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No nos ha cogido de sorpresa, como habían anunciado tanto el presidente de la Junta como el consejero de Salud y Familias, se han decidido hoy restricciones con motivo de la pandemia tanto en la capital como en algunas poblaciones. Y a la vista de como está la situación, lo que se está viendo en el caso de la capital, mi opinión personal es que se quedan cortos. De todas maneras en este momento crucial por el que atravesamos el freno al dichoso coronavirus no depende tanto de las medidas más o menos populares que adopten las autoridades, sino más bien de la conducta individual de cada uno, ampliable al ámbito familiar, de trabajo, etc. Si el panorama no mejora, y tengo serias dudas de que así ocurra, en pocas semanas estaremos en peor coyuntura. Ya nos han advertido por activa y por pasiva que nos preparemos para una Navidad diferente y para un invierno crudo y duro.

Pues eso, el escenario que tenemos en la ciudad de Jaén pinta muy mal. Estamos a la espera de conocer los resultados del cribado que se ha hecho a centenares de jienenses, pero me cuentan que han salido muchos positivos en los test de antigénicos y que en el día a día la cifra de contagiados se va elevando, hoy han sido 126 los que ha dado a conocer la Consejería de Salud, y se están viendo afectados centros importantes como la Universidad, y por supuesto el ámbito sanitario. Si hablamos de fallecimientos en pocos días en la provincia se ha dado un avance espectacular y en la capital en una semana aproximadamente hemos perdido a alrededor de veinte personas. Cuesta asumir. Y lo ocurrido en la Residencia Caridad y Consolación ha causado pena y consternación en la ciudad por la tragedia que ha supuesto.

Basta con dejar constancia de los datos a día de hoy, con cinco fallecidos más, tres de ellos en la capital, y el número de hospitalizados, que es 157 y 19 en la UCI, para darnos una idea aproximada de la presión hospitalaria que existe y, en general, en todo el ámbito sanitario, totalmente desbordado por los efectos del coronavirus, con Salud Responde y todos los servicios saturados, el personal no puede abarcar la magnitud de este gravísimo problema al que hay que hacer frente.

Mención aparte hay que hacer a los profesionales de la sanidad, que desde el mes de marzo, en que se inició este triste proceso, están dando la cara con una heroicidad ejemplar. Es curioso, sin embargo, que el Colegio Oficial de Médicos acabe de denunciar el serio repunte en la agresión a profesionales, a causa del aumento de los contagios. La presión recae sobre el personal, que lo único que hacer es esforzarse por encima de sus posibilidades. La que consideran “crispación social” por la frustración de los pacientes ante lo que está sucediendo, ha hecho que el colectivo profesional al expresar su preocupación anuncie tolerancia 0.

Parece mentira que hayan cambiado tanto las cosas para que hace unos meses los ciudadanos salieran cada día a la calle para aplaudir a sus médicos y enfermeras/os, y lo hicieran con tanto cariño, y ahora, tal vez porque el ambiente se ha crispado por la duración de la COVID-19 y en algunos casos sus efectos demoledores, que se han perdido las formas y quienes no tienen culpa alguna asuman una responsabilidad que es de otras instancias. Creo que debemos recuperar la cordura y poner a cada cual en su sitio. Los médicos, como las enfermeras y enfermeros y el resto del personal sanitario, auxiliares, celadores, etcétera, son precisamente los que están ayudando a salvar situaciones de mucha angustia que se están produciendo a diario en los hospitales y en la atención primaria. ¿Qué fue del espíritu de las ocho de la tarde, dónde ha quedado la bondad de tantos días de apoyo y solidaridad?

El Colegio de Enfermería también ha tenido que manifestarse públicamente para dejar constancia de que sus profesionales se encuentran desbordados, frustrados y cansados por lo que se está viviendo. El presidente del colectivo, José Francisco Lendínez, ha denunciado que Jaén es la provincia en la que se cuenta con menos personal de Enfermería de toda Andalucía, a pesar de tener una gran incidencia en casos de coronavirus y una población más numerosa que otras provincias andaluzas. No es extraño, afirma asimismo, que decidan marcharse a comunidades donde hay menor carga asistencial, mejores sueldos, más contratos y una estabilidad laboral que en Jaén no existe

Pero el resumen de lo que está pasando estos días en la sanidad jienense se puede concretar en la frase contundente del Colegio de Enfermería en el sentido de que “la presión asistencial en Jaén es un infierno” y el problema no es solo el coronavirus, que por supuesto es ahora el que ocupa y preocupa, sino que lo que se pone en evidencia es la falta de personal y la precariedad. Este es el estado de la cuestión. Preocupante, ya lo creo que sí.

Foto: ¿Qué ha quedado del espíritu de las ocho de la tarde y el apoyo a los profesionales sanitarios?

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