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He estado en la macrocaravana y por tanto, como cientos de jienenses, he cumplido con el compromiso de participar en una acción de protesta y reivindicativa por nuestro Jaén, que considero imprescindible si queremos abandonar de una vez por todas este estado de postración, ya que las administraciones, por sí solas, si la sociedad civil no se moviliza, son incapaces de dar el paso por su cuenta y en Jaén ya llevamos esperando que se obre un milagro no diré que 40 años, que por supuesto, sino muchos más, no olvidemos que en el franquismo también estuvimos ninguneados y que es célebre la frase de Franco de que Jaén le quitaba el sueño, una gran mentira la del insomnio, como lo ha sido después con todos los presidentes que hemos tenido en la etapa democrática, incluido el señor Pedro Sánchez que solo tiene palabras cálidas para Jaén en tiempos de campaña. En la próxima habrá que recordárselo.

Ya sabía a lo que iba, no me han resultado ninguna sorpresa las adversidades que se han suscitado, de todos modos me he sumado por convicción de que ha llegado la hora de implicarse con firmeza y también en apoyo y solidaridad con las plataformas, en especial Jaén Merece Más, que son las que están dando la cara por el territorio y no solo por la capital, abandonada a su suerte, sino por el conjunto de la geografía provincial, con situaciones que deben corregirse de inmediato, por ejemplo en el caso de Linares, donde mañana acude el consejero de Hacienda de la Junta, Juan Bravo, en tanto que la ministra de Turismo, hará lo propio con la capital, no se sabe qué buena nueva nos trae para acallar el nivel de indignación.

Me siento muy satisfecho y orgulloso tras participar en la caravana, pero mentiría si no añado que también me embarga una sensación de desencanto, primero porque esperaba más respuesta después de los ensayos con la experiencia del domingo, 14 de febrero, y las caceroladas que se han venido celebrando, y también porque entiendo que es vital para mantener en alto la lucha por la dignidad de Jaén, que se centra en la exigencia a las administraciones de respuestas contundentes, no perder ni una sola ocasión para manifestarnos con toda rotundidad y compromiso. Hoy el poder no nos lo ha permitido y no puede extrañarnos, al poder lo que le interesa, en este caso al de Madrid porque es de quien dependen las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, es darnos una de cal y otra de arena, el sí pero no, y en resumidas cuentas la subdelegada, Catalina Madueño, que obedece órdenes precisamente de quienes niegan a Jaén el pan y la sal, lo que ha hecho hoy es retratarse a ella misma y a quienes sirve. Intolerable en una caravana pacífica la presencia de tantísimos efectivos de la Guardia Civil por todo el trayecto, un despliegue a mi modo de ver desproporcionado, pero que tenía su sentido, evitar a toda costa que la marcha, como se pretendía, siempre desde su rebeldía cívica, llegara a entorpecer el tráfico en Santa Elena, impedido a toda costa.

Alguien ha dicho y la verdad es que no me extrañaría que así fuera, que la subdelegada tenía preparados los efectivos de los antidisturbios. Lo que no tienen coraje de hacer en territorios donde campa a sus anchas la violencia, se atreven a hacerlo en Jaén. Débil con los fuertes y fuerte con los débiles, en este caso con la gente que jamás ha creado problemas de orden público y a la que hoy se les ha dispensado en algunos momentos un trato desproporcionado. Creo que los organizadores deberían plantearse pedir el cese o dimisión de la subdelegada, que no es de Jaén, es cordobesa, pero ejerce en la provincia y ha sido desleal con ella.

Nos quieren dóciles, sumisos, pero me parece que esto ya no va a ser posible. Lo que hoy ha ocurrido, que no ha sido un fracaso pero sinceramente esperaba más, pudiera presentarse como un retrato de lo que todavía queda en la provincia de Jaén de su histórica indolencia. Jaén capital ha sido la que ha aportado más vehículos, por encima de los 500 según ha hecho pública la Guardia Civil, tengo desde siempre el mayor respeto a la Benemérita, pero igual hoy se han quedado cortos. Y es normal, en la capital el trabajo continuado de la plataforma “Jaén Merece Más” ha cuajado, al menos entre quienes aman a su tierra y están libres de hipotecas políticas, esas sí que son un lastre, y lo digo desde el respeto y la consideración, pero en conciencia entiendo que es así. El caso es que lo que agradecen los poderes, todos, Madrid, Sevilla y los que también en Jaén viven a cuerpo de rey, son los signos de debilidad, el día 14 se les vino el aparejo a la barriga, para esta cita han tocado a rebato, creo que se habrán encontrado con pocos significados políticos de cualquiera de los dos grandes partidos, y me refiero a ellos porque son los que han tocado poder, pero Unidas Podemos también lo tiene y no han movido un dedo para apoyar a Jaén, ¿o alguien ha visto interesarse al señor Pablo Iglesias? y el PP y Ciudadanos, que gobiernan en Andalucía, tienen que hacer el esfuerzo de pasar de las palabras a los hechos y ya se ve que les cuesta.

Estoy totalmente de acuerdo con una gran parte de la sociedad civil que se expresa a través de las redes sociales, gente que me merece confianza y que transmiten amor por su tierra, que a lo que de verdad le pueden temer los partidos políticos que con su complicidad con los gobiernos están impidiendo que Jaén salga adelante, es que de una vez por todas se constituya un partido de inspiración provincial, una agrupación de electores seria y con un programa capaz de ilusionar a parte al menos del electorado de la provincia, basado en progreso y desarrollo. Hasta que eso no ocurra estaremos mareando la perdiz y analizando el comportamiento de nuestros paisanos, los que se mojan y los que tiran la piedra y esconden la mano, o arreglan los problemas de la provincia en las redes, desde un confortable salón, cuando no en las barras de los bares. También puede suceder que los partidos políticos que han sustentado a los gobiernos hasta hoy sigan ganando las elecciones en Jaén y la provincia. En ese caso tendríamos que asumir como irremediable que lo tenemos por destino. Pero no empecemos por rendirnos, eso no se corresponde con la fortaleza que va adquiriendo nuestra rebeldía cívica, que ya era hora de que así fuera. 

Por último, mientras la sociedad civil organizada analiza la situación y marca una hoja de ruta para mantenernos en vigía permanente, porque ya no podemos mirar atrás ni para tomar impulso, vamos a sacar lo positivo, que lo hay, de la jornada de hoy y empezaré por mí, para no dejarme llevar por la decepción cuando hay tanto que hacer mirando al futuro. No podemos abdicar de nuestra responsabilidad personal como ciudadanos jienenses. Hoy se ha cubierto esa marcha de coches, nos han dispensado atención algunas televisiones y otros medios nacionales, y, como señalaba hace unos días, en mucha gente ha prendido la llama de la responsabilidad y de la conciencia social y crítica para que nuestro Jaén despegue. En este momento histórico en el que desde algunas instancias políticas se valora, y lo aplaudo, el nombre y la obra de Miguel Hernández, estaría bien que no nos quedemos en la impecable letra del poema, que nos retrata divinamente, y que hoy es himno de la provincia, sino que lo traduzcan en hechos, porque a veces nos da la impresión de que el poeta del pueblo estaba plácidamente recitando a las florecillas del campo cuando lo que hacía de verdad era pedir a los jienenses que no fuéramos dóciles, esclavos exactamente decía él, que nos levantáramos contra las injusticias. Era grande y, además, visionario. Pues de eso se trata, de seguir al pie de la letra el espíritu de nuestro propio himno.

 

 

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