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40 AÑOS DESPUÉS. Ahora que nuestra Universidad acaba de cumplir 25 años y estamos en plena conmemoración igualmente de los 40 años de democracia española, repasando en mis archivos, donde guardo infinidad de temas relacionados con nuestro Jaén, he encontrado noticias de la “Campaña pro Universidad” que entonces desarrollaba el Seminario de Estudios Universitarios, creado en el seno del Instituto de Estudios Jienenses, en el año 1969. Fue la Diputación Provincial, que desde el principio ha estado cerca de la realidad universitaria, desde entonces hasta hoy, la que en el año 1970 habilitó los fondos necesarios para la creación del Colegio Universitario “Santo Reino”, solicitado por el Seminario antes citado del IEJ y concedido finalmente por el Ministerio de Educación y Ciencia en octubre de 1971, si bien hasta 1975 no fue adscrito a la Universidad de Granada, de la que dependía Jaén a efectos universitarios.

Volviendo a 1978, el entonces rector de la Universidad de Granada, Antonio Gallego Morell, que fue toda una personalidad en su tiempo y por cierto contribuyó a la creación de la Universidad de Verano de Baeza en el año 1979, fue invitado a dar una conferencia y en vez de animar a los jienenses, vino a echar un jarro de agua fría. “Luchar por el establecimiento de una universidad de Jaén es pura utopía”, dijo de manera tajante a principios de mayo de 1978, precisamente cuando ya se estaban movilizando algunos sectores para conseguir mejoras universitarias e incluso, con el tiempo, la recuperación para Jaén de la Universidad. No hay que olvidar que la Universidad de Jaén remonta sus antecedentes a la Edad Moderna con la Universidad de Baeza, pero la ciudad de Jaén también la tuvo en un breve periodo de tiempo, a lo largo del siglo XVII, en que el Estudio General de Santa Catalina se transformó en Universidad Pontificia, pero esta es otra historia.

En la conferencia del profesor Gallego Morell en Jaén, según tengo recogido en una crónica firmada en el diario “El País”, del que era corresponsal, algunas personas abandonaron el aula donde intervenía, por la severidad con la que daba respuesta a las aspiraciones legítimas de organismos oficiales y padres de alumnos. El rector vino a decir que la universidad no se improvisa en cuatro días y que no estaba de acuerdo en que las universidades se hicieran con fines políticos del partido que manda. Es más, por si no era bastante con lo ya dicho, subrayó que los colegios universitarios fueron creados “con extraordinaria precipitación y una política irresponsable lanzada desde Madrid”. El rector granadino hablaba de “La Universidad de hoy” y con esta visión que mantuvo lo que hizo fue aumentar la inquietud, por entender que Jaén quería y merecía una Universidad y que esta demanda no encontraría apoyo en la Universidad de Granada.

En resumen, lo que quiero decir es que antes de la creación de la Universidad de Jaén en el año 1993, tras el acuerdo del Parlamento de Andalucía y la decisión política previa de la Junta y del consejero Antonio Pascual, hubo durante más de dos décadas un movimiento que continuamente desarrolló campañas. Y luego hubo quienes a título individual pusieron un empeño especial, como fue el caso del empresario y profesor Blas Quesada Martínez, quien en su trayectoria política, en la que el único hilo conductor era su amor por Jaén, la creación de la Universidad fue su principal compromiso. Personas como él merecen estar en el recuerdo por el empeño y la pasión que pusieron en favor de la capital y la provincia.

Hoy miramos con la perspectiva de los años todo este proceso hasta llegar a la gran conquista, y nos damos cuenta de que finalmente fue posible por una decisión valiente y a pesar de todos los obstáculos que siempre han existido, porque a ciertos sectores, plenamente identificados, jamás le ha interesado la extensión de la Universidad, para que así pudieran acceder a ella pudientes y poderosos. Por fortuna para Jaén no se cumplió el negro pronóstico del profesor Gallego Morell, y hoy 40 años después, tenemos el orgullo de proclamarlo a los cuatro vientos. Por cierto, en el nuevo horizonte político que estamos construyendo ¿encajaría ahora la creación de la Universidad de Jaén y las que le acompañaron en el año 1993?   

UN AÑO DE MUSEO, SIN MUSEO. No sé si recuerdan que mañana se cumple un año de la inauguración oficial del Museo de Arte Íbero, una ocasión en que la Junta de Andalucía quiso tirar la casa por la ventana, y bien que lo merecía tras una espera de más de veinte años, hasta el punto de que Susana Díaz consiguió la presencia del Rey Felipe VI en el acto montado por todo lo alto. La Consejería de Cultura quiso hacer del momento una fiesta, un baño de masas para tratar de convencernos de su continua atención al territorio. La ciudad le siguió el juego y allí estaba el todo Jaén. Hay una verdad incontestable, objetiva, y es que la espera ha merecido la pena en el sentido de que se ha creado en la ciudad un espacio museístico de una gran categoría, asimilable a los mejores que puedan existir, bien es cierto que en varios años el único logro que el gobierno andaluz puede exhibir en la capital es este Museo y el Centro de Salud de Expansión Norte, dos obras que han exasperado a los jienenses por la larguísima espera. Y en el caso del Museo Íbero, tan bonito, tan especial, tan singular, porque lo es, con el añadido de que abría sus puertas con una exposición temporal y que para poder disfrutar de su exposición permanente hay que esperar, según se dice, hasta el año 2021, en el mejor de los casos. En fin, una mentira, tal vez piadosa, que nos tragamos los jienenses con tal de recibir la nueva infraestructura cultural. En su descargo hay que decir que al menos no se ha cerrado tras la muestra temporal inaugural y que el Museo Íbero está teniendo vida de forma continua y es el escenario de muchas actividades relacionadas con la cultura que tienen lugar en Jaén. Incluso ha servido a los candidatos socialistas al Parlamento andaluz para hacerse la foto oficial de campaña, por lo que representa de novedad y espero que de icono para el futuro, porque ahí va a estar lo mejor del arte íbero que atesora la provincia. Por lo pronto, y a la espera de su finalidad última, esto es lo que hemos ganado, un enorme espacio para la cultura.

EL PP Y LA BATALLA DE JAÉN. Se ha dicho prácticamente todo o casi todo sobre los resultados electorales del pasado 2 de diciembre en la provincia de Jaén. También los referidos a la capital. No me sorprende que los buenos analistas políticos que tenemos en los diferentes medios hayan puesto su mirada en el cruce de declaraciones en torno a los resultados del PP en la ciudad. El presidente provincial del PP, Juan Diego Requena, se ha fijado en la bajada de unos cuantos miles de votos, pero lo hace de manera que parece alegrarse, como si él no fuera el principal responsable del partido en la provincia, o así lo es oficialmente al menos, y estuviera enviando algún mensaje cifrado. En primer lugar y lo digo para todas las opciones, estos han sido unos comicios bastante singulares en los que ha coincidido el hambre con las ganas de comer. Nada hace indicar que cuando lleguen las elecciones municipales tenga que repetirse el mismo o similar escenario, esa cita de mayo es en gran medida la hora de las personas, se les valora a ellas en un alto porcentaje y con los meses que aún faltan el panorama está muy abierto y entre medias habrá novedades políticas en Andalucía y en España que pueden ejercer su influencia. Parece que esta crítica tan evidente del jefe de los populares está cargada de intención porque de la noche a la mañana está en entredicho su liderazgo y ha subido como la espuma el de Javier Márquez, actual alcalde, candidato a la Alcaldía y cualquiera sabe si candidato también a la presidencia del PP, si así lo considera su ya amigo Pablo Casado. El caso es que Márquez está eufórico porque entiende que a Jaén le esperan tiempos mejores, en tanto que Requena trata de debilitarlo en base a las cifras. Esta guerra me parece a mí que es muy personal y no deja muy bien al actual presidente.

HOMENAJE A FERNÁNDEZ DE MOYA. ¿El homenaje que se organiza a José Enrique Fernández de Moya y que se ha fijado para el próximo día 15? Con independencia de la situación judicial en la que se encuentra el exalcalde y exsecretario de Estado, pendiente del Juzgado y de una complicada papeleta, no seré yo quien anime a sus detractores y adversarios, dentro y fuera del PP. Es más, entiendo que haya quienes quieran, en esta situación tan delicada, y con la llegada de un nuevo tiempo político, mostrarle su apoyo y consideración. En la parte puramente humana, menos que política, aunque vayan juntas, no puede olvidarse que Fernández de Moya ha ayudado a mucha gente, ha habido personajes a los que prácticamente ha elevado a los altares o simplemente les ha dado espacio en la vida política, y es normal que quieran rendirle tributo de amistad y agradecimiento. No hay nada mal en ello y por eso los que vayan como los que decidan no hacerlo han de actuar con total normalidad y transparencia. Tanto durante sus años al frente del partido como a su paso por el Ayuntamiento y en otras responsabilidades, hay quienes tienen mucho que agradecerle, como todas las personas tiene detractores pero igualmente hay gente que le reconoce y le aprecia, hay de todo en la viña del Señor. Es verdad que también dejó a mucha gente en el camino y son sus críticos más severos, pero una cosa no quita la otra, no le voy a hacer a Fernández de Moya, con sus virtudes y sus defectos, una enmienda a la totalidad. Dejémosle que siga teniendo sus aspiraciones políticas, que dedique su empeño a su profesión real que es la de profesor universitario, y no le juzguemos antes de que lo haga un tribunal, al contrario respetemos la presunción de inocencia y que sea lo que tenga que ser. He criticado a José Enrique Fernández de Moya cuando lo he estimado oportuno, con especial severidad su gestión al frente de la Alcaldía que tampoco dejó indiferentes a los jienenses en una etapa especialmente convulsa, pero ni con él ni con nadie he tratado nunca de tirarme a la yugular. Es más, siempre le desearé lo mejor, porque con aciertos y errores, durante años trató de hacer cosas por su Jaén, no es este el momento de hacer ningún balance, pero sí de reconocer que lo que hizo bien ahí quedó. Espero que disfrute de ese homenaje, sencillamente es lo que pienso, aunque frustre a algunos que podrían esperar una crónica despiadada sobre el personaje. Jamás me alegraré de la adversidad de nadie, especialmente si es de mi tierra y durante muchos años mantuvimos una relación de sincero aprecio, con independencia de nuestras respectivas posiciones, él político y yo periodista.

PUENTE DE LUJO. Y qué alegría ha sido ver la ciudad tan animada durante todo el fin de semana, con la llegada de visitantes y disfrutando del ambiente que se vive sobre todo en las calles del centro. Ya sé que ha faltado iluminación en algunas zonas y que ha habido barrios en los que los propios vecinos se han puesto manos a la obra para adornar sus calles, pero estas incidencias no pueden ser obstáculo para dejar de reconocer que Jaén está bonito y que pasear es un placer en estos días previos a las fiestas navideñas. La verdad es que el puente ha sido de lujo para la provincia, en especial para las ciudades Patrimonio de la Humanidad de Úbeda y Baeza, pero la capital jienense no le ha ido a la zaga y pensamos en lo que podría ser si un día la Catedral y su entorno obtuvieran la declaración de la Unesco. Se multiplicaría el reclamo hacia la ciudad. Por cierto que saludamos el acierto de la asociación Iuventa, con el patrocinio de la Diputación, para enseñar la seo a los jienenses a través de rutas nocturnas por los espacios únicos del templo, dentro del programa “Embajadores de Jaén”, con visita guiada a cargo de Cláritas Turismo. Es un lujazo conocer bien el monumento renacentista, y esta experiencia debe repetirse para que muchos jienenses tengan la posibilidad de sumarse a ella. Por último destacar que Jaén ha sido escenario del Congreso de Festivales de Folclore, una cita que se clausuraba con la actuación de la Asociación Provincial de Coros y Danzas “Lola Torres”, que es desde hace tantos años el principal garante para que no se pierdan tradiciones, costumbres, folclore, en definitiva rasgos distintivos de la cultura de nuestro Jaén.

Foto: Edificio de la antigua y emblemática Escuela de Peritos, en lo que hoy es El Corte Inglés de Jaén. 

 

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