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Hemos pasado las fiestas, dejamos atrás los buenos deseos hasta el año que viene, el fastidio permanente por la dichosa pandemia y el recurso que se ha hecho hábito de los masivos test de antígenos caseros, lo de siempre, mientras unos padecen otros se forran, ante la asfixia de los servicios sanitarios que se han visto desbordados en esta nueva ola que dicen algunos expertos que pronto irá de retirada, pero cuidado con el optimismo, en esta carrera de obstáculos no se divisa aún la meta, así que paciencia y no bajar la guardia a tenor de la fría estadística, porque ayer mismo fue un martes negro aquí, en Jaén, con el doloroso balance de cinco fallecimientos, y hoy ha habido otros dos, que nos sitúan en un total de 1.114 en la provincia desde el inicio de la pandemia. Se va elevando la presión hospitalaria y la esperanza para los próximos días es que siga la tendencia de bajada tanto en el número de contagios como de nivel de incidencia, veremos si es un efecto engañoso porque se hacen menos pruebas o responde a la verdad, ahora es difícil identificar lo uno y lo otro. .

Deciden los políticos responsables, o en eso están, que a partir de ahora la covid se tratará como si fuera una gripe común, que es una manera de lanzarnos el mensaje de que seamos nuestros propios médicos, que pongamos a prueba las fortalezas y la resiliencia. No todos los profesionales de la salud están de acuerdo con este criterio, entre otras razones, porque hay grupos de edad que demandan una atención preferente y no quiero pensar en que se les vaya a negar. La sanidad ya dejó de ser la joya de la corona, si es que alguna vez lo fue, de la que tanto se jactaban los políticos, porque en la adversidad es donde se pueden medir de manera fiable esos emblemas del estado de bienestar que necesitan apuntalarse porque no se puede vivir de ensoñaciones, a la evidencia me remito. Claro que parece posible estar preparado para una situación tan excepcional como la que estamos viviendo y que se prolonga más de lo esperado. El PSOE de Jaén aprovecha para cargar contra la Junta, en realidad lleva meses ocupado en el mismo objetivo político,  y lanza su campaña con mociones en todos los ayuntamientos “para sacar a la sanidad de la UCI”, y lo que pide, en esencia, es un pacto del gobierno andaluz con Juan Espadas. Si entre ambos tienen fórmulas de mejora, tampoco estaría mal, la suma siempre es mejor y el interés general es el principal.         

A vueltas con los tan deseados y esperados fondos europeos. La semana pasada le dediqué una de estas crónicas y alegra saber que la Diputación, y ese es su papel como administración cercana, ayuntamiento de ayuntamientos, ha decidido crear un grupo de trabajo para identificar proyectos y ayudas para optar al dinero que puede llegar de Europa. A esta iniciativa se le ha denominado “Espacio Europa” y su objetivo es preparar y presentar proyectos a las convocatorias que lancen la Unión Europea, el Gobierno o la Junta de Andalucía. Es buena la iniciativa pero tal vez nace porque se le empiezan a ver las orejas al lobo y la necesidad apremia porque este tren hay que cogerlo sí o sí. Recuerdo que en los primeros momentos la provincia presentó propuestas por muchísimo dinero y ojalá me equivoque, pero dudo que nos vayan a dar a manos llenas como necesitamos.

Tal vez por eso hay que estar expectantes, en alerta permanente y a la defensiva, esta es la actitud, que ha sido felicitada por la plataforma Jaén Merece Más, que incluso ha propuesto crear un lobby social que esté representado por políticos y agentes socioeconómicos para formar una corriente de influencias en las altas instancias en beneficio de Jaén y ante la necesidad de mejorar el rumbo que necesita la provincia para lograr cifras de convergencia. Ya que no tenemos padrinos en los gobiernos, debemos contar con instrumentos de defensa y deberíamos poder contar, asimismo, con políticos que estén menos en la refriega partidista y se dejen la piel por su circunscripción, me estoy refiriendo sobre todo a los parlamentarios, a todos. A propósito de padrinos y madrinas, he leído unas declaraciones del ministro Miguel Iceta en un periódico cordobés señalando que “se nota en el Consejo de Ministros que Córdoba tiene buenas defensas”. Para Jaén esto es hurgar en la herida del Colce y en el ‘dedazo’, que ya veremos si hay la suficiente sensibilidad y valentía en el pleno del Ayuntamiento para plantearse acudir como acusación particular en la defensa del interés local. Visto lo visto en casi un año, la verdad es que cuesta creerlo.

A propósito, he leído unas declaraciones del alcalde, Julio Millán, en el digital #Lacontradejaen, a la excelente periodista Esperanza Calzado, donde asume el momento difícil, pero echa balones fuera, incluida la Junta de Andalucía, si bien es cierto que el gobierno andaluz en este tema trascendental para la ciudad no se puede ir de rositas. Pero volviendo al alcalde, señala textualmente: “Creo que ha sido una mala gestión de la decisión y de todos los protocolos de decisión de la iniciativa desde el inicio”. O el arte de no decir nada, salirse por los Cerros de Úbeda. En esa entrevista, Millán afirma que hay que ser valiente para dedicarse a la política.  Creo que más que valiente, porque a nadie se le obliga a asumir esa responsabilidad ni a ser candidato a nada, lo que sí hay que ser es consciente y tener capacidad de liderazgo para una función que es de alto riesgo, por lo que a pesar de la crítica, cuando es necesaria, tengo en consideración a los regidores, porque en esa función pública, con aciertos y errores, siempre hay un exponente de servicio y de generosidad que merece gratitud. En el caso de Julio Millán, por supuesto que también.      

La ciudad encara este 2022 con asignaturas pendientes, por ejemplo saber si finalmente tendremos presupuestos municipales, que no los hay desde 2017 y parece que ya toca, y además es un compromiso de la concejal de Hacienda, al día de hoy incumplido. Y sí, se le reclama al alcalde un nuevo PGOU, que hasta ahora no ha considerado, pero que una ciudad como Jaén no disponga de unas normas de planeamiento para seguir definiendo el modelo de ciudad es difícil de entender, porque no se trata solo de la política de hoy sino de la de mañana, y corresponde a los actuales gestores del Ayuntamiento preocuparse no solo de lo inmediato, sino del futuro a medio plazo de la ciudad, y a propósito con el nuevo Plan General debería llegar, y no es la primera vez que abogo por ello, un Plan Estratégico para que el modelo de ciudad sea armónico y no esté sujeto a improvisaciones y obsesiones. La relación de lo pendiente es más amplia, no solo el tranvía, porque son muchos años recurrentes y cansa, pero sí de retornar el tema de la Catedral como Patrimonio de la Humanidad, del que se ha hecho un Guadiana, al menos así lo percibo, que aparece y desaparece de tarde en tarde. La lista es más larga.

Y luego están los asuntos en los que el Ayuntamiento colabora con la Junta para proyectos emblemáticos, y aquí sí hay que dejar constancia de que tanto para la Ciudad Sanitaria y la Ciudad de la Justicia, y no son los únicos, el Consistorio ha cumplido sobradamente cediendo los terrenos y aceptando todos los requisitos solicitados, por lo que ya no hay excusas, la responsabilidad está en la Junta, esa de la que dice el PP que ha sacado a la provincia del ostracismo, pero que sinceramente no acabo de ver por ningún sitio. En fin, un poco de contención verbal a los dirigentes de los partidos, que se embalan, y esto va sobre todo para PSOE (Reyes no pierde oportunidad para subir a los altares a Pedro Sánchez, lo que cambian los tiempos) y PP, que están abducidos por sus gobiernos y deberían estarlo más con Jaén.

Como estamos a escasas fechas de la tradicional Noche de San Antón, conocida por sus lumbres y por la Carrera Internacional Urbana, creo que ha sido acertado posponer excepcionalmente al 26 de marzo la carrera y tratar de dar satisfacción a las miles de personas de dentro y de fuera, incluidos atletas de élite, que gustan de participar en esta cita y que este año las circunstancias sanitarias impiden. Una advertencia sí me gusta hacer y es que la Carrera de San Antón es lo que es gracias a su trayectoria y a que cada etapa municipal le ha puesto su sello desde que fuera creada por el concejal José Montané, hace de esto 38 años, de modo que sigamos sumando pero este acontecimiento es de la ciudad, son los jienenses los que con su cariño y participación la han consolidado, no es de nadie más, ojo con apropiárselo.

En cuanto a las lumbres, me alegro de que vuelvan y que además se vayan a prender en distintos barrios, con respeto a la tradición y con el ambiente de siempre, aunque algunas asociaciones y colectivos empiezan a recular a última hora a causa de los efectos de la pandemia y no sé en qué va a quedar, tal vez deberían haber sido suspendidas sin más, por responsabilidad, desde luego lo que no veo son lumbres en marzo, eso no, por favor, ni tampoco en otra fecha que no sea el 16 de enero, como manda la tradición, pero celebro que el Ayuntamiento esté más por construir que prohibir o dividir, algo en lo que en el pasado se perdió tiempo y se sembró a mi parecer algo de discordia. Jaén con sus tradiciones, esto es lo que a mi juicio ayuda a hacerla grande.

Foto: Información reciente en «El Día de Córdoba», donde el ministro Miguel Iceta dice con toda claridad que «se nota en el Consejo de Ministros que Córdoba tiene buenas defensas».

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