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Sigo leyendo todavía en las redes sociales reacciones a la marcha del tren del domingo a las que en los últimos días apenas había prestado atención, pero merece la pena detenerse con brevedad en este asunto. Somos un poco especiales, esto como mínimo, porque nos quejamos, y es lo justo, faltaría más, si los políticos y los movimientos sociales no actúan, pero cuando deciden hacerlo, aunque en el caso de la política sea a destiempo y una mayoría estamos de acuerdo en esta apreciación, también los crucificamos y no optamos por otorgarles el beneficio de la duda. Por una vez los grupos políticos representados en el Ayuntamiento han decidido secundar la iniciativa del alcalde para poner en hora el reloj de la movilización. Dije en su momento que la caravana no era proporcionada a la gravedad del problema, pero también entendí que se trataba de la primera acción y de que por esta vez se podía transigir por una marcha respetuosa con los derechos de terceros en un día de operación especial de tráfico. El domingo era más importante hacer visible un cierto grado de unidad, dilapidada por algunos políticos de todos los colores que siguen sin entender el mensaje y están aún en las banderías de siempre, y me temo que de ahí no piensan salir porque hasta ahora creen que les ha ido bien.

La confrontación, la pelea, la división en todo y por todo ha sido durante muchos años el pan nuestro de cada día. A la cita del domingo faltaron muchos responsables públicos que estaban obligados a sumarse y no lo hicieron porque no querían salir en la foto o simplemente les molestaba que no partiera de ellos la iniciativa. Si no empezamos a cambiar el chip del comportamiento y dejamos de estar pendientes del retrovisor y lo cambiamos por poner el foco en el horizonte, en el futuro, seguiremos cavando la fosa de esta tierra a la que entre todos estamos queriendo enterrar. Si queremos avanzar hay que olvidarse de una vez por todas del “cuanto peor, mejor” y ayudarle a Jaén a que se levante y despierte. Me da mucha rabia y pena leer comentarios de personas que de cada cuestión hacen un problema y lo ligan a la eterna división de la izquierda y la derecha, que nos ha hundido en la miseria, en lugar de contemplar las expectativas de Jaén con una visión moderna y pragmática: hace falta dejarse la piel y no dar por perdida ninguna oportunidad.

Voy a tratar a partir de ahora de no repetir argumentos utilizados de manera recurrente en todo el trayecto de la democracia, y ha sido así porque la política nos ha desilusionado. Jaén salió malparada con el franquismo, y ni los sucesivos gobiernos de la nación ni tampoco la autonomía andaluza que acogíamos con tanta esperanza, nos hicieron justicia. Los políticos que nos han gobernado a nivel provincial no lo van a reconocer, pero conocen el diagnóstico y cada administración debería asumir su parte de responsabilidad en la dura afrenta a Jaén. Pero no ganamos nada mirando para atrás, en cambio nos deberían animar los retos que nos aguardan. Creo que lo que sí podemos y debemos hacer es aprovechar este momento crucial para exigir sin paliativos las respuestas que Jaén necesita. El Ayuntamiento de Jaén acaba de dar el primer paso sobre el tren. El presidente de la Diputación y secretario general del PSOE dijo ayer tras la reunión con el pleno del CES provincial, poco menos que ha llegado el momento de actuar sobre demandas de urgencia y por tanto de elevar la voz. Ya sé que debieron hacerlo antes, y aunque sea con la boca pequeña lo han reconocido expresamente, ellos que han tenido el granero de los votos, pero tampoco se lo vamos a reprochar ahora, ya se ha hecho, lo que hay que hacer por el contrario es vigilar que asumen en firme este compromiso, eso sí, una vez que haya gobierno, que al paso que vamos cualquiera sabe.

Es la hora de la política y de los políticos, del PSOE, del PP, que también ha gobernado en España y se presenta ante los jienenses igualmente con las manos vacías; de Ciudadanos, de Vox, de Adelante, aquí no sobra nadie. Y, por supuesto, contamos con un factor que nunca antes existió, la fortaleza de una sociedad civil organizada y que representa sobre todo la plataforma ciudadana “Jaén Merece Más” y otros colectivos que son muy pro Jaén. Sabemos que esta plataforma y los nuevos agentes impulsores de la dignidad de Jaén, no nos van a fallar y van a ser nuestra conciencia ante los políticos. Si tampoco ahora cumplen habrá que adoptar posiciones drásticas para que se nos dé lo que en justicia reclamamos. Probemos con las buenas maneras, y como Groucho Marx, recordemos a los poderosos, que estos son nuestros principios, si no los aceptan tenemos otros, y a fe que podemos recurrir a ellos.     

Hoy se ha aprobado el primer presupuesto de la nueva Junta de Andalucía para este año 2019, elaborado por un consejero de Hacienda del cupo jienense, Juan Bravo, documento que ha tenido el visto bueno de los dos partidos en el gobierno andaluz, PP y Ciudadanos, y el apoyo de Vox. Me van a permitir que no aplauda la atención a Jaén en estas cuentas, es verdad que hay partidas de carácter general de las que la provincia se beneficia, pero no está contemplado ninguno de los proyectos que están sobre la mesa y que afectan a la capital. Ni siquiera el tranvía, que nos han prometido desde el presidente Moreno Bonilla para abajo, y que se afrontará en los presupuestos de 2020 que en breve se empezarán a elaborar, tal y como informó en su reciente encuentro con el alcalde de Jaén. Ya sé que los consejeros, los delegados y los parlamentarios de los grupos que sustentan al gobierno están obligados a calificar el presupuesto de 2019 como el mejor de la historia, siempre ha sido así también en la etapa socialista, pero por mucho que se esfuercen no nos van a hacer comulgar con ruedas de molino. El presupuesto es rigurosamente malo porque se olvida por completo de la ciudad y hay que considerarlo un desaire porque el trato a otras capitales andaluzas ha sido deferente, con lo cual podemos concluir que las promesas de la campaña electoral se quedaron en simples juegos florales, en la conocida versión del consejero de Economía de que los compromisos en campaña no son para cumplirse.

De modo que nos toca esperar a 2020 para ver si entonces nos conforman con el tranvía o deciden hacerle justicia a esta abandonada capital. Me gustaría poder decir otra cosa porque he criticado duramente año tras año las cuentas socialistas y al menos a día de hoy lo único que puedo añadir es que tenemos más de lo mismo. Por su parte el CES local, al que acaba de resucitar el nuevo equipo de gobierno del Ayuntamiento, insta a la presentación del presupuesto municipal para este año, que se ajuste a las necesidades del momento, habida cuenta de la situación irregular que existe de prórroga de la prórroga del último aprobado en 2017. El órgano consultivo demanda algo más, “altura de miras para afrontar el problema financiero que asola al Ayuntamiento”. Aquí hay margen de sobra para trabajar sobre una pesada losa que hipoteca a toda la ciudad.

El panorama económico no ha sido obstáculo, como ya dijimos, para generar las liberaciones sin que nadie se manifieste en contra. Y ya no son solo los concejales, el dispendio llega al funcionamiento de los grupos municipales. Los jienenses tenemos que pagar los sueldos de los ediles y la barra libre de los grupos, con personal de confianza rescatados de aquí y de allá, que es un dispendio lo haga quien lo haga, porque la misma política se hace en Diputación, hay que ver lo que cuesta prescindir de gente que se aferra a la ubre de la política y que se consiente con la mayor naturalidad del mundo, incluso en un Ayuntamiento ruinoso como el de nuestro Jaén. No sé, el sentido común debe estar de vacaciones. Pero no crean que esto es exclusivo de esta capital, podemos poner otros ejemplos, como el de Linares, donde la regeneración con la que a algunos se les llena la boca, ha derivado en un panorama que no les sonroja a los protagonistas pero sí a los vecinos y a los observadores. Los tres políticos que encabezan los grupos del acuerdo para la designación de la Alcaldía, uno el propio alcalde, Raúl Caro (Ciudadanos), y los tenientes de alcalde Ángeles Isac (PP) y Javier Bris (Cilu Linares), se han colocado el mismo sueldo, más de 54.000 euros anuales. Así están las cosas, operación redonda.

Para concluir señalar que el PP ha registrado su primera moción para el pleno municipal, pidiendo que se mantenga el servicio de recaudación municipal. Entra dentro de la lógica si sus resultados son óptimos. El alcalde se adelantó en su entrevista con el presidente de la Diputación sugiriendo el entendimiento con el organismo supramunicipal, pero en este caso Millán no lo tiene fácil, porque su socio Ciudadanos tampoco está por la labor de ceder el mencionado servicio. Y ¡aleluya!, ha costado Dios y ayuda, la tira de años, pero ya es una realidad la calle peatonal entre La Luna y Flores de Lemus. Se merece un reconocimiento a la paciencia y a la constancia, sobre todo del que ha sido muchos años presidente de la asociación de vecinos Loma del Royo, Francisco Céspedes y su junta directiva. Bien está lo que bien acaba. No se puede decir lo mismo del Real Jaén, que en un día ha cambiado de presidente, Tomás Membrado, que hace poco declaraba que no se pensaba marchar, ha decidido vender su participación en el club al hasta ahora consejero delegado, Andrés Rodríguez, que se convierte en el flamante presidente de la entidad blanca. Una situación inesperada que seguramente la ha propiciado el final frustrante de una campaña que prometía lo mejor y se ha quedado en crisis, que, eso sí, se ha resuelto en cuestión de horas. Por último, he leído con mucho interés la entrevista que le dedican en el diario El Mundo al catedrático de Fisiología, José López Barneo, una eminencia made in Jaén, natural de Torredonjimeno, cuya lectura aconsejo porque suelta verdades como puños, como esta afirmación: “La fuga de cerebros en España es una sangría que vamos a pagar muy caro”. Qué razón lleva.

 

 

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