porque sería mucho decir, pero algunos de los asuntos municipales se han empezado a aclarar, la ruina económica no es que se haya mejorado, pero desde la Concejalía de Hacienda se han ido haciendo operaciones que han ido parcheando el difícil panorama y en algunos casos abriendo expectativas.

La oposición, especialmente PSOE y JeC, son muy críticos con todas las medidas que se están adoptando, como los sucesivos créditos, que entienden que son pan para hoy y hambre para mañana, es decir, dilatan las soluciones para el grave problema de la ruina, pero desde el equipo de gobierno y sus responsables económicos, sobre todo el concejal Manuel Bonilla con el propio alcalde, repiten constantemente que ahora el agobio es menor, respiran mejor y se están cubriendo la totalidad de servicios municipales, algo que años atrás parecía impensable. Bonilla hace juegos malabares con las cifras, y tiene crédito como concejal responsable. La verdad es que desde fuera se divisa un cierto aire de normalidad, no sé si impostada, pero la imagen es importante y algo ha cambiado desde aquel tiempo inicial en que en cualquier momento se podía esperar lo peor.

Digo todo esto por valorar el gesto de valentía que ha tenido el alcalde al aceptar la invitación de su partido para presentarse como candidato, pero, sobre todo, por haber decidido él mismo, superando los momentos en que estuvo tentado a dejarlo todo. Creo que Márquez lo hace por dos razones: una, no quiere seguir el ejemplo de su antecesor, José Enrique Fernández de Moya, que ante la adversidad se buscó la huida, tanto como anheló el puesto de alcalde, desertó ante la evidencia de los problemas que le quemaban en las manos. Márquez se lo habrá tenido que pensar mucho, también con su familia, como es natural, pero ha aceptado el reto conscientemente, por responsabilidad y para demostrar que como jienense que quiere a su ciudad no va a abandonar el barco a pesar de que pueda amenazar temporal. Por otro lado el actual regidor confía en las posibilidades de algunos proyectos que están en marcha, espera decididamente los logros del PGOU, y que a pesar de los problemas que acaban de surgir por recursos de terceros y pronunciamiento de los tribunales, pueda desarrollarse y salgan a flote. Espera que la suerte acompañe y que en los próximos años la ciudad pueda avanzar, para lo cual confía en la lealtad institucional de la Junta de Andalucía, que reiteradamente viene demandando, porque es la administración que más competencias tiene sobre las aspiraciones de la capital.

En definitiva el alcalde no es que esté eufórico, pero echa la vista atrás, ve la ciudad de hoy y sobre todo mira al futuro y cree que hay motivos para la esperanza. Me gustan los alcaldes que son capaces de soñar una ciudad y convencer después a sus concejales y a los vecinos de la bondad de iniciativas que se puedan poner en marcha. Este tiempo atrás el alcalde ha tomado la iniciativa en algunos aspectos y algo está ocurriendo en la ciudad que parece un poco más viva. Incluso cuando se producen críticas, porque aunque se crea que pasan desapercibidas, ayudan a reflexionar, porque los alcaldes no son perfectos y a veces, escuchando la voz del pueblo, tienen la posibilidad de rectificar…

En fin, desde el punto de vista personal tengo la mejor impresión de Javier Márquez, nuestro alcalde. Entiendo que su llegada al cargo fue una especie de bálsamo, los plenos municipales cambiaron de la noche a la mañana, si bien Márquez puede ser bueno pero también a veces se muestra contundente y sabe poner los puntos sobre las íes porque tiene carácter y además no se debe olvidar que tiene la autoridad, la dignidad del cargo. Me reitero en que ha dado un paso que demuestra arrojo político y renuncias personales en beneficio de su Jaén. En efecto, nadie obliga a encabezar una candidatura, la que sea. Pero muchos valoran, yo entre ellos, que el miedo a la dificultad no sea óbice para comprometerse con sus vecinos. Después pasará lo que sea, pero Javier Márquez me merece toda consideración y respeto por este paso. Espero que no tenga motivos para arrepentirse de esta comprometida decisión.

 

 

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