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Ya queda menos para la cita del día domingo, día 7, en Despeñaperros, con la caravana de vehículos, respondiendo a la convocatoria de nueve plataformas ciudadanas por la provincia, puestas de acuerdo, unidas, para seguir creando conciencia social y conciencia crítica, que consiste en convencernos de que no todo se puede esperar de las administraciones y que decidan acordarse de nuestro territorio, sino que hay que movilizarse, demostrar fortaleza y exigir a quien sea necesario y donde haya que hacerlo, un trato de dignidad y justicia para una provincia secularmente olvidada y abandonada por todos los gobiernos de la democracia, y por supuesto en periodos históricos anteriores, de ahí el retraso que lamentablemente nos distingue.

Lo primero de todo es felicitar a las nueve plataformas que convocan esta macrocaravana que esperamos reviente con su numerosa e histórica presencia la zona de Despeñaperros: Jaén Merece Más, Todos a una por Linares, Valdepeñas Vale, A-32 Ya, Renacer Cámara de Comercio de Jaén, En Defensa del Ferrocarril Linares-Baeza, Asociación de Amigos del Ferrocarril de Jaén, Coordinadora para la Defensa del sistema público de pensiones de Jaén y la Plataforma por la Defensa del sistema público de pensiones de Linares. Estos colectivos ya se movilizan en sus respectivos ámbitos, como en algunos casos hemos visto en los últimos días, por ejemplo en la ciudad de Jaén la plataforma “Jaén Merece Más” a propósito del Plan Colce, la gota que ha hecho rebosar el vaso de la indignación de una capital desde siempre abandonada a su suerte por las administraciones.

Pero lo del domingo es diferente, porque si bien es cierto que hay municipios que habitualmente reivindican atención, como Jaén y Linares, en este caso la unión hace la fuerza, pero es para alzar la voz de toda una provincia, porque al conjunto de ella afecta lo que los promotores de la marcha a Despeñaperros consideran “ninguneo” sistemático hacia los intereses del territorio. De ahí que el reto impuesto para la jornada dominical no sea otro que meter cientos de vehículos y demostrar el peso que tiene Jaén como entrada natural a Andalucía y hacer una llamada desde la rebeldía cívica instando a las administraciones, sin distinción de siglas, a que dejen de maltratar a esta geografía como vienen haciendo desde hace décadas hasta niveles que se consideran humillantes. Y no hace falta presentar una relación exhaustiva de las razones de nuestro malestar, porque las venimos proclamando un día tras otro y todos los jienenses las conocen. Desde el paro que es el principal problema y que no ha dado señales de mejora en todo el periodo democrático, hasta un deficiente panorama de infraestructuras por ferrocarril y por carretera, con agravios muy significativos al habernos dejado al margen del AVE, tanto Madrid-Sevilla como Madrid-Granada, a pesar de que en el segundo de los casos se ahorraba tiempo pisando suelo jienense.

El encuentro en Despeñaperros representa una ocasión propicia para que las administraciones, tanto la central como la autonómica, porque ambas tienen acumulada una deuda histórica con la provincia, pongan todas las medidas para que Jaén tenga futuro y deje de ser olvidada, marginada y vaciada. Se trata de decir alto y claro para el que lo quiera oír, que queremos que estas tierras que jamás han contado para los gobiernos, lo cual queda muy reflejado en los datos estadísticos con los que se pueden medir nuestros niveles de desarrollo económico y social, tengan derecho a inversiones para generar riqueza y empleo, infraestructuras, vida en definitiva, para que los pueblos y las ciudades no sigan con la preocupante pérdida de población y especialmente nuestros jóvenes no se vean obligados a salir, que es lo que tristemente está pasando, porque en su tierra se les niega el futuro y la esperanza.

En las últimas semanas Jaén y la provincia han tenido protagonismo en los medios de comunicación nacionales y han salido a relucir algunos de los problemas enumerados y otros más, pero básicamente el mal que padecemos es la consecuencia de que todos los gobiernos en Madrid y en Sevilla nos han dado la espalda, hay reproches que hacerle a todos y de todos los colores, y hasta ahora no parece que se le haya perdido el miedo a no sé qué, porque cuesta entenderlo a estas alturas del siglo XXI. Nos estamos desperezando y tras dejar el victimismo y el derrotismo, lo vamos sustituyendo por el valor del protagonismo activo y la acción. Últimamente los mensajes y la fortaleza de la sociedad civil van calando, como agua fina, la mayoría de las veces en expresiones de apoyo, y otras, claro está, en críticas interesadas, porque los hay muy pegados al inmovilismo, pero no solo entre nuestros vecinos, también en los propios poderes.

Hemos escuchado en estos días el pronunciamiento de políticos jienenses a los que han requerido los medios de comunicación de difusión nacional. Por ejemplo, el presidente de la Diputación provincial y líder del PSOE jienense, que aun reconociendo que es razonable la reacción de la ciudadanía con sus protestas, porque Jaén se ha quedado descolgada, ha aprovechado para destacar que esta es una provincia de oportunidades y que también se han producido logros importantes, citando, por ejemplo, el papel de iniciativas industriales, como el plástico, que han ganado terreno al monocultivo del olivar. Es natural que los responsables públicos contrapongan argumentos, de la misma forma que debe entenderse que en las reivindicaciones de las plataformas se señalen los déficits, estaría bueno que durante tantos años no se hubieran producido logros, algunos importantes como la propia Universidad. Y por supuesto, tenemos una provincia maravillosa con grandes potencialidades, que lucirían más si todos los proyectos que están en lista de espera salieran a flote, de ahí el clamor general, porque el reto que tiene Jaén no es otro que converger con el resto de Andalucía y España y demandar a los poderes públicos que no haya una España de dos o tres velocidades, que se repartan infraestructuras y no sean siempre para los mismos, en definitiva para que exista un justo equilibrio territorial, social y económico, como demandan las propias plataformas convocantes de la caravana del domingo.

Se ha dicho de la marcha “Jaén cierra Andalucía” que se celebra en domingo, con cierre perimetral en Andalucía y sometida a las normas emanadas de la Subdelegación del Gobierno, que puede ser un quiero y no puedo. Para mí tan importante como hacer mucho ruido en Despeñaperros y llamar la atención de toda España y de sus gobernantes con el clamor, es la conciencia social a la que me refería al principio, salir en defensa de nuestra identidad y contra los desaires históricos que nos enervan. Creo que la inmensa mayoría de los que estaremos fijo el domingo en la caravana, tenemos claro que este Jaén nuestro o espabila o lastra por completo su futuro para siempre. Esta batalla la tenemos que ganar, y saldremos para ello las veces que sea necesario con esta marea invencible, porque solo el pueblo puede salvar al pueblo. Yo estaré en Despeñaperros, tengo serias razones que resumo en un sentimiento, porque amo a mi tierra y quiero lo mejor para ella. ¿Y tú?    

Foto: Mapa de la provincia de Jaén que simboliza la unión de todo un territorio en la defensa de un futuro común de progreso y desarrollo.

 

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