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Jaén en estado puro. Casi cuatro años después de que se empezara a reivindicar la Inversión Territorial Integrada (ITI) para la provincia de Jaén, y tres años después de que fuera aprobada, parece que en las instancias oficiales no tienen muy claro lo que puede esperar la provincia de este instrumento que se había anunciado como una tabla de salvación para el territorio y por días se desvanece esa sensación, lo cual no puede extrañarnos a estas alturas, porque sería la primera vez en muchos años que se pone en marcha, por unanimidad, con todos los pronunciamientos políticos, sin fisuras y con inversiones contantes y sonantes, un proyecto capaz de contribuir a la transformación de la provincia. La ITI va camino de convertirse en otro bluf, tiene todas las papeletas. Hoy, en una reunión del CES provincial, convocada para el seguimiento de la ITI y las posibilidades de acogerse a los fondos europeos, con la presencia de la directora general de Fondos Europeos, Esperanza Samblás, nos ha llamado poderosamente la atención la interrogante del presidente de la Diputación Provincial y secretario provincial del PSOE, Francisco Reyes, en el sentido de si las expectativas que ha levantado la ITI se corresponden o no con la realidad. Buena pregunta, sin duda, pero que él mismo, por razón de su cargo, debería saber contestar a estas alturas de la película, sobre todo porque ya vamos con mucho retraso, se dijo que todos los proyectos para que entraran en plazo debían licitarse en la primavera de 2020. 

Recuerdo que desde 2017 se está hablando de la famosa ITI, que en 2018 fue aprobada y que estos tres años han pasado prácticamente “in albis”, aunque la Junta se jacta de haber aprobado diversos proyectos, de los que cabe la duda de que debieran incluirse en un plan tan singular como el que proviene de fondos europeos, porque la ITI tendría que  estar destinada a inversiones extraordinarias que no sean compatibles con los presupuestos ordinarios de las administraciones, y nunca para sustituirlos. Hace unos días la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, desconcertó a todo Jaén porque llevamos estos años esperando la aportación estatal, 220 de los 443 millones de euros del total, y se despacha diciendo que ya ha habido numerosas inversiones en la provincia con cargo a esas partidas. Todo esto sin saberlo los políticos responsables de las administraciones, ni por supuesto los parlamentarios que han dado palos de ciego sobre este particular.  

El caso es que Reyes dispara hacia la Junta, como si fuera la única culpable de la situación, como si no hubiera que buscar responsabilidades en quienes desde las distintas administraciones no han sido capaces de controlar y antes que nada conocer los proyectos que se sometían a aprobación, porque no creo que hayan salido adelante por casualidad o por arte de magia. Ahora nadie es culpable, o mejor dicho, el presidente de la Diputación, que tiene alergia o al menos lo parece, a la nueva sociedad civil, la de la rebeldía cívica, no a la que considera “oficial”, es decir, los agentes sociales y económicos que están representados en las instituciones que “controla” el organismo provincial, con las que no tengo nada en contra, por supuesto, pero no levantan la voz públicamente, y si lo hacen debe ser con carácter interno y el eco no nos llega.

El presidente ha aprovechado para recordar que en 2015 la Diputación solicitó la ITI para la provincia al gobierno de Rajoy y no le fue concedida, y se pregunta dónde estaba entonces “Jaén Merece Más” y los que ahora se dan golpes de pecho, lo mismo que cuando en 2013 se suprimió el intercambiador de Alcolea. Debería saber que en esa fecha no existía la plataforma ciudadana y tal vez debería preguntarle a los agentes sociales a los que concede legitimidad para saber la razón por la que entonces tampoco ellos clamaron en defensa de los intereses de la provincia. Es impropio de un responsable público desviar la atención del problema hacia quienes ni siquiera estaban y, por cierto, sí fueron, desde su nacimiento, en 2017, los que se movilizaron y consiguieron la ITI para Jaén, no fue una conquista política, fue un logro social. Por tanto que nadie se arrogue medallas que no le corresponden.

Parece lógico, tres años después de su aprobación, que se aclare la situación de la ITI y no se transfieran responsabilidades, sino que sean asumidas por quienes corresponde, en función de los cargos que ocupan. En este momento trascendental para la provincia, donde presumiblemente hemos perdido la gran posibilidad de la Base Logística del Ejército y la ITI me parece que está más en el aire que nunca, lo que hay que pedir a los dirigentes políticos, empezando por el presidente de la Diputación, en su doble calidad de líder del primer partido provincial, el PSOE, es serenidad y una gran dosis de pragmatismo, no es hora de justificar los fracasos culpando a otros simplemente porque pasaban por allí. En cuanto a la Junta de Andalucía parece que utiliza la ITI no como un instrumento extraordinario, sino que contempla obras que de igual manera programa en otras provincias donde no existe esta herramienta, y es que parece que no han entendido bien qué es una ITI, qué proyectos encajan en ella, qué podía esperar Jaén en orden a nuevas infraestructuras y un impulso de modernidad y de transformación.

Esto es lo que le hemos oído reivindicar, insistentemente, al presidente del CES provincial, Manuel Parras Rosa, y además el propio Plan Estratégico tenía muy bien planteadas todas las propuestas, pero tengo la impresión de que unos se han salido de la vía y otros ni siquiera se sabe muy bien dónde están. Me refiero, naturalmente, a los gobiernos. Y pensar que cuando se constituyeron las mesas estratégicas creíamos, con una amplia participación, creíamos que estábamos ante un sueño. ¿Qué fue de todo aquello?

Para mayor abundamiento los políticos no pierden oportunidad de magnificar partidas dedicadas a Jaén, como al resto del territorio, por ejemplo 1,8 millones para ayudas por la reducción del transporte público en siete localidades, que la subdelegada del Gobierno, Catalina Madueño, considera “una apuesta por el municipalismo”, euforia a la que se apunta algún que otro parlamentario del mismo partido del gobierno. O nos trasladan que el Gobierno ha dejado en la provincia en los últimos años 1,35 millones del Pacto de Estado contra la Violencia de Género. Como en todas y cada una de las provincias. Este es el panorama, tan débil es la señal inversora que no queda otra que exaltar las migajas. No pido milagros en la provincia, lo único que lamento es que haya tanta docilidad con el poder, y lo digo ahora para el PSOE que gobierna, pero históricamente en Jaén lo hemos vivido lamentablemente en la alternancia con los mismos o parecidos comportamientos. Que quede claro, porque me parece injusto culpar ahora a “Jaén Merece Más” de los propios fracasos de los políticos, únicos culpables de la deriva que ha ido tomando Jaén, y que se dejen de disparos al aire. Y estamos hablando del PSOE que, paradójicamente, acaba de presentar su estrategia “Jaén, lo Primero. Horizonte 2031”, para diseñar la hoja de ruta de la próxima década “en sintonía con la sociedad civil”. Tengo mucha curiosidad por ver a qué sociedad civil se refiere y cómo elige y descarta en función de que sus postulados sean o no coincidentes.

Foto: Imagen de integrantes de las comisiones estratégicas del Programa ITI que se presentó en Jaén como un hecho casi histórico para dar un impulso transformador a la provincia. 

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