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Sin duda el protagonista involuntario de la jornada ha sido el exalcalde de Jaén y actual Secretario de Estado de Hacienda, José Enrique Fernández de Moya, que no ha debido pasar una buena jornada a consecuencia de la difusión de la noticia de que figura como investigado en una causa que instruye el Juzgado número 2 de Jaén y por la que deberá declarar el día 5 de junio próximo. Si el personaje hubiera tenido proyección local hubiera trascendido menos, pero al darse la circunstancia de que el político jienense es nada menos que el número 2 del Ministerio de Hacienda y Función Pública, el hombre de confianza del también paisano Cristóbal Montoro, la noticia se ha colado en todos los noticiarios y forma parte de los referentes informativos del día. Precisamente cuando se inicia un importante acontecimiento deportivo con el que queremos que la capital jienense gane en imagen pública, y estamos buscando promoción, hoy la hemos tenido y además nos ha salido gratis.

Hace varios meses, a finales del pasado año, el grupo socialista presentó una querella en la que se denunciaba la existencia de pagos “inflados” a la empresa MatinsReg, a la que supuestamente se le había adjudicado a dedo el servicio de las fuentes ornamentales de la ciudad cuando Fernández de Moya era alcalde, estamos hablando de 2012. Según el juez que instruye el caso los hechos que se investigan podían constituir delitos de prevaricación administrativa continuada, falsedad en documento mercantil, cohecho y tráfico de influencias. Junto al exalcalde serán llamados a declarar la teniente de alcalde, Rosa Cárdenas, y varias personas más, entre ellas un técnico municipal y un representante de la empresa afectada.  El auto del Juzgado apunta, asimismo, que el entonces alcalde “vino ordenando personalmente los pagos a realizar a dicha empresa en contra de los informes y reparos de legalidad que hacía recaer constantemente el interventor del Ayuntamiento”. No obstante lo anterior hay que recordar que en su día la Fiscalía archivó una denuncia en el mismo sentido dirigida contra Fernández de Moya. Este ha sido uno de los argumentos de la defensa que hoy ha hecho el exalcalde tras lo que ha señalado que su patrimonio es su honestidad y su integridad personal “y no la va a destruir nadie”, ha añadido.

En su día fue noticia el controvertido “caso de las fuentes”, y lo que en su momento se comentó y el PSOE trató de demostrar, es que el Ayuntamiento de Jaén pagó a la empresa MatinsReg, elegida directamente, sin ningún otro trámite, importantes cantidades por un producto de limpieza, en concreto el Consistorio compraba algicida, para el saneamiento y conservación del agua, a 69 euros el litro cuando su precio de mercado podía rondar los tres euros. Es decir, presuntamente la ciudad estaba pagando cloro a precio de oro. Se han difundido en todo este tiempo algunas informaciones relacionando al propio Fernández de Moya con el exalcalde de la localidad zamorana de Toro donde está radicada la empresa MatinsReg, ya que ambos coincidieron en escaños del Senado.

Durante toda la mañana ha habido una cascada de declaraciones que no han hecho más que proyectar la noticia, que ha llegado hasta el último rincón del país, y por lo pronto hay que mantener la prudencia porque lo que pide el juez es que Fernández de Moya preste declaración, eso sí, en calidad de investigado, pero aún es pronto para saber si se le imputan responsabilidades, es decir, delitos, o si ocurre como en 2014 cuando la causa fue archivada. Pero no cabe duda de que los hechos denunciados ante el juez son llamativos y algunos de los extremos que se contienen en el auto pueden ser considerados como graves y lesivos para los intereses de la ciudad. 

Lo mismo que los socialistas en Madrid han pedido a Montoro que ‘fulmine’ a Fernández de Moya, en Jaén, el secretario provincial Francisco Reyes ha sido más prudente y ha expresado su respeto a la última palabra de la Justicia. Ciudadanos por su parte ha pedido que Fernández de Moya pase por el Congreso y dé explicaciones ante la Cámara. El PP, por su parte, como no se esperaba otra cosa, ha salido en tromba apoyándole. Desde el ámbito andaluz, mostrando “confianza plena” en su proceder como alcalde, hasta el PP jienense que le ha brindado todo su apoyo, confía en él y lamenta que se intente “desgastar” su figura.

En resumen podemos decir que de aquellos polvos, estos lodos. La etapa de Fernández de Moya al frente del Ayuntamiento fue muy tensa en la relación con los grupos de la oposición, en especial con el PSOE, donde el regidor se olvidó de que tenía mayoría absoluta y pudo gobernar con cierta tranquilidad y sosiego, y en cambio durante el mandato no hubo otra cosa que un ambiente enrarecido, reproches constantes y mucha crispación. El “caso de las fuentes” fue un momento álgido en las deplorables relaciones municipales y el PSOE puso toda la carne en el asador. Bien es cierto que el asunto no olía bien, a lo mejor mañana el juez encuentra explicaciones lógicas para lo ocurrido, pero había dudas razonables de que no se estaba actuando de forma correcta: una empresa foránea, un precio desorbitado, el interventor haciendo advertencias de legalidad, y pese a todo el primer edil se mantuvo firme en su actitud de mantener a la firma zamorana.

De las consecuencias de este caso depende en buena medida el futuro político de Fernández de Moya, al que una parte de los políticos locales de la bancada socialista le tienen ganas porque no se han olvidado de la dura batalla que se libró en el mandato anterior. De cara a las cada vez más próximas elecciones municipales, si antes hay un pronunciamiento judicial, cualquiera que sea, puede ejercer su influencia, ya que aunque el exalcalde no pinte nada en la esfera local, para muchos, especialmente en el PP, sigue siendo un referente, y en cualquier caso es un mandamás en la sombra. Él ha pedido su derecho a defenderse, que por otra parte es un mandato constitucional. No es momento de señalar con el dedo sino de dejar trabajar al juez. Pero por coherencia con otros casos parecidos hay que formularse la pregunta de si debe dimitir de su cargo Fernández de Moya o el ministro lo debe apartar de su responsabilidad en la situación en que se encuentra. La respuesta corresponde a los códigos éticos de los partidos políticos, que normalmente suelen exigir para los demás lo que no hacen en casa propia.  Lo cierto es que un asunto que pensábamos que estaba cerrado se activa y lo hace estableciendo unas responsabilidades que constituyen una sorpresa mayúscula. Por eso hoy en Jaén no se habla de otra cosa. Todo lo demás está por llegar.

FOTO: José Enrique Fernández de Moya, exalcalde de Jaén y «número dos» de Montoro, protagonista involuntario de la jornada. 

 

 

 

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