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En su visita de la semana pasada a Jaén, con parada en Úbeda para disfrutar de su feria de San Miguel, el presidente de los populares andaluces, Juanma Moreno, seguramente con buena intención, porque los políticos con alguna responsabilidad supongo que tratan de quedar bien con mensajes en positivo para el territorio en el que se hacen presentes, soltó un compromiso de los que hacen época. Es lo que tiene no prepararse los viajes y dejar el discurso a merced de la improvisación. Frase salida de los labios del líder andaluz del PP, refiriéndose a lo que a su juicio necesita nuestra provincia: “Un Plan que yo he denominado el Plan Jaén”. Un derroche de originalidad. Moreno ha escuchado en el Parlamento y en multitud de foros que la situación de Jaén precisa del apoyo de todos los gobiernos y de un esfuerzo extraordinario de inversiones, el caso es que a la hora de buscar un remedio mágico para esta tierra, ha tenido la misma ocurrencia que un señor llamado Francisco Franco, el ‘Plan Jaén’ de infausto recuerdo.

Podría haber encontrado otra denominación, pero, qué casualidad, ha sido la misma que propuso quien una vez confesó que Jaén le quitaba el sueño. Y la cosa es que Juanma Moreno sí acertaba en el diagnóstico, esto se le había quedado claro, la nuestra es una de las provincias más deprimidas económicamente y de la que más personas están saliendo de nuestros pueblos. En lo que únicamente le traicionó el subconsciente fue en el nombre del remedio milagroso, porque decir aquí ‘Plan Jaén’ es prácticamente una ofensa, porque trajo más pena que gloria, en el sentido de que fue mucho ruido y pocas nueces, y porque se quedó en muchos aspectos en una simple declaración de intenciones. Los socialistas llamaron a sus iniciativas primero Plan Siglo XXI y después Plan Activa (del que el PSOE se jacta de que dejó inversiones en la provincia por valor nada menos que de 1.700 millones de euros, hasta que fue paralizado por el ejecutivo de Rajoy), otros se han decantado por plan de choque, pero la historia de esta tierra está muy ligada al insomnio de una clase política que siempre encuentra la misma salida, un plan. No justicia, no discriminación positiva, sino plan. Moreno podía haber reclamado esa atención preferente a Rajoy, que presidía el gobierno de la nación hasta hace bien poco, pero al parecer se ha dado cuenta tarde. Los políticos, todos y de todos los colores, acaban por reconocer la evidencia, que es tanto como decir su propia derrota, porque la realidad tozuda de todos los indicadores no admite discusión y constituye una bofetada para quienes pretenden hacernos comulgar con ruedas de molino.

Ya lo creo que queremos que se haga justicia con la provincia y aparezca una fórmula que la coloque en el lugar que le corresponde, si bien nos sigue sorprendiendo que haya que seguir recurriendo a la beneficencia política en lugar de haber practicado, y tiempo ha habido más que suficiente para ello, acciones que favorecieran los equilibrios territoriales, lo que ahora llaman cohesión y que nos coloca en posiciones marginales, del furgón de cola, con Soria, con Teruel y no sé si con alguna provincia más de este país antes llamado España y que ciertamente con el estado de las autonomías, que ilusionadamente logramos un día conquistar, ha seguido manteniendo para nuestro mal las mismas desigualdades de siglos atrás.

Todavía recuerdo cuando la entonces vicepresidenta del Gobierno socialista de España, María Teresa Fernández de la Vega, que fue en su momento diputada por esta provincia, anunció a bombo y platillo el bautizado como Plan Siglo XXI, para hacer de Jaén, en su propia expresión, la tierra del oro líquido, el nuevo Dorado del Sur. Otros destacados socialistas eran aún más optimistas, querían para Jaén una nueva Toscana, una tierra de progreso y proyección. Ya nos hubiéramos conformado con que Jaén fuera Jaén, haciendo explotar todas sus potencialidades. Palabras, palabras, palabras…

Aquel ‘Plan Jaén’ por el que ahora clama Juanma Moreno, seguramente por falta precisa de información, nacía al tiempo que llegaba a las pantallas españolas la popular película de Berlanga “Bienvenido Mister Marshall”, en 1953, que era y es todo un tratado de la ilusión que se puede vender a un pueblo cuando está necesitado y es capaz de soñar a cualquier precio, y a costa de la facilidad de seducción de los políticos, que tienen el terreno más abonado para sus conquistas cuando los que esperan son en esencia material humano noble y confiado. Ahora lo que se plantea por algunos de estos políticos que pululan por aquí, es otra especie de bienvenido o bienvenida, dedicados a Pedro Sánchez, Susana Díaz o el propio Moreno si llegara a presidir el gobierno andaluz. Los papeles de los actores de la celebrada película, José Isbert, Lolita Sevilla, Manolo Morán, Alberto Romea, Elvira Quintillá, etc., bien se pueden asignar a políticos de hoy. El pueblo es el mismo, este Jaén nuestro ha cambiado relativamente poco, en lo esencial de su carácter, en estos 65 años. Como el Villar del Río de la película es un pueblo tranquilo, pobre (tan rico) y olvidado, y lo mismo que él muy encerrado en la rutina, siempre a la espera del maná.

La conclusión que nos queda es que en el discurrir imparable de la modernidad de este siglo XXI, los políticos con responsabilidades asumen que está pendiente la deuda de la democracia y de la autonomía con Jaén, por eso aparecen con nuevos anuncios, aunque los jienenses ya no estemos dispuestos a comprarles tan fácilmente su mercancía. Lo común es que se pongan a la defensiva antes de que una contienda electoral malee el clima de una provincia siempre sumisa al poder en exceso, y sea cual sea el poder, antes, ahora, y esperamos por nuestro propio bien que esto no siga siendo así por los siglos de los siglos. No veo a la provincia, en especial por el ilusionado nacimiento de una sociedad civil comprometida, en disposición de seguir soportando fracasos. Por ello mucho mejor desear y esperar con la expectación de los militantes escépticos que la osadía política no pase, una vez más, por la necesidad imperiosa de aplacar el granero de los votos, y si te vi no me acuerdo.

Precisamente la presidenta de la Junta de Andalucía acaba de convocar elecciones autonómicas para el próximo 2 de diciembre. Ha explicado Susana Díaz los motivos que le han llevado a adoptar esta decisión que estaba cantada, todos sabemos que esta legislatura ya se había acabado por diferentes causas, una de ellas el desenganche de Ciudadanos, por razones de oportunidad electoral. Lo que no ha dicho la señora Díaz es que además de que los comicios tengan un acento exclusivamente andaluz, que se consiga una aconsejable estabilidad política y que no se prolongue la campaña, en la que de facto ya estamos, hay un argumento de interés partidista y es no hacer coincidir unas elecciones andaluzas con la sentencia por el caso ERE que se conocerá, según estimaciones, antes del verano de 2019. Los partidos en la provincia tienen que ponerse con toda celeridad a confeccionar sus listas, si bien algunos ya tienen anunciadas sus cabeceras. En fin, cada convocatoria de elecciones si se quiere ver la parte positiva, puede ser una oportunidad. Jaén debe estar ávida de conocer los programas con los que tratarán de sorprendernos las distintas formaciones. Será momento de conocer si hay alguna apuesta o seguimos con más de lo mismo.

(Un resumen de este comentario ha sido emitido hoy, lunes, en el espacio La Colmena, de Radio Jaén)

Foto: Juanma Moreno, presidente del PP andaluz.

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