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Hoy se ha confirmado una mala noticia para 52 trabajadores de la que fue Onda Jaén RTV y sus familias, porque la Sala Cuarta del Tribunal Supremo ha confirmado el despido al considerar que concurre la causa organizativa alegada por el Ayuntamiento de Jaén para acordar la supresión del medio en el año 2020. La sentencia que se acaba de hacer pública, estima probado que la memoria explicativa aportada por el Ayuntamiento “evidencia la inviabilidad económica del mantenimiento del servicio”. De esta manera se puede resumir la que era hasta el día de hoy la última esperanza, una vez que en su día el TSJA ya se manifestó en el mismo sentido, con lo que el Ayuntamiento, mejor dicho, el entonces equipo de gobierno, formado por PSOE y Ciudadanos, incluidos los concejales hoy no adscritos o de Siempre Jaén, se pusieron de acuerdo para liquidar la televisión local municipal, aprovechando, que no se olvide, un incendio con toda la pinta de haber sido intencionado y del que sospechosamente nunca más se supo, porque este suceso jamás fue aclarado, porque tal vez hubiera dado alguna luz.

Imagino cómo tienen que estar los compañeros, que en el último año me da la impresión de que se encontraban ya abatidos por esta dura experiencia. El equipo de gobierno que llegó al Ayuntamiento tras las elecciones de mayo de 2019 llevaba dos hojas de ruta bien definidas: una era cargarse Onda Jaén y otra sustituir a la empresa de los autobuses urbanos. Dos cuestiones diferenciadas, porque mientras que en el primer caso el medio recibió numerosas adhesiones, en el caso del autobús sí existía un amplio clamor por su mejora tras un largo periodo en el que la empresa no dio respuesta a la exigencia de un servicio moderno y digno a la altura de una ciudad del siglo XXI.  Espero que el alcalde y los concejales que no tuvieron duda en ningún momento en llevar este caso hasta el final, estén en paz con sus conciencias. La vida pública no es para siempre, una decisión que afecta a medio centenar de seres humanos, sí puede serlo.

Por lo que respecta a la sentencia del Tribunal Supremo, por lo que trasciende, como en su día lo fue la del TSJA, me parece endeble, al recurrir como argumento a la inviabilidad económica, pues habrá pocos medios públicos en circunstancias similares, que se puedan jactar de ser rentables. En resumidas cuentas, se vuelve al criterio de la falta de utilidad pública al margen de su deficitario resultado, así como a una indefinida “causa organizativa”. En efecto, era deficitario, como otros servicios municipales, solo que en este caso hubiera bastado un cambio de estrategia e introducir la publicidad como medio de financiación total o al menos parcialmente.

El gobierno municipal de PSOE y Ciudadanos emitió en su día informes, basándose, decía, en datos de audiencia, según los cuales la televisión municipal arrojaba un escaso seguimiento. ¿Por esa razón la mantuvo el PSOE en sus años de gobierno, porque no llegaba a los jienenses? Creo que es un argumento arriesgado y de dudosa fiabilidad. También me llama la atención que se asegurara en este proceso de manera tan tajante que no ha habido mala fe o abuso de derecho o se rechace vulneración de los derechos fundamentales de los trabajadores afectados. Suspender de una tacada medio centenar de empleos debe ser cuestión menor en los tiempos que estamos, y en una ciudad con cerca de 10.000 parados. En resumidas cuentas, que se niega la mayor, que se haya tratado de una iniciativa arbitraria, irracional o ilógica. Vamos, todos discípulos de la madre Teresa de Calcuta.   

Hagamos historia. A los diez meses y unos días del incendio de Onda Jaén el gobierno municipal decidió en pleno la extinción de este servicio público, su entierro, en plena época de estado de alarma, cuando los sepelios eran y son más íntimos. El titular publicado en su día por el diario ABC, lo clavaba: “El pirómano consigue el cierre de Onda Jaén”. Visto ya con cierta perspectiva la justificación de cerrar una televisión municipal a causa de un incendio, que no fue total, y en pleno siglo XXI, es algo difícil de asumir, al menos a mi juicio. PSOE y Ciudadanos no solo no dieron marcha atrás sino que, por el contrario, mostraron su prisa por acabar cuanto antes, seguramente confiando en que la memoria es frágil y los jienenses se olvidarán de esta arriesgada medida. Porque lo han hecho muy mal, no ya en el fondo, que también, sino en las formas, manifiestamente mejorables.

A la postre no han servido para nada ni las reivindicaciones de la plantilla, ni sus propuestas de solución, tampoco la recogida de miles de firmas de jienenses (13.000) que se supone que tenían algo que decir al respecto, ni tampoco el pronunciamiento en contra de los grupos de la oposición municipal, que sumaban casi la mitad de la representación de la ciudadanía. El gobierno municipal de PSOE y Ciudadanos de entonces, en pleno extraordinario, llevó a término su propósito de cerrar Onda Jaén, una radio y televisión local con casi veinte años de existencia, con una trayectoria de aciertos y errores, pero que pensamos que era reconducible, y así lo manifestaron también el Colegio de Periodistas y la Asociación de la Prensa. La hoja de ruta estaba planteada desde el minuto uno, antes incluso del incendio, se trata, no lo puedo decir de otra manera, que de una decisión muy calculada. Al PSOE, al menos a este PSOE, no le gustó nunca esta televisión, supongo que como a otros jienenses, pero lejos de optar por ensayar un nuevo modelo, con reducción de costes, con una plantilla aligerada, en fin, para tratar de encontrarle encaje dentro de la complicada situación económica municipal, optó por la solución más drástica, el cierre, el negro para siempre. 

Cuando surgió el incidente del incendio, que por muchas razones no se puede considerar casual, a la vista de los hechos que se han ido sucediendo, ya se empezaba a intuir que iba a producirse una relación de causa-efecto, y no ha decepcionado el pronóstico. Además no hubo rastro del pirómano, aunque en redes sociales muchos se jactaban de conocer la identidad. Lo cierto es que la Policía tuvo un sospechoso, esto sí es oficial, incluso anunció en un momento dado que la detención estaba próxima, pero al parecer contaba con coartada y finalmente no fue posible acusarlo. Escenario perfecto y asunto cerrado.

Los argumentos económicos que el gobierno local ha presentado para el cierre de la televisión podrían haber sido considerados razonables, pero siempre que se discutieran en los foros oportunos, y con dos acotaciones. Por un lado, lo antes dicho de que esta televisión local era posible ajustarla en el aspecto económico y laboral, para ahorrar costos importantes. Pero, además, si tanta preocupación tenían los regidores por la ruina económica, lo extraño es que no se extremaran las medidas en otros ámbitos, por ejemplo en los sueldos, liberaciones y personal de confianza. Se argumentaba asimismo que mantener una televisión son competencias impropias para el Consistorio, pero ¿cuántas emisoras de televisión hay en todo el país dependientes de administraciones públicas, también de ayuntamientos? Lo que no vale para unas, no debe utilizarse para el resto. Por tanto aparecen argumentos que explican que la principal razón es precisamente la sinrazón. Supongo que no se trata de una medida agradable de adoptar para el alcalde, pero ignoro los motivos reales que le han llevado a certificar esta defunción. Le oí decir que hubiera sido más fácil cerrar los ojos y utilizar el medio para mayor gloria de él y los suyos. Excusatio non petita accusatio manifesta.

Otro razonamiento que se le echa en cara a los trabajadores es que informes oficiales certifican que el PP gobernante tenía la máxima cuota de pantalla, por tanto la lectura que se hace es que la tele estaba al servicio del PP. Y así sucesivamente. Inaudito, porque ya conocemos de sobra lo que ocurre cuando los medios de comunicación se ponen al servicio de la política o, mejor dicho, cuando la política “toma” los medios de comunicación. Que le pregunte Julio Millán al presidente Pedro Sánchez, que algo tiene que saber del asunto. El equipo de gobierno ha tenido la oportunidad de reordenar Onda Jaén, profesionalizarla, mejorarla, hacerla de todos los jienenses. Conozco a los profesionales del medio, y puedo asegurar que su inmensa mayoría estaban por esta labor y es lo que siempre han deseado y no les han dejado. La gestión del PP en la televisión municipal, lo diré para que no haya la menor sombra de duda, fue nefasta, un aprovechamiento descarado de este recurso, pero esto no solo ha ocurrido en tiempo del PP, porque el PSOE, aunque menos años, también ha gobernado el Ayuntamiento y pudo aprovechar para cambiar su modelo de gestión. Ambos se han caracterizado en sus diferentes periodos de responsabilidad en el medio por sus cacicadas políticas. Aunque en redes sociales en todo este tiempo hubo un aluvión de apoyos para la plantilla, también se produjeron  críticas, especialmente relacionadas con la forma de selección del personal o con los sueldos. Responsabilidad achacable por supuesto, a decisiones políticas, y acabo de señalar que el mal de Onda Jaén ha sido su dependencia, como el resto de los medios públicos, sálvese el que pueda, de los políticos que la han dirigido en cada momento.

En fin, me preocupa como periodista y también como ciudadano la situación personal, familiar y profesional de los trabajadores de una empresa con casi veinte años de vida y han sido tratados con escasa consideración, y que se han visto abocados, presos de la desesperación, a responder a veces como cualquier ser humano que se ve acorralado y con su puesto de trabajo en peligro. Lamento mucho que se haya llegado a esta situación límite, esperaba otra respuesta de la Justicia, pero las cosas son como son y no como nos gustaría que fueran. Así pienso desde el primer día. Eso sí, una lástima que hoy mismo la dirección del PSOE esté preocupada por la situación de un ERE en la empresa Atento, que afectará a 150 trabajadores de su plantilla. No se entiende, al tratarse de puestos de trabajo, que a estas alturas se hagan distingos y un partido que en teoría está por la defensa del empleo discrimine de esta manera. Lo dicho, enhorabuena a quienes finalmente se han salido con la suya. Y pesar por el futuro de los ex de Onda Jaén, en especial los que no han podido reconducir su vida laboral. Para todos, mucha suerte.

Foto: Una de las numerosas concentraciones de los trabajadores de Onda Jaén. 

 

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