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Es lo que tiene cualquier asunto que se enquista, que al final llegan las deserciones, si no hay unión se corre el peligro de su ruptura. Es, entre otras muchas cosas, lo que ha sucedido en la ciudad de Jaén con la estruendosa frustración del Plan Colce, que nos habíamos ilusionado tanto, unos más que otros, parecía un sueño tan a la medida de la necesidad urgente de un revulsivo para esta capital, que no estábamos dispuestos a recibir una negativa. Y si hubiera sido por un procedimiento normal, con una comunicación como Dios manda, como hay que actuar con el respeto que se debe a los esfuerzos realizados por cada una de las candidaturas, hace tiempo que hubiéramos encajado la terrible adversidad, y a otra cosa. Pero tal como se han desarrollado los acontecimientos, es lógico que sintamos indignación, más todavía cuando hay quien quiere seguir haciendo lo blanco negro, como la señora Carmen Calvo, que ante las evidencias que se le han mostrado no tiene más argumento que salirse por los Cerros de Úbeda, declarando que la decisión fue “rigurosa”. Pero es la última vez que hablo de esta señora, a la que nadie ha tenido el valor suficiente de declararla “persona non grata”.

No me voy a referir a las declaraciones que están haciendo las autoridades de Córdoba, porque me parece que, aunque utilicen argumentos molestos y equívocos, actúan como seguramente lo hubiéramos hecho cualquiera, barrer para casa. En todo este embrollo lo verdaderamente rechazable es la falta de respeto a Jaén al no trasladársele ninguna comunicación oficial, ni respuesta a los requerimientos enviados al Gobierno y al Ministerio de Defensa. A los grupos políticos del gobierno municipal le han llegado reproches, y muchos, y no sé de qué manera se han defendido ante ellos, pero al aparecer juntos en una comparecencia a mi juicio prescindible, porque denotaba, lo fuera o no, rendición, lejos de transmitir certidumbre, seguridad y firmeza, como seguramente deseaba mucha gente, y me incluyo, sembraron dudas, vacilaciones, temor. El alcalde defendía y defiende el posicionamiento de transitar por la vía del diálogo y la de la política, pero obviando que la instancia política no ha tenido con la ciudad de Jaén el menor gesto de consideración, más allá de aquellas palabras de Margarita Robles, en los medios de comunicación, nunca directamente a quienes demandaban su respuesta, señalando que la candidatura de Jaén era excelente. Y la portavoz de Ciudadanos, manteniendo el criterio de la vía judicial, por ella iniciada, sin dejar las otras, pero, en aras de aparecer como un matrimonio bien avenido, modulando el mensaje, no ha dicho lo mismo sola que acompañada por el primer edil.

Desprecio de los gobiernos a Jaén. Siempre fue así a lo largo de la historia de esta capital, ¿o creen que estar donde estamos no ha sido a consecuencia de una sempiterna resignación?, la política impone sus reglas, manda en las personas, por mucho malestar que les causen las consignas de los poderosos. Solo que en esta ocasión los responsables del equipo de gobierno representaban a Jaén, una ciudad que conoce como pocas el olvido y la indiferencia, y seguramente no había mejor ocasión que esta para plantarse. Nunca ha sido así, en algún momento creí que el panorama iba a cambiar, que esta situación era diferente, la gota que colmaba el vaso. Pero, ingenuo de mí, me equivoqué, hay unas líneas rojas que nadie ha pasado en Jaén desde los Reyes Católicos hasta el día de hoy. Jaén es Jaén, que no se nos olvide.

Hay algo en lo que sí estoy totalmente de acuerdo, supongo que como la inmensa mayoría de los jienenses. Queremos saber la verdad de lo sucedido, al menos la verdad que nos puedan contar, porque esa es otra, ya ha habido tiempo suficiente, más de veinte días, para fabricarse una verdad a la medida, así que no me merece excesiva confianza, pero tenemos la necesidad de conocer todos los detalles, incluido el de si no hemos pecado de euforia, aunque con el eximente de la sana ambición, porque nos hayan regalado los oídos, cuando lo único que vale en el mundo oficial son los boletines oficiales y los documentos firmados y sellados por las autoridades competentes, y, nunca debería ser el dedazo de una mandamás. En esta idea de conocer lo que en realidad ha pasado, aunque tengo dudas razonables que ya sea posible darnos la debida satisfacción, incluso en el recurso de la vía judicial, insisto, porque han pasado demasiados días y todos los supuestos tendrán respuesta.

Me alegra que se restituya el “todos a una”, como ha ocurrido hoy en el pleno extraordinario, en el que se han dicho a la cara todos los “piropos” que se han enviado a través de los medios de comunicación en los últimos días, mejor, las cosas a la cara. Si bien creo que todos los jienenses tenemos el deber de apoyar hasta el minuto final, también adelanto que no toda la confianza hay que invertirla en la petición a Madrid de pruebas irrefutables de su comportamiento. Como la alternativa es el diálogo y la vía política, no nos queda otra que llamar a la puerta de quien jamás ha dialogado, y quien jamás ha utilizado la lealtad institucional para sacar a Jaén del pozo en el que se encuentra, no espero que ahora venga a salvarnos, aunque en este caso desearía equivocarme.

Lo que quiero decir es que hemos de estar concienciados y con el Plan B en marcha. En este sentido la verdad es que casi toda la confianza parece que hay que depositarla en la sociedad civil, porque la política nos ha dado sobradas razones para esperar muy poco de ella. Por fortuna, ahora va a hacer cuatro años que nació la Plataforma Ciudadana “Jaén Merece Más”, que es la que, una vez más, ha dado la cara en defensa de la ciudad tras la frustración por la base logística del Ejército. Promovió una manifestación con una respuesta masiva y clamorosa, ha organizado caceroladas y para este próximo fin de semana también invita a exhibir las banderas, y además convoca la caravana a Despeñaperros para el 7 de marzo, que como la cita del 14 de febrero, debería ser ejemplar. Hay que estar y de una manera enérgica, contundente, porque es la única manera de que a Jaén se le tenga en cuenta, si no nos llega el Colce, que lamentablemente cuento con ello porque de producirse la reversión del acuerdo tendrían que asumirse responsabilidades, salvo que el pronunciamiento sea judicial, y no está en mi ánimo soñar despierto, lo que hay que aprovechar es la musculatura de la sociedad civil organizada, en nuestro caso “Jaén Merece Más” y en el conjunto de la provincia, las plataformas constituidas, para reivindicar y exigir para Jaén el trato justo y el pago de la deuda histórica que la Administración central ha acumulado con este territorio. Es el momento de no pararse, lo que no consigue la política, unas veces por servilismo y otras porque no se saben defender nuestras causas pendientes, puede lograrlo este movimiento asociativo fuerte, más aún si llegado el momento, y para demostrar que se está con Jaén hasta el límite, se opta por transformar este gran activo en una agrupación de electores y concurrir a las elecciones, como último recurso para que Jaén deje de ser la eterna cenicienta.

Dicho todo lo anterior con respecto a la Administración central, con la que tenemos en este momento el contencioso, aunque también se requiere información de la Junta de Andalucía, más que nada para que sepamos qué hay que agradecer y qué reprochar a cada institución. Precisamente estamos ante el Día de Andalucía y es un buen momento para reflexionar acerca de los agravios que se han producido en la comunidad en casi 40 años, en los que Jaén ha salido seriamente perjudicada. El consejero de Hacienda, Juan Bravo, que ha presidido en Jaén el acto de la entrega de las banderas a personas y colectivos que se han hecho acreedores a ellas, nos ha invitado a tomar otras direcciones, salvado el Plan Colce, y anima a trabajar entre todos en un mejor futuro para Jaén. Tanto él como el propio presidente Moreno Bonilla, han reconocido estos días que Jaén necesita y demanda atención, “hacemos lo que podemos”, ha dicho Bravo, pero no todos están en ese discurso. La consejera de Fomento, Marifrán Carazo, defiende que la Junta, en estos dos años, “ha hecho una inversión histórica en Jaén” y según ella jamás se había invertido tanto en materia de carreteras en la provincia. Ya sabemos que los políticos son propensos a la exageración, de modo que a esta señora le invitaría a informarse, por ejemplo, de la inversión por kilómetro en Andalucía y en Jaén, en el año 2020, para que descienda un poco a la realidad y no venda humo con ese descaro.

El Plan B al que me refiero, tiene que significar la búsqueda de iniciativas hasta debajo de las piedras, lo mismo que se olió el Colce, y hay que ponerlo en el «haber» de María Cantos y su equipo, hay que hacerlo con otros proyectos y recabar fondos europeos, que en este momento son tan apetecibles para invertir en futuro. Está claro que en este proyecto del Plan Colce, en el que Jaén ha jugado fuerte a la espera del premio gordo de la lotería, ha habido aciertos y errores, lo mejor de todo, haber sido la primera vez en mucho tiempo que desde la instancia municipal se ha conseguido respaldo y unidad social y política. Sé que Jaén se mueve mucho por impulsos y que si este tren pasa puede cundir el desánimo. No debemos permitirlo, porque una sociedad civil fuerte, creíble, con ‘Jaén Merece Más’ a la cabeza, y que ha demostrado no rendirse en cuatro años de continua alerta, para no abandonar a Jaén a su suerte, es una garantía para seguir rebelándose y de impedir que ningún gobierno se atreva a ningunearnos. ‘Jaén Merece Más’ nos ha hecho espabilar, el sueño nos ha durado mucho tiempo y como bien sabe esta plataforma ciudadana, ya no hay tiempo que perder.

Foto: Una imagen de la manifestación caranava promovida por «Jaén Merece Más» el pasado 14 de febrero.

       

   

 

 

 

 

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