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VUELTA A LA REALIDAD. Las cifras del paro registrado en febrero han vuelto a castigar duramente a la provincia, que suma 4.544 desempleados. Sí, ya sé que han terminado los trabajos de la aceituna y que el año en nuestra provincia se divide en ciclos, pero es una terrible realidad que somos la provincia con más paro de España y que no podemos quedar resignados a repetir los ciclos, como si nos hubiéramos hecho a las estadísticas y no encontremos otro camino para darle fortaleza a esta tierra. En los próximos meses, será peor, esta es nuestra gran pandemia. En el conjunto de España y de Andalucía los malos resultados se los achacan a la dureza de la tercera ola por la covid-19, pero en nuestro caso no hay que andarse con rodeos, aquí la situación se repite año tras año desde que el mundo es mundo, estamos sobre aviso.

Me niego a pensar que se haya arrojado la toalla y que nos hemos rendido a la evidencia de los datos. Actualmente tenemos 56.194 parados registrados. Y en cuanto a la foto fija del mercado laboral jienense es muy transparente, en el sentido de que las afiliaciones la Seguridad Social bajan, lo cual es indicativo de que la campaña de la aceituna es a todas luces la principal y casi única tabla de salvación para miles de trabajadores.

Entendiendo todos los condicionamientos, parece que una buena parte de quienes tienen responsabilidad de gobierno, en el conjunto de las administraciones, no acaban de enterarse de que el paro es con diferencia el gran problema de Jaén, dibujando un panorama desolador, de nuevo a la cabeza nacional del desempleo, con lo cual las alarmas están ya disparadas y lo que te rondaré. Pero creo que o no saben hacer nada por remediarlo, o simplemente no quieren. En definitiva se trata de un desprecio a la realidad que dibujan las estadísticas sobre Jaén, que son el reflejo de una realidad bien amarga para muchísimas personas y familias.

La valoración de los agentes sociales es pesimista, aquí la historia se repite y los discursos también, y la de los partidos políticos, como siempre, leyendo los datos de acuerdo a sus intereses y echando balones fuera porque la responsabilidad siempre es del otro, con lo dados que son los políticos a reivindicar sus gestas y a colgarse las medallas, seguro que hoy todo serán evasivas. Ahora la culpa es de la pandemia, que también, pero no ocurría así el año pasado ni los anteriores y el panorama no era diferente. Nos gustaría saber qué tendrá que pasar en Jaén para que los principales responsables de las instituciones públicas se den por aludidos y decidan coger el toro por los cuernos, o qué ha de pasar para que se demanden soluciones urgentes ante esta situación excepcional.

Nos asaltan hoy dos reflexiones. Una, el mensaje de pesimismo que los datos trasladan sobre todo a los jóvenes jienenses, cada vez más preparados, con una Universidad que quiere formar talentos, y a los que obligamos a coger las maletas y marcharse, en la mayoría de los casos para no regresar. No olvidemos que también estamos en cabeza del paro juvenil, lo digo para que no se olvide. La segunda es una pregunta dirigida a nuestros políticos, de izquierdas y de derechas, de arriba y de abajo, en el sentido de si esta situación tan arraigada, tan cruda y tan real es el proyecto de futuro que tienen para esta provincia y si no les causa sonrojo no estar ocupados permanentemente en esta cuestión.

Hace unos días la Universidad de Jaén abordaba en una interesante jornada la radiografía del mercado laboral de la provincia y a través de las diferentes ponencias se presentó el cuadro de una situación endémica, y gracias a que tenemos el bosque olivarero que, con todas sus dificultades, genera jornales y aunque sea durante unos pocos meses aplaca una delicada situación sociolaboral. Las administraciones central y autonómica se quedan cortas, muy cortas, a la hora de las respuestas, como siempre, y hay que remitirse a los datos oficiales, en cambio la Diputación Provincial, aunque no tiene competencias específicas al respecto, lleva haciendo esfuerzos notables y el pasado año invirtió 20 millones de un presupuesto de 114, ahí está su compromiso.

Creo que hay que dejarse de paños calientes. Los planes de empleo son un alivio, indudablemente es así, pero muy limitado a juzgar simplemente por la evidencia de los datos. ¿Se puede hacer algo ya o esperamos al mes que viene y a seguir condenando a que miles de personas estén pendientes de recibir unos fondos estatales de ayuda, porque se les han negado otro tipo de expectativas, que tienen que ver con el trabajo y la dignidad?  

POR LA DESCATALOGACIÓN DE LAS PROTEGIDAS. El último pleno del Ayuntamiento de Jaén, hace solo unos días, aprobó una moción del grupo municipal de Ciudadanos, defendida por su portavoz, María Cantos, por la descatalogación del barrio. La también segunda teniente de alcalde hizo historia de los años que los vecinos vienen reivindicando esta descatalogación, ya que curiosamente esta figura de protección lo que ha conseguido con el tiempo es la máxima desprotección para esta céntrica zona de la capital. Cantos ha sido coherente con la campaña reivindicativa que en su día promovió en la federación vecinal O.CO con el lema “No puedo verlo. No quiero verlo”, que llamaba la atención de las situaciones de la ciudad que no merecían el trato dispensado por las diferentes administraciones, como cuando la Junta lanzó el compromiso, a la postre una actitud populista y demagógica sin precedentes, ofreciendo 24 millones para rehabilitar el barrio, una cantidad que a todo el mundo pareció desorbitada y que con el tiempo se pudo ver que fue electoralismo puro y duro. Ahora ella misma tiene la posibilidad de llevar a cabo lo que antes eran reivindicaciones ciudadanas. A ver cómo lo consigue.

En la moción, lo que el grupo de Ciudadanos plantea es que sin perjuicio de que el barrio en sí mismo esté sujeto a la tipología urbanística que corresponde a la zona, en cambio las viviendas dejen de estar catalogadas para que los propietarios tengan plena libertad de actuar en ellas, lo que no han podido hacer desde que la Junta lo declaró bien protegido, y ocurrió lo que viene siendo inevitable, ni ha actuado ni ha dejado actuar. Es lo que sucede en la ciudad con diferentes cuestiones, sobre todo cuando es imprescindible el acuerdo entre dos o más partes, porque esto casi equivale a condenarlo a un largo calvario. Es una lástima, pero si hay algo que defina bien a esta ciudad es la desesperación, ver que pasa el tiempo y no se resuelven las cuestiones recurrentes. Las Protegida es una de ellas. Este asunto tiene ya una antigüedad de más de 15 años, y los vecinos, indignados, han llamado a todas las puertas y han recurrido a todas las instancias, incluida la judicial. En la vía política las frustraciones han sido muy numerosas porque, como en otros temas referidos a la ciudad, los políticos se han manifestado absolutamente incapaces de sacarlo adelante. Es de esperar que esta iniciativa que ha defendido Ciudadanos no tome el camino de propuestas anteriores. Sin duda es la mejor solución, suprimir la catalogación que ha ahogado las expectativas de un barrio que ya parecía resignado y abandonado a su suerte.

 

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